Peñico, la nueva joya arqueológica de Perú de 3.500 años abrió sus puertas y revela un antiguo centro cultural en las costas del Pacífico

El complejo es más antiguo que Machu Picchu y su descubrimiento revela una civilización avanzada, sucesora de Caral y clave en el intercambio cultural entre la costa, los Andes y la Amazonía

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Vista panorámica de la ciudad
Vista panorámica de la ciudad preincaica, que se alza como un testimonio de la interacción entre culturas de la costa, sierra y selva, hace más de 3,500 años. - Crédito: Infobae Perú / Ministerio de Cultura

En el norte central de Perú, un impresionante descubrimiento ha cambiado la manera de entender las civilizaciones antiguas en América. Peñico, una ciudad con más de 3.500 años de antigüedad, ha sido identificada en la costa del Pacífico. Este sitio muestra evidencia de intercambio cultural y adaptación ante variaciones climáticas que influyeron en la civilización de Caral.

Esta ciudad, considerada sucesora de la más antigua de América, nos habla no solo de la sofisticación de sus habitantes, sino también de su función crucial en la red de comercio e interacción entre los pueblos de la costa, los Andes y la Amazonía. Hoy, Peñico no solo desafía la noción de que Machu Picchu es la única joya de Perú, sino que se posiciona como un centro vital de la historia temprana de la humanidad en América.

Peñico, una ciudad de más de 3,500 años, es considerada sucesora de la civilización Caral. | CNN

Descubierto por un equipo de arqueólogos liderado por la peruana Ruth Shady, la misma investigadora que desveló los secretos de Caral, Peñico es un testimonio de la capacidad humana para adaptarse y prosperar en un entorno geográfico desafiante. A diferencia de otras ciudades que surgieron en épocas similares en Asia y África, Peñico se desarrolló en completo aislamiento, a pesar de los intercambios con otras culturas.

Su ubicación estratégica, a 600 metros sobre el nivel del mar, rodeada de cerros que alcanzan los 1.000 metros de altura y su construcción sobre una terraza geológica le permitió ser un punto de encuentro entre diversos ecosistemas y culturas. A lo largo de 18 estructuras descubiertas hasta la fecha, se revelan complejas pirámides, plataformas, plazas circulares y murales que podrían haber tenido un propósito ceremonial, residencial y administrativo.

Peñico recibió a sus primeros visitantes este sábado 12 de julio, luego de un proceso de investigación y restauración de ocho años. Las excavaciones comenzaron en 2017, cuando el lugar era solo una extensión de colinas. El acceso turístico se inauguró con el sonido de pututus y un ritual tradicional de pago a la Pachamama, durante el cual se ofrecieron a la tierra productos agrícolas, hojas de coca y bebidas como chicha de jora. El acto fue representado por artistas locales.

Con una ceremonia de pago a la tierra, en el anfiteatro del Centro de Recepción de Visitantes de Peñico, se abrió oficialmente la zona arqueológica a los visitantes. | Infobae / Zona Arqueológica de Caral

Ubicación estratégica definió la monumentalidad de Peñico

La selección del emplazamiento de Peñico respondió a una estrategia multifacética que iba más allá de simples criterios geográficos. Los responsables de su construcción, quienes continuaron la tradición de la antigua Caral, buscaron aprovechar tanto su posición dominante en el paisaje como su funcionalidad defensiva y sociocultural, tal como consignó la información disponible.

Según señalan los investigadores, la elección de esta ubicación perseguía múltiples objetivos: dotar a las edificaciones de un carácter monumental, asegurar la integridad del asentamiento ante posibles inundaciones y deslizamientos, y, al mismo tiempo, favorecer la conectividad y el intercambio con otras áreas. Estos factores permitieron que la arquitectura monumental de Peñico se distinguiera por su visibilidad e impacto, conectando así con la herencia arquitectónica y social de Caral.

La ciudad de Peñico, heredera
La ciudad de Peñico, heredera de la tradición caralina, se erigió en un lugar estratégico para protegerse de desastres naturales y potenciar el intercambio cultural.

La prevención frente a riesgos ambientales como los desbordes de ríos o desplazamientos de tierra constituyó otro aspecto clave durante la planificación y construcción del sitio. La localización estratégica sobre terrenos elevados y protegidos resultó esencial para garantizar la durabilidad y sostenibilidad de las estructuras.

