Ruth Ellis, el crimen pasional que cambió la historia de la pena de muerte en Reino Unido

Su vida estuvo marcada por abusos, relaciones tormentosas y un crimen que conmocionó a toda una nación, convirtiéndola en un símbolo de injusticia

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La historia de la mujer
La historia de la mujer que mató a su amante y fue ahorcada en 1955 ha sido objeto de debate durante décadas, revelando detalles de violencia, desigualdad y errores judiciales (Grosby)

El 13 de julio de 1955, Ruth Ellis, una mujer de 28 años, fue ejecutada en la prisión de Holloway, en Londres, convirtiéndose en la última mujer en ser ahorcada en el Reino Unido. Su caso, que involucró el asesinato de su amante, David Blakely, desató un intenso debate sobre la pena de muerte, la violencia de género y las desigualdades sociales. Según informó All That’s Interesting, Ellis disparó a Blakely cinco veces frente al pub Magdala, en el barrio de Hampstead, el 10 de abril de 1955. Fue arrestada en el lugar y, durante su juicio, admitió haberlo matado con la intención de hacerlo. Sin embargo, los detalles de su vida y las circunstancias que rodearon el crimen plantearon preguntas que resonarían durante décadas.

Una vida marcada por la violencia y la desigualdad

De acuerdo con BBC, Ruth Ellis nació el 6 de octubre de 1929 en Gales del Norte, en el seno de una familia trabajadora. Su infancia estuvo marcada por el abuso: su padre, Arthur Hornby, fue acusado de agredir sexualmente a su hermana mayor, Muriel, y de intentar abusar de la propia Ruth cuando tenía solo 11 años. Este entorno de violencia y pobreza influyó profundamente en su vida posterior.

En su adolescencia, Ellis comenzó a frecuentar clubes nocturnos y a relacionarse con hombres mayores, lo que la llevó a un estilo de vida que combinaba glamour y precariedad. Según British Art Studies, trabajó como camarera, modelo de desnudos y, más tarde, como anfitriona en clubes nocturnos, donde su apariencia y carisma le permitieron ascender rápidamente. A los 27 años, se convirtió en gerente del exclusivo Little Club en Knightsbridge, en Londres, un puesto que le otorgó cierta estabilidad económica, pero que también la expuso a un mundo de relaciones tóxicas y abusivas.

La relación con David Blakely: amor, violencia y tragedia

Fue en el Little Club donde conoció a David Blakely, un piloto de carreras de 25 años proveniente de una familia acomodada. Según All That’s Interesting, su relación fue tumultuosa desde el principio. Blakely, un hombre conocido por su carácter volátil y su afición al alcohol, estaba comprometido con otra mujer cuando comenzó su romance con Ellis. A lo largo de su relación, ambos tuvieron múltiples rupturas, reconciliaciones y aventuras extramaritales. Sin embargo, lo que marcó profundamente a Ellis fue la violencia física que sufrió a manos de Blakely. Poco antes del asesinato, Ellis perdió un embarazo tras recibir un golpe en el abdomen por parte de Blakely. En el juicio, declaró: “David se puso muy violento. No sé si eso causó el aborto, pero me golpeó en el estómago”.

La ejecución de una joven
La ejecución de una joven de 28 años por asesinar a su pareja desató polémicas sobre la justicia, la violencia de género y el papel de los medios en la construcción de su imagen (AP)

El 10 de abril de 1955, después de días de buscar a Blakely, Ellis lo encontró frente al pub Magdala en Hampstead. Lo esperó afuera y, cuando él salió con un amigo, le disparó cinco veces. Tres de los disparos impactaron en su cuerpo mientras él yacía en el suelo. Un testigo presencial, Clive Gunnell, relató que Ellis, tras disparar, le pidió que llamara a la policía. Fue arrestada en el lugar por un oficial fuera de servicio.

El juicio de Ellis, celebrado en el Old Bailey, duró apenas un día. Según British Art Studies, la defensa fue mínima, y el jurado tardó solo 23 minutos en declararla culpable de asesinato. Cuando el fiscal le preguntó qué había intentado hacer al disparar, Ellis respondió: “Es obvio que cuando le disparé, intentaba matarlo”. Esta declaración selló su destino, ya que, bajo las leyes de la época, el asesinato premeditado conllevaba automáticamente la pena de muerte.

El impacto mediático y la construcción de una imagen pública

Durante el juicio, los medios británicos se centraron en la apariencia y el pasado de Ellis, retratándola como una “femme fatale”. Fue descrita como una mujer fría y calculadora, vestida con un elegante traje negro con ribetes de piel, maquillaje impecable y cabello teñido de rubio platino. Esta imagen, que evocaba a las protagonistas de películas de cine negro, contribuyó a que el público la percibiera como una figura glamorosa pero peligrosa. Sin embargo, esta representación ignoraba las complejidades de su vida, incluidas las experiencias de abuso y las limitaciones sociales que enfrentó como mujer trabajadora en la posguerra.

Su juicio fue rápido y
Su juicio fue rápido y su condena inevitable, pero con el tiempo salieron a la luz pruebas que cuestionaban la versión oficial de los hechos (AP)

Con el tiempo, surgieron detalles que cuestionaron la equidad del juicio y la severidad de la sentencia. Según The Guardian, Ellis confesó antes de su ejecución que su amante, Desmond Cussen, le había proporcionado el arma y la había llevado al lugar del crimen. Aunque Cussen negó estas acusaciones hasta su muerte en 1991, algunos investigadores, como el periodista Duncan Webb, argumentaron que su papel en el asesinato no fue debidamente investigado. Además, el jurado no fue informado de los abusos que Ellis sufrió en su infancia ni de su estado emocional en el momento del crimen, lo que podría haber llevado a una condena por homicidio involuntario en lugar de asesinato.