Pulir metales y abrillantar las estatuas, los extraños usos de las salsas botaneras

Seis de cada 10 mexicanos acompañan el consumo de botanas con salsas

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Las salsas botaneras son infaltables en las mesas de los mexicanos (Foto: flickr)
Las salsas botaneras son infaltables en las mesas de los mexicanos (Foto: flickr)

La salsa Valentina es uno de los productos picantes más distribuidos a nivel nacional. Se utiliza para acompañar botanas, cócteles de fruta y diversos platillos, pero los mexicanos han encontrado formas de emplearla que van más allá de la alimentación. Y es que por su contenido de ácido acético es funcional para pulir metales.

La Valentina se caracteriza por su sabor picante, especiado y con notas de vinagre, y esto se debe a que el producto es elaborado con una mezcla de chiles secos como el puya y el de árbol, sal, condimentos y especies, procesados con otros ingredientes com agua, ácido acético y benzoato de sodio como conservador.

Esta salsa es producida y comercializada por la empresa mexicana Salsa Tamazula S.A. de C.V., compañía que también creó las salsas Tamazula y Costa brava, productos de sabor similar que son distribuidos principalmente en México y Estados Unidos.

En 2012, según reportaron diversos medios nacionales, un grupo de trabajadores de limpieza de la Dirección de Cultura del Ayuntamiento de Ciudad Juárez empleó la salsa como bruñidor de metales. La Valentina sirvió como sustituto de los productos químicos que se empleaban para abrillantar las esculturas de bronce de la ciudad.

De acuerdo con los trabajadores, este producto mostró una efectividad inclusive superior a la de los bruñidores comerciales y por un precio mucho menor, por lo que fue comprada durante un periodo para ser utilizada con este fin.

Pero más allá de los usos recientes, el origen de la salsa se remonta a la tradición culinaria del estado de Jalisco, misma que se caracteriza por la elaboración de salsas con chiles secos y frescos procesados tradicionalmente con molcajete.

En el tránsito de la preparación casera a la fabricación automatizada, Salsa Tamazula estableció un planta de 30,000 metros cuadrados en la zona industrial de Guadalajara, Jalisco. Sin embargo, la receta tradicional proviene de Tamazula de Gordiano, localidad que da nombre a la empresa y de la que es originario Manuel Maciel Méndez, creador de la empresa familiar fundada en 1970.

Si bien en México el mercado de salsas y productos picantes es amplio, Salsa Tamazula compite con empresas como Herdez, La Costeña, Del Monte y Tajín, entre otras, agrupadas en su mayoría en la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias.

Según la consultora Euromonitor, la industria mexicana de salsas y chiles fue valuada para 2018 en USD 166.6 millones , y se estima que aumente a USD 198.9 millones para 2023.

De acuerdo con el Gabinete de Comunicación Estratégica, seis de cada 10 mexicanos acompañan el consumo de botanas con salsas como Valentina, Botanera o Búfalo y el 78% considera muy común ingerir salsas junto con alimentos en general. Sinembargo, para los consumidores, la ingesta de estos productos está asociada con problemas de salud como la gastritis e irritaciones en el aparato digestivo.

La organización Open Food Facts, en su portal digital, señala que esta salsa es elaborada con una elevada cantidad de sodio, por lo que le adjudica una puntuación “C” en la escala “Nutri-Score”.

La Academia Nacional de Medicina cataloga este condimento como un alimento con alto contenido en sal y recomienda un consumo poco frecuente del mismo. Esta recomendación tiene como fundamento la relación establecida entre el consumo de altas cantidades de sodio con el aumento de la presión arterial, factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares.

De acuerdo con la publicación “Guías alimentarias y de actividad física”, elaborada por dicho organismo en colaboración con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la recomendación internacional para adultos es consumir un máximo de 5 gramos de sal al día.

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