Cómo un grupo de australianos logró convertir al fútbol bielorruso en un éxito de internet

Por Jack Williams

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El juego entre Slutsk y el Slavia-Mozyr en Bielorrusia fue muy visto en Australia (Vasily Fedosenko/Reuters)
El juego entre Slutsk y el Slavia-Mozyr en Bielorrusia fue muy visto en Australia (Vasily Fedosenko/Reuters)

El pequeño grupo de aficionados al fútbol lo admite: ha sido una extraña serie de acontecimientos. En principio, los fanáticos estaban buscando deportes en vivo para ver por televisión durante la pandemia. Poco después, ya estaban reuniendo a un grupo de seguidores apasionados de todo el mundo que apoyaban a un pequeño equipo de fútbol proveniente de una pequeña localidad de Europa del Este y, brevemente, incluso intentaron salvarlo de la ruina financiera.

Todo comenzó como una broma durante un día de marzo. Shane Robinson, de 28 años, de Adelaida, Australia, inició una conversación con sus amigos sobre cómo podrían llenar el vacío que sintieron cuando su equipo de fútbol local, el Adelaide United, y la liga australiana de fútbol (A-League) suspendieron —como la mayoría de las ligas del mundo— sus juegos debido a la propagación del coronavirus.

Sin opciones suplentes disponibles como la Liga Premier de Inglaterra o la Serie A de Italia, uno de los amigos de Robinson descubrió que todavía se estaban jugando algunos partidos profesionales. Pero en Bielorrusia.

Sin la posibilidad de reunirse a ver un juego por las restricciones del distanciamiento social, Robinson y alrededor de 25 amigos buscaron un juego de la Liga Premier de Bielorrusia que todos pudieran ver a distancia. Un miembro del grupo descubrió que a través de un sitio web de apuestas, podían ver en directo el partido inaugural de la temporada entre el FC Slutsk y el FC Slavia-Mozyr.

Así que durante un fin de semana, a fines de marzo, se conectaron. Y no podían creer lo que habían encontrado.

“Fue una locura”, dijo Robinson sobre el juego del 22 de marzo, una victoria del Slutsk por 3 a 1, en donde se cobraron cinco penaltis. “Nunca había visto algo así. De inmediato pensamos: ‘Seguramente esto no puede suceder todas las semanas’. Pero no ha estado tan alejado”.

Con su empleo suspendido, Robinson se pasó el lunes tras la victoria del Slutsk creando un grupo de Facebook que concibió como una manera de animar a otros compatriotas australianos a que vieran los juegos del equipo bielorruso durante la pausa de la A-League. Esperando que el grupo, llamado “FK Slutsk Worldwide” —una traducción errónea del nombre oficial del equipo para efectos cómicos— atrajera cerca de 100 miembros, Robinson descubrió rápidamente que al enviarle la página a varios grupos de fanáticos de la A-League, había conectado con una reserva de aliados ansiosos por ver deportes.

“Para ese mismo viernes, ya teníamos más de mil personas”, dijo.

Para el día en que el Slutsk jugó su segundo partido, contra el Dynamo Brest, cientos de australianos ya estaban conectados en línea. Fanáticos del Slutsk en Bielorrusia que hablaban inglés, rápidamente descubrieron también el grupo y fue esta oportunidad perfecta —conexiones por internet, chats de Zoom, transmisiones en directo y una desesperada necesidad de alguna interacción deportiva— la que le ha dado a este modesto equipo bielorruso con un estadio de solo 2000 asientos y graves problemas financieros, una naciente fanaticada mundial.

Una bandera australiana fue colgada en una de las tribunas como muestra de gratitud por toda la atención puesta en el Slutsk. (SFC Slutsk)
Una bandera australiana fue colgada en una de las tribunas como muestra de gratitud por toda la atención puesta en el Slutsk. (SFC Slutsk)

Desde sus raíces en Australia, y luego Nueva Zelanda e Indonesia, el grupo de Facebook pronto captó a miembros de toda Europa, Norteamérica, Sudamérica y África. Un hincha inglés modificó su bandera de la cruz de San Jorge con la frase “Slutsk Til We Die” (“Slutsk hasta la muerte”), y en Burkina Faso, Abraham Golghota, de 30 años, se alegró cuando finalmente encontró un lugar donde podía discutir los relativos talentos de tres jugadores burkineses de la plantilla del Slutsk.

“La página del Slutsk simplemente apareció en mi perfil, y era un nombre que resaltaba”, afirmó John Malone, un escocés de 40 años que desde entonces ha visto unos cuatro o cinco juegos en vivo mientras espera que culmine la suspensión de la liga escocesa. “Se pasa un buen rato, conversando con otros fanáticos del fútbol de todas partes del mundo”.

Pronto, Robinson, el fundador de la página, empezó a tener conversaciones con el equipo bielorruso.

“Después de la segunda ronda, se hizo evidente que había que hacer algo con esta oleada de popularidad”, dijo Vitali Bunos, presidente del Slutsk. “De otra forma, podríamos simplemente perder a estas personas”.

El club estableció un pequeño grupo de trabajo y designó a un escritor deportivo de fútbol, Yahor Khavanski, para que actuara como intermediario entre el equipo y el nuevo grupo de fanáticos. Algunos representantes también empezaron a tener conversaciones francas con Robinson y otros sobre la mala situación financiera del equipo.

“Básicamente, alguien dijo que tenían poco dinero y que ni siquiera estaban seguros de si el equipo iba a poder terminar la temporada”, dijo Robinson. “Así que empezamos a pensar en un par de posibles maneras para ayudarlos”.

Inicialmente, el grupo de seguidores y el club discutieron vender mercancía a los nuevos fanáticos, pero los riesgos de la COVID-19 eliminaron esa posibilidad. Cuando el equipo estableció un sitio web de microfinanciación colectiva, los seguidores vieron que algunos fallos y problemas tecnológicos con los cambios de moneda obstaculizaban las donaciones.

Finalmente, Robinson se decidió por una página en GoFundMe, con la que esperaba recaudar alrededor de 25.000 dólares para comprar espacios publicitarios en los carteles del estadio del equipo, para el grupo de Facebook.

Hasta la fecha, el grupo de fanáticos solo ha recaudado una pequeña porción de lo que se había propuesto. Lo más alentador, dijo Robinson, es que espera que la atención global que está recibiendo el club pueda atraer a un patrocinador dispuesto a atender las necesidades del equipo. (Recientemente, una compañía de apuestas compró toda una temporada de publicidad en los carteles del estadio luego de que uno de sus ejecutivos de comunicaciones se topara con el grupo de Facebook).

El mes pasado, antes de un juego como local, el equipo le informó a Robinson y a sus compañeros fanáticos internacionales del Slutsk —la comunidad en Facebook que crearon ahora tiene más de 6500 seguidores— que no iban a tener necesidad de comprar espacios publicitarios para tener presencia en el estadio del equipo. “Básicamente nos dijeron: ‘Asegúrense de ver el juego mañana, tenemos una sorpresa para ustedes’”, contó Robinson.

Cuando se conectaron —la liga, aprovechando el incremento de su popularidad digital, ha transmitido algunos de sus juegos a través de YouTube— Robinson y el grupo vieron una bandera australiana colgada de una cerca, así como un cartel que decía “SFC Slutsk Worldwide”.

(c) The New York Times 2020