La estudiante Bárbara Prieto, de 24 años, le había compartido la ubicación en tiempo real a su hermano. La joven era una alumna que no se caracterizaba por faltar a clases ni ausentarse de forma repentina, pero ese día de abril tomó un camino que llamó la atención de su familiar. La extrañeza que le causó el desvío hizo que resolviera denunciar la desaparición de la joven ante la policía.
La localización le mostraba a su hermano, de 23 años, que estaba en el barrio Mandubí (en el departamento de Rivera) de esa ciudad uruguaya vecina de Brasil. A través de las cámaras de videovigilancia, la Policía pudo seguir el camino que hizo hasta que en determinado momento se le pierde el rastro. Otras imágenes lograron registrar que en un momento un hombre se le acerca en bicicleta y la ataca por la espalda. Hubo forcejeos entre ellos hasta que ese otro joven, de 20 años, arrastra a su víctima a una zona baldía.
El hombre luego se retira del descampado y vuelve hacia el barrio. En el terreno baldío había quedado el cuerpo de Bárbara: sobre malezas, boca abajo y semidesnuda. Mientras ella estaba allí, su agresor intentó vender el celular. Cuando Bárbara apareció, estaba sin vida.
El caso ocurrió en el departamento limítrofe de Uruguay y Brasil. Su asesino fue encontrado rápidamente. La Justicia lo imputó por homicidio muy especialmente agravado y femicidio, que le dio 180 días de prisión preventiva.
Entre lunes y martes se desarrollaron dos audiencias con las que comenzó el juicio oral por el femicidio de Bárbara Prieto, informó El Observador. La fiscal Alejandra Domínguez presentó su teoría del caso y testificaron ante el juez policías que trabajaron en el crimen, personas vinculadas a la víctima y otros testigos que aportaron datos de los hechos.
Domínguez pidió 30 años de prisión más 15 años de medidas de seguridad eliminativas para el joven imputado por un delito de homicidio muy especialmente agravado por femicidio.
Entre Bárbara y su femicida no existía un vínculo previo, pero la fiscal entiende que el homicida sí cometió un crimen contra la mujer por motivos de odio, desprecio o menosprecio porque la asesinó luego de agredirla sexualmente. Otro agravante fue la violencia con la que el hombre asesinó a su víctima, ya que la apuñaló en varias oportunidades, según el relato del medio uruguayo.
El juicio oral contra el joven de 20 años terminará el 7 de febrero de 2025, cuando la jueza dicte la sentencia.
En abril, después del femicidio, la fiscal había lamentado que Bárbara “estaba en el momento y en el lugar equivocado cuando se encontró con una persona que tiene un total desprecio por la vida”. El novio de la mujer era un policía que estaba en Montevideo al momento del crimen y seguía “desesperado” las información que le llegaba sobre su pareja.
El caso generó una fuerte conmoción en Rivera y en Uruguay. A la salida de la audiencia de imputación, el joven fue fuertemente repudiado por un grupo de personas que observaba detrás de una valla. El resto de los presos del centro penitenciario de Rivera también lo insultaron cuando llegó al lugar de reclusión y debió ser trasladado.
Bárbara Prieto estaba a dos materias de recibirse de maestra. La directora del instituto en el que estudiaba, Julia Brasil, la recordó como una “chica maravillosa”, “muy responsable” y “alegre”. “Era una chiquilina que realmente se veía que tenía vocación para el magisterio, que sentía placer en el trabajo con los niños”, declaró en abril al noticiero Telemundo de Canal 12.
Bárbara era cristiana y formaba parte de una comunidad evangélica. El pastor Nélson Da Rosa repudió la “crueldad” con la que asesinaron a la joven. “Estamos consternados, muy tristes, también indignados. De verdad a uno le duele mucho porque es como una hija”, comentó.