Horror en Guayaquil: encontraron degollado a un niño de 13 años

El niño había sido visto por última vez el pasado domingo cuando fue reprendido por su padres por llevarse USD 30 para comprar drogas

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Vista del sector Monte Sinaí en Guayaquil, Ecuador. (Foto: El Universo).
Vista del sector Monte Sinaí en Guayaquil, Ecuador. (Foto: El Universo).

En el sector de Monte Sinaí, en el noroeste de Guayaquil, la ciudad puerto del Ecuador considerada la capital comercial del país, los moradores del lugar encontraron el cadáver de un niño de 13 años que había sido degollado.

El lugar donde se encontró al niño asesinado es una zona de Guayaquil de 9.000 hectáreas en donde viven alrededor de 30.000 familias en distintos barrios. Este sector se formó por la presencia de asentamientos ilegales, de ahí que está marcado por la pobreza.

Según la versión de sus padres que fueron a retirar el cuerpo en la morgue, la última vez que vieron al niño fue el último domingo por la noche, cuando fue reprendido por sus padres por llevarse USD 30 para consumir droga. El niño salió de la casa de sus abuelos, en Flor de Bastión, un barrio ubicado a 20 minutos de donde se lo encontró muerto.

El padre del menor dijo al diario El Universo que “lo había estado buscando toda la noche muy preocupado” y que “habían acusado a su hijo de varios robos menores en el sector”.

Según la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas de la Organización de Estados Americanos (OEA), en el continente americano existe un elevado consumo de marihuana, éxtasis y sustancias inhalables en adolescentes de entre 13 y 17 años.

Lo anterior no es una realidad ajena para el Ecuador ni para Guayaquil donde sucedió el asesinato del niño de 13 años. Una investigación académica de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil, se ha estimado que un 15, 6% de adolescentes, entre 12 y 17 años, consume alcohol ocasionalmente, y el 3,6% consume cigarrillos con esa misma frecuencia. Además, de los menores que dijeron haber consumido drogas en Guayaquil, el 26,8% la consiguió en los alrededores de sus colegios. De este grupo, el 87,69% gasta entre USD 0 y 20 al mes para comprar drogas.

Pero el problema de consumo de sustancias en menores no es reciente. En 2015, el Observatorio Social del Ecuador con la participación de CARE Ecuador, Plan Internacional, Save the Children Ecuador, World Vision Ecuador y el Consejo Nacional para la Igualdad Intergeneracional realizaron el informe Niñez y Adolescencia desde la intergeneracionalidad, que recoge información de una encuesta realizada a 4.000 hogares del país.

Sobre el acceso a drogas y estupefacientes, el informe reveló que un 15% de adolescentes señaló que sería fácil conseguir marihuana. La segunda droga que sería de fácil acceso para los menores es la H, pues un 8% de los encuestados lo aseguró así. La H es una droga ilegal que se produce de la mezcla de un opioide –heroína– con cualquier otra sustancia que tenga el micro traficante. La tercera droga de fácil acceso en el Ecuador para los adolescentes sería la cocaína, seguida por el éxtasis y la pasta base.

El consumo de drogas a escala mundial no habría cesado ni siquiera en la pandemia y, una vez más, habría revelado la relación entre la marginación y la adicción. La directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Ghada Waly, en junio de 2020, aseguró que “los grupos marginados y en situación de vulnerabilidad, jóvenes, mujeres y personas en situación de pobreza pagan el precio por el problema global de las drogas. La crisis por el COVID-19 y la recesión económica amenazan con agravar aún más los efectos de las drogas en un momento en que nuestros sistemas sanitarios han sido llevados al límite y nuestras sociedades están luchando para hacer frente a esto”.

El informe publicado por la UNODC en 2020 señala que la pobreza, la educación limitada y la marginación social siguen siendo factores importantes que aumentan el riesgo de trastornos por el consumo de drogas, y los grupos marginados y en situación de vulnerabilidad también pueden enfrentar obstáculos para obtener servicios de tratamiento debido a la discriminación y el estigma. Además, el mismo estudio indica que las personas adolescentes y adultas jóvenes representan la mayor parte de quienes consumen drogas, mientras que las y los jóvenes son también los más vulnerables a los efectos de las drogas porque son quienes más consumen y sus cerebros están todavía en desarrollo.

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