CJNG anunció su llegada a Panindícuaro, Michoacán: “vamos por la limpia total”

Panindícuaro ha sido tomada frecuentemente por los narcotraficantes. Su desamparo de las autoridades la ha convertido en una zona vulnerable

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(Foto: Captura de pantalla)
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Los miembros de una de las organizaciones criminales más salvajes y poderosas del país, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) hicieron una nueva demostración de fuerza en el municipio de Panindícuaro, estado de Michoacán, donde anunciaron su llegada.

“La empresa Cártel Jalisco se hace presente en la región de Panindícuaro y sus alrededores. No venimos contra nadie, sólo contra los pinches lacras, no venimos a pelear con el gobierno, venimos a pelear con nuestros enemigos, extorsionadores, secuestradores. CJNG se deslinda de ese tipo de mamadas que están pasando, vamos por la limpia total”, dice un interlocutor con uniforme táctico y pasamontañas.

Las imágenes se han hecho públicas a través de redes sociales.

Panindícuaro ha sido tomada frecuentemente por los narcotraficantes. Su desamparo de las autoridades la ha convertido en una zona vulnerable.

(Foto: Cuartoscuro)
(Foto: Cuartoscuro)

Michoacán se encuentra en su punto más álgido ante el embate de la organización criminal más poderosa de México, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Este cártel liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, no llegó en ningún momento a la entidad, pues siempre estuvo ahí. Como se sabe, su principal jerarca es originario del municipio de Tepalcatepec (limítrofe con Jalisco), lo que convierte en automático a la región en un trofeo para este grupo delictivo.

En su lucha por hacerse del territorio los jaliscos han tenido que compartir y pelear con otros grupos criminales como Cárteles Unidos (CU), una alianza de células delictivas de Michoacán que hasta hace poco vivían replegadas por el avance del Mencho.

Cárteles Unidos agrupa a varios líderes criminales, pero el principal es un ex autodefensa y ex miembro del CJNG identificado como Juan José Álvarez Farías, alias el Abuelo.

Este grupo criminal opera en los municipios michoacanos de Tierra Caliente:Apatzingán, Buenavista, Aguililla, Tepalcatepec y Coalcomán.

En las filas del CJNG, Juan José Álvarez Farías luchó contra Los Caballeros Templarios de Servando Gómez Martínez, la Tuta, hoy preso en el penal federal de El Altiplano.

El grupo criminal al que pertenecía la Tuta irrumpió en 2005, con el objetivo inicial de expulsar de la región a Los Zetas y obtener el dominio de Michoacán. Los Caballeros Templarios nacieron como una escisión del cártel La Familia Michoacana, fundado por Nazario Moreno González, el Más Loco, abatido en marzo de 2014.

El debilitamiento, abatimiento y captura de los líderes de estos grupos provocó el surgimiento de otros más, uno de ellos Los Blancos de Troya, dirigidos por Roy Ríos, el Troyano.

Se asegura que en Michoacán operan por lo menos una docena de organizaciones dedicadas a la delincuencia organizada, entre las que se menciona Los Vengadores, una facción del Cártel de los Valencia; Los Locos de la Sierra, Los Justicieros, La Vieja Guardia, Grupo H3, El Grupo de El Metro, Los Caballeros de Elite, Brazo de Oro, El Grupo del Cenizo, Grupo Iris y Los Cinco del Cerro. Desde luego que también existen células del Cártel de Sinaloa.

Los hermanos Correa Velázquez, liderados por Daniel, alias el Tigre, son identificados como el grupo narcotraficante de más reciente aparición en Michoacán; de ahí que el Cártel Jalisco Nueva Generación ha enfocado sus fuerzas para abrir un nuevo frente en el oriente del estado en contra de la facción.

Según registros judiciales, versiones extra oficiales y videos a nombre del CJNG, se trata de una familia que opera en Ciudad Hidalgo y Maravatío.

Aunque también se extiende a una decena de municipios más como Zitácuaro, Ocampo o Indaparapeo, en los límites con el Estado de México. Estas últimas demarcaciones están situadas en la sierra montañosa.

Sin embargo, el indicio del Cártel de los Correa data al menos de finales de 2020,cuando se les acusó de cobrar cuotas a comerciantes como locatarios en el oriente de Michoacán. Su base de operaciones, supuestamente, estaba en San Antonio Villalongín.

Presuntamente, su estructura criminal se basa en una red que opera la tala clandestina desde hace dos décadas en la región. Aunque Daniel Correa Velázquez y sus hermanos se dedicarían a la producción de marihuana, droga sintética, extorsiones, robo, secuestros y asesinatos.

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