Con el robo del arte de Ucrania, los rusos atacan también su identidad

Rusia ha estado saqueando a las instituciones culturales

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Una de las pocas esculturas que quedan en el Museo de Arte Regional de Kherson, que los curadores dijeron que las fuerzas rusas pasaron varios días saqueando en 2021 (Finbarr O'Reilly/The New York Times)
Una de las pocas esculturas que quedan en el Museo de Arte Regional de Kherson, que los curadores dijeron que las fuerzas rusas pasaron varios días saqueando en 2021 (Finbarr O'Reilly/The New York Times)

Una mañana a finales de octubre, las fuerzas rusas bloquearon una calle en el centro de Kherson y rodearon un elegante edificio antiguo con decenas de soldados.

Llegaron cinco camiones grandes, seguidos de una fila de vehículos militares que transportaban a agentes rusos que entraron al edificio por varias puertas. Fue un asalto estilo militar cuidadosamente planeado y altamente organizado… a un museo de arte.

Durante los siguientes cuatro días, el Museo de Arte Regional de Kherson fue desvalijado, contaron testigos. Las fuerzas rusas “pululaban como insectos”, los porteadores sacaban en carritos miles de pinturas mientras los soldados las envolvían apresuradamente en sábanas, los expertos en arte gritaban órdenes y los materiales de embalaje volaban por todas partes.

“Manipularon obras maestras, de las que ya no existen en el mundo, como si fueran basura”, afirmó la veterana directora del museo, Alina Dotsenko, quien recientemente regresó del exilio, contando lo que le habían dicho empleados y testigos.

Los trabajadores trasladan la Anunciación a la Santísima Virgen del Iconostasio de Bohorodchany en el Museo Nacional Andrey Sheptytsky como parte de los preparativos de seguridad en caso de un ataque en la ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania (AP Photo/Bernat Armangue)
Los trabajadores trasladan la Anunciación a la Santísima Virgen del Iconostasio de Bohorodchany en el Museo Nacional Andrey Sheptytsky como parte de los preparativos de seguridad en caso de un ataque en la ciudad de Lviv, en el oeste de Ucrania (AP Photo/Bernat Armangue)

Cuando Dotsenko regresó al museo a principios de noviembre y entendió cuánto se habían robado, contó que “casi pierdo la cabeza”.

Kherson. Mariúpol. Melitópol. Kajokva. Museos de arte, historia y antigüedades.

Al mismo tiempo que Rusia ha venido destruyendo a Ucrania con ataques mortales con misiles y brutales atrocidades contra civiles, también le ha estado saqueando a las instituciones culturales de la nación algunas de las contribuciones más importantes e intensamente protegidas de Ucrania y de sus ancestros que datan de miles de años.

Expertos internacionales en arte afirman que el saqueo podría ser el mayor robo de arte colectivo desde que los nazis saquearon Europa en la Segunda Guerra Mundial.

Daño en el piso por el saqueo de artículos pesados en el Museo de Historia Regional de Kherson en Kherson, Ucrania (Lynsey Addario/The New York Times)
Daño en el piso por el saqueo de artículos pesados en el Museo de Historia Regional de Kherson en Kherson, Ucrania (Lynsey Addario/The New York Times)

En Kherson, en el sur de Ucrania, los fiscales y administradores de museos ucranianos afirman que los rusos se robaron más de 15.000 piezas de arte y artefactos únicos. Arrastraron estatuas de bronce de los parques, cargaron libros de una biblioteca científica que está junto a un río, empaquetaron los huesos frágiles de 200 años de antigüedad de Grigory Potemkin, el amante de Catalina la Grande, e incluso se llevaron un mapache del zoológico, dejando tras de sí un rastro de jaulas vacías, pedestales sin nada y vidrios rotos.

Funcionarios ucranianos afirman que las fuerzas rusas han robado o dañado más de 30 museos, incluidos varios en la ciudad de Kherson, la cual fue retomada en noviembre, y otros en Mariúpol y Melitópol, las cuales siguen bajo ocupación rusa. Los investigadores ucranianos todavía están calculando las pérdidas de las pinturas al óleo, estelas antiguas, vasijas de bronce, monedas, collares y bustos desaparecidos, y lo más probable es que la cifra de artículos robados reportados se incremente.

