Confirman la muerte violenta de dos líderes sociales en el suroccidente del país, van nueve de ellos en octubre

No cesa el exterminio de líderes sociales en Colombia, y aunque en septiembre se vislumbró una pequeña esperanza luego de que solo registraran ocho homicidios de estas personas que trabajan por sus comunidades o los derechos humanos, en lo que va corrido de octubre ya se superó esa cifra y se llega a nueve crímenes tras confirmarse la muerte de otros dos líderes sociales la semana pasada.

Indepaz (Insituto de Estudios para el Desarrrollo y la Paz) informó que se trataba de Gerardo Pai Nastacuas, quien falleció en Tumaco (Nariño), y Silvio Landazury Castillo, a quien ultimaron en Mocoa (Putumayo).

En el primer caso, se trataba de un líder indígena y sabedor de la comunidad Awá, de 61 años, quien murió tras caer en un campo minado, el pasado domingo 9 de octubre, cuando realizaba una caminata en inmediaciones del río Mira, de acuerdo con la información que obtuvo la mencionada ONG.

Agregaron que Pai Nastacuas era un médico tradicional, intérprete y minguero que se destacó dentro de su comunidad por acompañar el proceso de vida y conservación tradicional.

Citaron, en la mencionada entidad, la alerta temprana 045/19 que se concentró en el pueblo Awá en la que se advertía del peligro en que se encuentra esa comunidad ancestral ante la instalación de estos artefactos explosivos no convencionales en su territorio que, además, le están restringiendo el uso de sus espacios tradicionales para la caza, la pesca y el acceso a los lugares donde llevan a cabo su prácticas medicinales, al punto que hasta han sido profanados algunos de sus cementerios.

Tres días después del deceso del líder indígena, un hombre armado, que se movilizaba en una motocicleta, asesinó a Silvio Landazury Castillo tras interceptarlo en la inspección de Puerto Limón, en la vereda Villa Nueva, en zona rural de Mocoa, señalaron en Indepaz. El líder social formaba parte del Consejo Comunitario de la población en la que fue ultimado.

De esta manera se llegó a la escabrosa cifra de nueve homicidios de estas personas que se destacan por el trabajo por sus comunidades en el país luego de que el pasado 1° de octubre fuera asesinado Natanael Díaz Iriarte, excandidato al Concejo de Magangué (Bolívar).

Posterior a este homicidio se conoció el de Juan Gabriel Rueda, un líder social que pertenecía al Pacto Histórico y que realizó proselitismo a favor de la campaña presidencial de Petro en Salgar.

De hecho el propio jefe de Estado confirmó la noticia a través de su cuenta oficial de Twitter y pidió celeridad a las autoridades para esclarecer el crimen.

A ellos le siguió Carlos Julio Silva Borja, concejal de Remolino (Magdalena) quien fue ultimado por sicarios cuando retornaba del corregimiento de Corral Viejo al casco urbano de la mencionada población, el pasado jueves 6 de octubre.

Ese mismo día, pero en Santander de Quilichao (Cauca), en inmediaciones de la vereda Taminango, en zona rural de ese municipio fue ultimado por hombres armados Edinson Murillo Ararat, quien era un reconocido líder social, miembro de la Guardia Cimarrona y también hacía parte del Concejo Comunitario de Cuenca ubicado en el norte del departamento.

Tras estos crímenes, se perpetró el doble homicidio de los líderes sociales Ferney Morales y Rigo Alape, en Puerto Leguízamo (Putumayo) el sábado de octubre. Ambos eran miembros de la campesina Asociación de Trabajadores Campesinos del Mecaya (Astracam), una filial de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (Fensuagro).

Un día después fue hallado muerto Fredy Mena Oregón, líder social afro de Lloró (Chocó) que había sido secuestrado en esa población del pacífico colombiano.

La Defensoría del Pueblo, a través de su cuenta oficial de Twitter, confirmó la triste noticia: “Se desempeñaba como representante legal de la comunidad de La Playa (...) había sido (raptado) en su comunidad la noche anterior (sic)”.

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