Antes los carpinchos, ahora los gansos silvestres

En un barrio cerrado en Mendoza propusieron trasladar a los gansos silvestres a una reserva, aunque allí no sobrevivan

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El grupo de cauquenes o gansos australes comprende cinco especies exclusivas de Sudamérica (REUTERS)
El grupo de cauquenes o gansos australes comprende cinco especies exclusivas de Sudamérica (REUTERS)

La sociedad argentina y la temática animal han sido sustancialmente cubiertas -y con holgura- por los carpinchos de Nordelta y los perros Pit Bull agresivos que tutelan humanos irresponsables.

Los carpinchos de Nordelta, en una magnífica estrategia jamás imaginada por el mejor jefe de prensa han puesto, mejor dicho, han logrado poner el tema de la ley de humedales en la agenda de discusión cotidiana del argentino medio y sus problemas.

Sabido es que los temas ambientales nunca han tenido carisma ni atractivo para los argentinos de a pie, para aquel “tipo” de Wimpi, ese uruguayo que bautizó hace años al hombre común de la calle de esa forma. Algo está pasando y muy serio de lo que nuestros dirigentes no toman noticia.

Insistimos en transformar un real acceso al río en la porteña Buenos Aires en un mega emprendimiento inmobiliario o en taponar el último humedal de la Costanera Sur y transformarlo en un pequeño nuevo y coqueto Puerto Madero. Lo hacemos a riesgo de perder vínculo público con el río y de sacrificar una de las reservas de agua que constituyen ese inventario que la postergada ley de humedales reclama.

Pero ahora no son solo los carpinchos, esos que alguna trasnochada voz quería trasladar a donde estuvieran bien sacándolo de la vista de quienes quieren una vida natural pero alejada de olores, suciedad, polvo y barro. Lo cierto es que ahora en Mendoza, son los gansos, los gansos silvestres, los cauquenes, los que han invadido esta tierra de los barrios privados desconociendo que no les pertenece, que no pueden estar, aunque hayan estado siempre y hayan construido allí sus nidos, y hayan permanecido en ella por generaciones.

La sociedad argentina y la temática animal han sido sustancialmente cubiertas -y con holgura- por los carpinchos de Nordelta y los perros Pit Bull agresivos que tutelan humanos irresponsables
La sociedad argentina y la temática animal han sido sustancialmente cubiertas -y con holgura- por los carpinchos de Nordelta y los perros Pit Bull agresivos que tutelan humanos irresponsables

“Se tienen que ir”, dijeron desde otro barrio cerrado porque naturaleza sí, pero mi jardín tiene que estar limpio y de película. Y en esta película los únicos actores son los seres humanos y algunos animales educados que no alteren el silencio fantasmal ni la pulcritud ficticia.

Vida natural sí, pero al estilo del ser humano moderno plastificado, vida natural, pero sin naturaleza.

Ahora los gansos se van tener que quedar afuera pero que no se preocupen porque se van a ir a una reserva, a un lugar muy bonito, a un lugar lejano donde tal vez a alguien se le ocurra decir como lo hizo Oscar Wilde: “Qué lugar tan extraño esta reserva campestre donde los pollos caminan crudos”.

*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.

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