Máximo dirigente de Águilas Doradas fue acusado de lanzarle un insulto racista a jugador del Deportivo Pasto

En el cierre de la quinta jornada de la Liga BetPlay Dimayor, Águilas Doradas y Deportivo Pasto igualaron a un tanto, en el juego que se disputó ayer, martes. En la casa del cuadro antioqueño no sólo hubo emociones, por cuenta de los goles del compromiso, también se presentó un hecho lamentable en el que se vio involucrado Fernando Salazar, máximo accionista del conjunto que ofició como local.

El dirigente fue acusado de haberle dicho simio a Iván Rivas, jugador del equipo nariñense, como reveló la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro) a través de las redes sociales, en las últimas horas.

Salazar fue puesto evidencia por el comentario racista y, además, por los insultos que le lanzó a más jugadores del Pasto; uno de los afectados fue el capitán Camilo Ayala, quien fue agredido verbalmente y quedó registrado en un video que compartió Humo Volcánico, en Twitter, junto a la leyenda “Aquí hablando amigablemente con Ayala, seguro le está leyendo un versículo de la biblia, este gran cristiano”.

Esta no es la primera vez que el directivo es protagonista de hechos polémicos, en el fútbol profesional colombiano. En 2013, lanzó explosivas declaraciones por la inscripción de Yhonny Ramírez a la nómina de Millonarios, para el Apertura de ese año.

“Desde la época en la que jugaba fútbol el escenario era distinto para los equipos. Los jugadores éramos activos del equipo y no había el famoso sindicato, pero todo cambió. Hoy, los futbolistas se burlan de los equipos como empresas y tiran al canasto el patrimonio de nuestros hijos. Son unas prostitutas vestidas con uniforme y se venden al mejor postor”, aseveró.

Luego, en 2018, tuvo una fuerte discusión con Hubert Bodhert, quien hoy dirige a Águilas Doradas y en ese entonces comandaba al Once Caldas, durante una rueda de prensa. La discusión se desató por otro caso de racismo, en el que el timonel cartagenero defendió a uno de sus jugadores, de los insultos del portero uruguayo Lucero Álvarez.

Ese caso es una de las referencias del alcance que puede tener la sanción contra Salazar, si se confirma su culpabilidad. En esa oportunidad, la Comisión Disciplinaria del torneo colombiano castigó al guardameta charrúa con ocho partidos de suspensión, una multa de $31′249.680 y la prohibición de ingreso a los estadios, como consecuencia de “emplear lenguaje ofensivo, discriminatorio y racista contra un miembro del equipo adversario”.

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