Olga Honcharova, la directora temporal, mostrando vitrinas vacías en el Museo de Tradición Local de Kherson en diciembre
Olga Honcharova, la directora temporal, mostrando vitrinas vacías en el Museo de Tradición Local de Kherson en diciembre

El saqueo no es en absoluto un caso de mal comportamiento aleatorio u oportunista por parte de un puñado de soldados maleducados o incluso un deseo de obtener una ganancia rápida en el mercado negro, aseguran funcionarios ucranianos y expertos internacionales. En cambio, creen que los robos forman parte de un ataque general al orgullo, la cultura e identidad ucranianos, consistente con la actitud imperial del presidente ruso, Vladimir Putin, quien ha menospreciado constantemente la idea de Ucrania como una nación independiente y ha utilizado eso como un razonamiento central para su invasión.

“No se trata de un soldado que tomó un cáliz de plata y lo metió en su mochila”, afirmó James Ratcliffe, consejero general de The Art Loss Register, una organización con sede en Londres que rastrea el arte robado. “La escala de esto es muchísimo mayor”.

En un museo de Melitópol, una ciudad del sur de Ucrania que los rusos tomaron en los primeros días de la guerra, algunos testigos afirmaron que un hombre misterioso con una bata blanca de laboratorio había llegado para extraer cuidadosamente, con guantes y pinzas, los objetos más valiosos de la colección, que incluía piezas de oro del Imperio escita elaboradas hace 2300 años. Mientras el hombre sacaba las antigüedades de incalculable valor, un escuadrón de soldados rusos se mantuvo firme detrás de él, en caso de que alguien intentara detenerlo.

Una biblioteca científica junto al río de la que el director dijo que las fuerzas rusas robaron importantes libros de primera edición, en Kherson, Ucrania (Finbarr O'Reilly/The New York Times)
Una biblioteca científica junto al río de la que el director dijo que las fuerzas rusas robaron importantes libros de primera edición, en Kherson, Ucrania (Finbarr O'Reilly/The New York Times)

Los ucranianos tienen muchas batallas en sus manos. Ciudades en el este como Bajmut están siendo azotadas. Los enjambres de drones continúan destruyendo infraestructura crítica, sumergiendo a miles en la oscuridad. Grandes extensiones de territorio en el sur y el este siguen ocupadas y 1 de cada 3 ucranianos se ha visto obligado a huir de su hogar.

Pero incluso con la guerra en pleno apogeo, un grupo de abogados ucranianos y expertos en arte trabajan día y noche recopilando pruebas para lo que esperan sean futuros juicios por crímenes culturales. Desde oficinas oscuras en edificios helados sin electricidad ni calefacción, usando guantes y gorros de lana en el interior, hacen listas meticulosas de los objetos perdidos, revisan los registros del museo e intentan identificar posibles testigos y colaboradores locales que podrían haber ayudado a los rusos en los robos.

Los ucranianos también están trabajando junto a organizaciones internacionales de arte, como The Art Loss Register, para rastrear las piezas saqueadas.

Una exhibición destrozada que alguna vez tuvo la medalla y la identificación de un soldado nazi, junto con la firma de Adolf Hitler, todo saqueado por las fuerzas rusas, según el personal del Museo Regional de Historia de Kherson, en Kherson, Ucrania, el 20 de noviembre de 2022
Una exhibición destrozada que alguna vez tuvo la medalla y la identificación de un soldado nazi, junto con la firma de Adolf Hitler, todo saqueado por las fuerzas rusas, según el personal del Museo Regional de Historia de Kherson, en Kherson, Ucrania, el 20 de noviembre de 2022

“Todos en el mercado del arte están en alerta roja para buscar este material”, afirmó Ratcliffe. “Cada casa de subastas que vea material proveniente de Ucrania comenzará a hacer muchísimas preguntas”.

Su organización, dijo, ya ha registrado más de 2000 artículos de Ucrania que se cree han sido robados y otros que están en riesgo, incluidas pinturas del museo de arte de Kherson y oro escita de Melitópol.

