Las renuncias al Congreso de la República que dejó el 2022

Cuatro personajes estuvieron únicamente durante los primeros cuatro meses del primer periodo legislativo. Tres de ellos dimitieron para aspirar a las elecciones de alcaldes y gobernadores que se darán en 2023, mientras que otro lo hizo para mantener la posibilidad de aspirar, pero todavía no se decide.

La primera renuncia sucedió en el Senado de la República y generó polémica. Se trata de Rodolfo Hernández, quien obtuvo una curul gracias al estatuto de la oposición, tras quedar en segundo lugar en las pasadas elecciones de presidente de la República.

Hernández dudó en aceptar la curul en el Senado, mientras que Marelen Castillo estaba decidida a integrar la cámara de representantes como fórmula vicepresidencial, vencida por Gustavo Petro y Francia Márquez en las elecciones presidenciales.

El exalcalde de Bucaramanga, a sus 77 años, no se sentía cómodo en el legislativo. Decidió aceptar su curul, obtuvo la personería jurídica para su partido La Liga de Gobernantes Anticorrupción, expulsó a varios de los elegidos por esa lista, incluso a Castillo y después de tres meses decidió renunciar.

“Me retiro para ver si es posible que Santander me acepte como su candidato a la Alcaldía, a una de las alcaldías del departamento o a la Gobernación. Para no inhabilitarme, pues me toca renunciar. Ahí sí puedo prestar un gran servicio”, señaló por medio de un comunicado de prensa el 11 de octubre de 2022.

Aseguró que se sentía como Messi de portero, pero varios de los políticos que lo apoyaron en la campaña contra Petro para la segunda vuelta se sintieron decepcionados por su decisión. Como la exrepresentante Margarita Restrepo que calificó como “una payasada” su paso por el Congreso o el líder de Salvación Nacional, Enrique Gómez, que lo describió como “vergonzoso”.

Los representantes tenían tiempo hasta el 31 de diciembre de 2022 para renunciar si sus aspiraciones son participar en las elecciones a gobernaciones y alcaldías durante el 2023. Esto porque no podrían ejercer cargos públicos durante los 12 meses anteriores a su elección.

Por eso se dio la segunda renuncia al Senado, del congresista Berner Zambrano del partido de La U. Era uno de los rostros más conocidos en el capitolio, pues llevaba 24 años recorriendo los salones y pasillos, pero decidió que en este nuevo año buscaría liderar su departamento de nacimiento, Nariño.

Poco después de la renuncia de Hernández, el 18 de octubre Zambrano compartió la renuncia porque buscará ser candidato a la Gobernación de Nariño en las elecciones que se vienen este año. La polémica que rodeó su decisión se centró en quien lo reemplazó en el legislativo, pues le permitió a Julio Alberto Elías Vidal, hermano del condenado por corrupción Ñoño Elías, llegar al Senado.

En su carta de renuncia a la curul que fue aprobada por la plenaria del senado, Zambrano indicó que “tengan la certeza que continuaré trabajando con dedicación y compromiso en la actividad política, que no es cosa diferente a la de servir a nuestras comunidades, en especial a Nariño, departamento de grandes inequidades”.

Las otras dos renuncias sucedieron cerca de cumplirse el límite de la inhabilidad para ser candidatos y de terminarse el año. El primero en hacerla pública fue el representante del partido Conservador, Yamil Arana, que también buscará competir en las elecciones regionales.

Arana fue el más votado para la Cámara de Representantes de la lista de los azules, que se declararon de gobierno para acompañar las iniciativas de Gustavo Petro. Sin embargo, considera que puede alcanzar la Gobernación de Bolívar, por lo que decidió dimitir, dejando en claro sus intenciones.

En el Pacto Histórico sonaron varios nombres, como el de María José Pizarro, Gustavo Bolívar y Alexander López Maya, pero solo uno de ellos presentó la renuncia. Se trata del también escritor que lideró la lista cerrada al Congreso por la ahora coalición de Gobierno.

Bolívar renunció, según dijo, para continuar proyectos para la televisión nacional, pero también para dejó abierta la posibilidad de ser candidato en las próximas elecciones; aunque todavía no es seguro que aspire a la Alcaldía de Bogotá.

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