Gustavo Petro espera que su nuevo embajador ante EE. UU. pueda convencerlos de acabar la guerra antidrogas

El presidente de Colombia encomendó esta responsabilidad a Luis Gilberto Murillo, quien renunció a su nacionalidad estadounidense para asumir este cargo diplomático

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Gustavo Petro posesiona a Luis
Gustavo Petro posesiona a Luis Gilberto Murillo como embajador de Colombia en Estados Unidos

Durante la posesión del nuevo embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo, que tuvo lugar este miércoles 7 de septiembre, el diplomático ha recibido un importante encargo de parte del presidente de la República, Gustavo Petro: contribuir al fin de la guerra contra las drogas, política de vieja data propiciada por el país norteamericano.

El mandatario recordó que Estados Unidos ha determinado los designios de Colombia desde hace varias décadas, ya que están interesados en desescalar el narcotráfico y envían recursos para continuar la ofensiva contra el narcotráfico. No obstante, mencionó que dicha política ha fracasado y se debe plantear alternativas “que no sean las de tener un millón de latinoamericanos más muertos, centenares de miles presos, millones de norteamericanos muertos por sobredosis, destrucción democrática y violencia por doquier”.

De todas maneras, Petro reconoció que las políticas estadounidenses no son las únicas culpables de la situación de violencia actual, sino que algunos eslabones de la cadena del narcotráfico se han nutrido de la indiferencia del Estado en determinadas regiones y con determinadas comunidades, desidia heredada del colonialismo y la esclavitud.

Además, el presidente explicó los motivos que lo llevaron a elegir a Luis Gilberto Murillo —excandidato a la vicepresidencia en fórmula con Sergio Fajardo— para asumir el puesto de representar a Colombia en la que él denominó “la principal embajada de Colombia”, dado que en Estados Unidos viven más de 800 mil connacionales. “Yo escogí una persona afrodescendiente porque Estados Unidos tiene buena parte de su población afrodescendiente; porque se habla el mismo lenguaje, que no tanto el lingüístico, como sí el cultural, porque es la misma raíz”, aseguró.

Cabe recordar que Murillo era ciudadano estadounidense antes de que le ofrecieran este puesto diplomático. No obstante, dado que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia obliga a los diplomáticos a ser colombianos de nacimiento y no tener doble nacionalidad, el chocoano tomó la decisión de renunciar a este estatus —deseado y perseguido por tantas personas en el mundo por los beneficios que otorga, como viajar sin visa a más sitios en el mundo que con un pasaporte colombiano—. En efecto, presentó la renuncia el pasado 26 de agosto y el Gobierno estadounidense la aceptó tres días después.

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