Los ucranianos acusan a los rusos de violar los tratados internacionales que prohíben el saqueo de obras de arte, como la Convención para la Protección de Bienes Culturales en Caso de Conflicto Armado de 1954. Creado a raíz de la Segunda Guerra Mundial, el tratado exhorta a los firmantes a “prohibir, prevenir y, de ser necesario, ponerle fin a cualquier forma de robo” de bienes culturales. Tanto Ucrania como Rusia lo firmaron.

Pero los rusos le han dado la vuelta a la narrativa y han presentado sus acciones no como un robo, sino como una liberación.

“Que no cunda el pánico”, afirmó Kirill Stremousov, administrador adjunto de Kherson asignado por Rusia, cuando explicó en octubre lo que había sucedido con las estatuas que desaparecieron de Kherson. Stremousov aseguró que cuando cesen los combates, los monumentos “definitivamente regresarán” y que “todo se está haciendo en beneficio de la preservación del patrimonio histórico de la ciudad de Kherson”.

Las estatuas aún no han sido devueltas. (Y unas semanas más tarde, justo cuando las tropas ucranianas estaban liberando Kherson, Stremousov murió en un sospechoso accidente automovilístico).

Una estatua está envuelta para protegerla de posibles daños en caso de un ataque con misiles cercano, en Lviv, Ucrania (Ivor Prickett/The New York Times)
Una estatua está envuelta para protegerla de posibles daños en caso de un ataque con misiles cercano, en Lviv, Ucrania (Ivor Prickett/The New York Times)

Muchas de las pinturas saqueadas del museo de arte de Kherson, incluidos clásicos entrañables como “Piquet on the Bank of the River. Sunset” (“Piquet a la orilla del río. Atardecer”) del miniaturista Ivan Pokhytonov y “Autumn Time” (“Tiempos otoñales”) de Heorhii Kurnakov, aparecieron recientemente en un museo en Crimea, la península del mar Negro que Rusia le arrebató a Ucrania en 2014.

El director del museo, Andrei Malguin, ofreció un razonamiento similar. “Tenemos 10.000 piezas y las estamos inventariando”, le dijo al diario español El País. Aseguró que su museo mantenía la colección para su propia “protección”.

(Los soldados rusos exhibieron de manera similar el botín de cuatro patas que habían “liberado” del zoológico de Kherson. En varios videos que se volvieron virales, un grupo de paracaidistas declaró que el mapache robado ahora era su mascota, viajaba con ellos por el frente y había sido bautizado como “Kherson”. Eso generó un meme popular en el internet ucraniano: salvando al soldado mapache).

Recorrer los museos de Kherson es en la actualidad deprimente. Prácticamente, todos los miles de pinturas al óleo que se habían almacenado en el sótano del museo de arte —así como los registros informáticos que las documentaban— ya no están.

Una estela antigua que cayó al suelo y otros daños por saqueos en el Museo de Historia Regional de Kherson en Kherson, Ucrania (Lynsey Addario/The New York Times)
Una estela antigua que cayó al suelo y otros daños por saqueos en el Museo de Historia Regional de Kherson en Kherson, Ucrania (Lynsey Addario/The New York Times)

“Soy la hija de un oficial que me crio para ser fuerte, pero esto me hizo llorar durante dos semanas”, confesó Dotsenko, quien ha trabajado en el museo de arte durante 45 años.

“No”, se corrigió a sí misma, “no solo lloré. Grité. Mordí las paredes”.

Al otro lado de la calle, en el Museo de Tradiciones Locales de Kherson, se puede ver una vitrina destrozada tras otra. El suelo tiene marcas profundas causadas por los soldados que arrastraron artefactos de siglos de antigüedad. En ocasiones, no tuvieron éxito. Denys Sykoza, inspector de objetos culturales del gobierno de Kherson, se detuvo frente a los restos de una delicada copa de vidrio del siglo V, mirando fijamente los fragmentos.

“La quebraron cuando intentaron robarla”, afirmó en voz baja. “Y era la única en su tipo”.

Una estela antigua que fue tumbada al suelo y otros daños provocados por los saqueos al Museo de Arte Regional de Kherson, en Kherson, Ucrania, el 20 de noviembre de 2022.

© The New York Times 2023

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