Juan Gabriel, el legado eterno del prócer mexicano más internacional

Padres: campesinos pobres. El menor de diez hermanos. Alguien le regala una guitarra providencial. Y de allí salta al mundo con cifras inigualables

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(Grosby)
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El domingo 28 de agosto, a las 11:17 de la mañana (hora del Pacífico), el ciudadano mexicano Alberto Aguilera Valadez apareció muerto en su mansión de Santa Mónica, California. Informe de la autopsia: infarto de miocardio. La historia –parecida a tantas– pudo terminar allí. Pero se extendería y se lloraría por medio planeta. Porque el muerto no era otro que Juan Gabriel, su seudónimo desde que empezó a ser famoso.

En verdad, "famoso" es una palabra que lo minimiza. Juan Gabriel fue (y seguirá siendo) un prócer del arte popular de su país, con asombrosas resonancias y cifras en toda América, incluídos los Estados Unidos. Y mucho tardarán las lágrimas en secarse, aunque su voz, sus composiciones, sus casi infinitos sones, sigan resonando en los oídos y las almas de millones.

La pobreza original

Alberto Aguilera Valadez abrió los ojos en Parácuaro, Michoacán, el 7 de enero de 1950. Menor de los diez que los campesinos Gabriel Aguilera Rodríguez y Victoria Valadez Rojas trajeron a este mundo sin más destino que un precario techo y una estricta comida, su futuro no parecía mejor que el de sus cinco hermanos que murieron –la miseria cobró su diezmo–, y para colmo, sin padre. Porque don Alberto, mientras quemaba la madera talada, fue soprprendido por un viento brutal que extendió el fuego por la comarca y destruyó varias casas. El final no es claro: se dice que, culpable, se arrojó al río para morir ahogado, y también que se salvó pero empezó una nueva vida en otra latitud…

A la buena de Dios

Sola, cargando con sus hijos y peleada con sus cuñados, Victoria Valadez Rojas recala en Ciudad Juárez, vive en una mísera habitación cedida por la patrona de su abuela, y su hijo menor, Alberto, pasa ocho años –de los cinco a los trece– en la Escuela de Mejoramiento Social para Menores El Tribunal: nada que imaginar; más sombras que luz…

Pero un día entre los días (Las mil noches y una noche dixit) se cruza con un tal Juan Contreras, de oficio hojalatero, que por un toque de varita mágica… le enseña a tocar la guitarra. El dúo cómplice está armado: Alberto huye del reformatorio, Contreras lo acompaña, y empiezan a ganarse la vida (mal) vendiendo artesanías de madera en la calle.

Un joven Juan Gabriel cuando aún no era “El Divo de Juárez”
Un joven Juan Gabriel cuando aún no era “El Divo de Juárez”

Vuelve a Ciudad Juárez. Se reencuentra con su madre y una de sus hermanas. Venden burritos, uno de los platos nacionales aztecas. Vendían artesanías de madera en la calle. Pero…

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La iluminación

En secreto, como quien descubre un tesoro en el fondo del mar, Alberto ha compuesto con su guitarra… ¡más de cien canciones! Y se marcha por esos caminos, de pronto hostiles, de pronto cálidos. Primer periplo: Tijuana–California. Consigue trabajo, vía una amiga argentina, San Sussie, en el bar Nic Teja, y no mucho después en el bar Noa Noa, con la banda Los prisioneros del ritmo. Por entonces elige el seudónimo Adán Luna: el primer hombre, y el satélite romántico muchos años antes de la huella de Neil Armstrong en su polvorienta y gris superficie.

Sus primeros pasos, allá por los años 70
Sus primeros pasos, allá por los años 70
Juan Gabriel tuvo una infancia de infierno, pero su instinto de superación y su talento fueron claves para su éxito
Juan Gabriel tuvo una infancia de infierno, pero su instinto de superación y su talento fueron claves para su éxito
Junto a su madre
Junto a su madre
En otra de sus primeras presentaciones en Juárez. Todavía el Madison Square Garden estaba lejos de su horizonte
En otra de sus primeras presentaciones en Juárez. Todavía el Madison Square Garden estaba lejos de su horizonte

Los dados empiezan a caer derechos: temporada en el Centro Nocturno Malibú a 20 dólares la noche, y primera grabación en RCA Victor, el gigantesco templo discográfico. Pero alguien lo acusa de robo, lo recluyen un año y medio en la Peninteciaria Lecumberri, y por fin sale libre de culpa y cargo.

