El problema de ignorar los problemas

Lo que diferencia los proyectos exitosos de aquellos que no los son no es la falta de inconvenientes, sino la capacidad de respuesta ante ellos

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Ilustración de una mujer haciendo varias tareas al mismo tiempo
Ilustración de una mujer haciendo varias tareas al mismo tiempo

La Asociación del Fútbol convocó a la conferencia de prensa para presentar al flamante Director Técnico de la Selección Nacional. Después de las palabras de ocasión, dieron espacio a las preguntas. En un momento, uno de los cronistas le consultó al entrenador acerca de sus tácticas de defensa frente a una pelota parada del rival. “Ninguna”, dijo el coach sin inmutarse. El murmullo se expandió por la sala de prensa… Inmediatamente otro cronista, incrédulo, volvió a preguntar acerca del método defensivo que pensaba implementar. “¡Dije que ninguno! ¡¿Qué parte no entendieron?!”, exclamó el entrenador, que continuó increpando indignado, “¿Saben lo que pasa? ¡Ustedes son personas negativas! ¡Nosotros no vamos a entrenar tácticas defensivas porque yo pienso en positivo, y no creo que nos vayan a quitar el balón nunca!”, aseguró a los gritos. Pocos segundos más tarde, visiblemente ofuscado, el técnico golpeó la mesa y abandonó el predio, dejando atónitos a todos los presentes.

¿Qué pensaríamos de un Director Técnico como este? Como mínimo, que no está preparado para el cargo. Cualquiera que haya visto un partido de fútbol entiende que hay momentos en los que el equipo ataca y hay otros en los que debe prepararse para defender. Y que esto no tiene nada que ver con pensamientos negativos, sino que es la propia dinámica del juego. Incluso los entrenadores más ofensivos pasan horas y horas entrenando tácticas de defensa. Sin embargo, cuando nos toca dirigir nuestra propia vida, muchas veces reaccionamos como este excéntrico entrenador.

Después de haber pasado el verano, nos disponemos a comenzar el año “propiamente dicho”. Dejamos atrás las vacaciones y estamos prestos a retomar las actividades con renovadas energías (en el mejor de los casos). Todo comienzo de ciclo es una buena oportunidad para plantearnos nuevos objetivos. Este es el momento en que damos rienda suelta a nuestros anhelos, a convencernos de que este año finalmente llevaremos a cabo nuestro emprendimiento, que terminaremos de escribir la novela, que seremos mejores parejas o padres… pero nos olvidamos de un paso fundamental: ¿qué haremos si las cosas no van según lo planeado?

En una reunión en la que me comentaban acerca de un proyecto de importación, le pregunté a la persona en cuestión si había evaluado qué hacer ante un problema con el proveedor. Ofendido, me acusó de querer “pincharle el globo”. Pero, pensémoslo bien, ¿existe algún importador exitoso que no haya tenido conflictos con proveedores?

Vaya uno a saber por qué, muchos creen que el mejor modo de evitar los problemas es sencillamente no pensar en ellos. Nos han convencido de que existe una suerte de “karma” que afirma que, si consideramos la posibilidad de que haya problemas, entonces ellos aparecerán. Lamentablemente, la experiencia demuestra exactamente lo contrario: todos los proyectos exitosos, sin excepción, han debido afrontar problemas. Frente a todo pronóstico, la clave del éxito parece justamente radicar allí: no en la inexistencia de problemas, sino en la capacidad de poder solucionarlos. Y no hay mejor modo de estar preparado que anticipándonos a ellos.

Esto no se aplica sólo a los negocios. También a las relaciones. A los planes de estudio. A las rutinas de ejercicio… cuando miramos los casos de éxito creemos que ellos han llegado a su objetivo por dos razones: por una especie de suerte sobre-humana o porque esas personas poseen una capacidad fuera de lo normal. Pero, en la inmensa mayoría de los casos, esto no es cierto. La determinación a llegar a la meta junto con una habilidad para sortear obstáculos son la fórmula del éxito.

¿Acaso creemos que aquella pareja que parece sacada de un cuento no ha tenido nunca discusiones? ¡No existen parejas sin conflictos! Cuando Jeff Bezos comenzó Amazon, enviaba libros por correo. ¿Creen que no tuvo infinidad de problemas en el desarrollo de su empresa? Zlatan Ibrahimovic sufrió lesiones que a más de un futbolista lo habrían obligado al retiro, ¿le fue fácil, pasados los 40, volver a competir en la elite del fútbol europeo? Los contratiempos aparecerán, por más que “pensemos en positivo”. Lo que depende de nosotros es estar preparados para hacerles frente.

Debemos repetirlo hasta que nos quede grabado: lo que diferencia los proyectos exitosos de aquellos que no los son no es la falta de problemas, sino la capacidad de respuesta ante ellos.

Estamos calentando los motores para que el 2022 sea un año fenomenal. Analizar de antemano los obstáculos que podamos tener nos servirá para estar más preparados para afrontarlos. Y, justamente, esta preparación puede ser la gran ventaja que nos permita llegar al punto más difícil de un proyecto: completarlo de manera exitosa.

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