Salto a la gloria

Nace el año 1971. Nace su seudónimo definitivo: Juan Gabriel. Nacen sus tres primeros hits: " No tengo dinero" (¡vaya si lo tendría!), "Tres claveles y una rosa", y Como amigos, ¡primer disco de oro! En adelante, su carrera es un alud, un tsunami. Tira en televisión: Él y ella. De pronto, Juan Gabriel se revela como cantautor, actor, compositor, productor discográfico… y filántropo: sus millones alcanzan y sobran para sostener al centenar de menores abandonados en la escuela Semjase: una experiencia que sufrió, pero en pésimas condiciones, durante ocho años.

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Juan Gabriel"Superman"

"El Divo de Juárez", como entraría en la historia, no conoció límites en el pentagrama. De su talento nacieron baladas, rancheras, boleros, música pop, rumba flamenca, huapango, música chicana, salsa, son de mariachi, música de banda, big band… y hasta canciones de cuna para cada uno de sus cuatro hijos. Pero Juanga, apócope de Juan Gabriel, no se quedaría sólo como "El Divo de Juárez": lo fue de todo México. Un "puritito mexicano" de pies a cabeza, "atrevido, único y cautivador", como lo definió un crítico. Y también "el artista más constante y famoso del último medio siglo en México", como arriesgó otro. Pero palabras con meras palabras. Vayamos a la contundencia de los números.

Año 1982. Juan Gabriel firma uno de sus millonarios contratos
Año 1982. Juan Gabriel firma uno de sus millonarios contratos
Año 1989 (Grosby Group)
Año 1989 (Grosby Group)

Cerca del milagro

El artista que más canciones registró en la Sociedad de Autores y Compositores de México. Su disco Recuerdos, volumen II (1984) es el más vendido en la hisotria del país: 8 millones de copias, y fue traducido al turco, al alemán, al japonés, al francés, al italiano, al griego, al papiamento y al portugués. El compositor hispano más cantado en el mundo. Ventas como intérprete: 150 millones de copias, más 45 millones por sus temas a dúo con la española Rocío Dúrcal (1944-2006): la pareja musical más exitosa de iberoaméroca. Dato: en algún medio radial o televisivo de América Latina suena un tema de Juan Gabriel… ¡cada cuarenta segundos!

(AP)
(AP)

¿Algunas cifras para anotar? Más de 15 mil presentaciones en vivo en 45 años. El 5 de octubre, en Los Ángeles y según un alcalde, es El día de Juan Gabriel. Y por supuesto, su nombre tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Hacia 1980 llevaba vendidas 20 millones de copias. En 1999, la célebre y respetada revista Billboard lo bautizó The Latin Legend. ¿Cómo no?, si llenó el Rose Bowl de Pasadena, el Madison Square Garden, el Estadio Azteca, el Estadio Nacional de Chile, el Orange Bowl de Florida Park… El resto casi agobia: 350 mi almas en El Zócalo de México D.F., y más, mucho más.

(AP)
(AP)

El presidente Enrique Peña Nieto lo despidió así en Twiter: "Una voz y un talento que representaban a México, y su música, un legado para el mundo. Por desgracia, se ha ido demasiado pronto. Que descanse en paz".

En adelante, el mundo tendrá a mano sus más de 100 millones de álbumes. En las vitrinas de las empresas discográficas, como monumentos, quedarán por siempre sus 1.500 discos de oro, platino y multiplatino. Los nuevos cantantes latinos (y no latinos) podrán aventurarse a cantar algunos de sus 1.800 temas. Los mismos que abordaron desde el mítico Pedro Vargas hasta el inmortal Armando Manzanero, pasando por Isabel Pantoja y Paquita la del Barrio

Se fue demasiado pronto, sí. Apenas 66 años. Pero una obra como la suya no se construye ni en dos siglos. Para el mundo, desde el arco que empieza en México y termina en California, partió mucho más que un gran artista popular: partió un prócer.

Juan Gabriel falleció este domingo en Santa Mónica, California (AP)
Juan Gabriel falleció este domingo en Santa Mónica, California (AP)