Pero más allá de sus ruinas monumentales, Peñico es también un símbolo de la continuidad cultural que siguió a Caral, una civilización que se desplomó ante los cambios climáticos que azotaron la región hace más de tres mil años. El nuevo centro de intercambio de Peñico floreció gracias a la resiliencia de sus habitantes, que aprendieron a adaptar sus estructuras sociales y económicas para sobrevivir y prosperar en medio de los desafíos ambientales.

Terreno elevado de Peñico, que
Terreno elevado de Peñico, que brindaba vistas estratégicas y protección, situado 600 metros sobre el nivel del mar, en el valle de Supe. - Crédito: Infobae Perú / ministerio de Cultura

Peñico: Más antiguo que Machu Picchu

Peñico es, sin lugar a dudas, uno de los hallazgos más reveladores de la historia de Perú. Esta ciudad tiene más de 3.500 años de antigüedad, lo que la convierte en una de las civilizaciones más tempranas de América, incluso más antigua que Machu Picchu. Mientras que la famosa ciudad inca se construyó alrededor del siglo XV, Peñico floreció entre los años 1800 y 1500 a.C., en pleno período Formativo Temprano, mucho antes de la llegada de los Incas a la región.

Este hallazgo reconfigura nuestra comprensión de las primeras civilizaciones en América, revelando que las sociedades complejas, como la de Peñico, no solo coexistieron con otras culturas de la época, sino que se adelantaron a su tiempo en varios aspectos. A diferencia de Machu Picchu, que fue una ciudad ceremonial y administrativa dentro del imperio inca, Peñico se destacó como un centro de intercambio entre diferentes ecosistemas y culturas, mostrando una sofisticación en su organización social y económica que ha quedado plasmada en sus impresionantes estructuras, pirámides y artefactos.

Comparativa de dos gigantes de
Comparativa de dos gigantes de la historia peruana: mientras Machu Picchu brilla como emblema del Imperio Inca, Peñico, más antiguo, revela los inicios de la civilización andina, mucho antes del auge de los Incas. - Crédito: Infobae Perú / ministerio de Cultura

El legado de Peñico: Un vínculo entre la costa, los Andes y la Amazonía

La civilización de Peñico no solo es importante por su antigüedad, sino por su capacidad para integrar diversos grupos de la región en una red de intercambio sin precedentes. Los vestigios encontrados en este complejo arqueológico incluyen esculturas de barro, relieves y objetos ceremoniales que representan la mezcla de influencias culturales de la costa, la sierra y la selva. El descubrimiento de estos elementos ha llevado a los arqueólogos a concluir que la ciudad fue un centro clave en la circulación de bienes como la hematita, utilizada para producir pigmentos rojos, y otros recursos naturales de la región.

Representación de un poblador antiguo
Representación de un poblador antiguo de Peñico, evocando la vida cotidiana de aquellos que habitaron la ciudad hace más de 3,500 años, en un entorno de intercambio cultural y resiliencia. - Crédito: Infobae Perú / Ministerio de Cultura

Uno de los hallazgos más sorprendentes es el componente arquitectónico denominado ‘B2′, un edificio público mayor que contiene impresionantes relieves de pututus, instrumentos musicales de caracol que eran utilizados en las ceremonias religiosas y en la convocatoria de reuniones. Estos pututus, cuyo sonido podía escucharse a larga distancia, eran símbolos de poder y autoridad dentro de la sociedad de Peñico. Además, los artefactos encontrados en este espacio, como los collares de concha marina, figuras zoomorfas y antropomorfas, y los múltiples objetos ceremoniales, hablan de una sociedad altamente organizada, que, a pesar de su aislamiento, mantenía un flujo constante de intercambio con otras culturas.

Detalle de los muros decorados
Detalle de los muros decorados con pututus, instrumentos usados para rituales, reuniones y comunicación sagradas, claves para entender la cosmovisión andina. - Crédito: Infobae Perú / Ministerio de Cultura

La ciudad, al igual que Caral, fue fundada con una visión estratégica: no solo para el control territorial, sino para maximizar el aprovechamiento de los recursos disponibles en los diversos ecosistemas que rodean el valle de Supe. El estudio de su distribución espacial y su ubicación sobre un espolón rocoso ofrece valiosas pistas sobre la importancia que los antiguos habitantes de la región daban a la conectividad y al control de las rutas comerciales. Este enfoque de integración social y económica es un rasgo distintivo que sitúa a Peñico como uno de los mayores logros de la civilización preincaica.

Esculturas de conchas marinas, piedras
Esculturas de conchas marinas, piedras y artefactos líticos, objetos de intercambio entre las culturas que transitaban Peñico como centro comercial. - Crédito: Infobae Perú / Ministerio de Cultura

Traficantes de terrenos amenazan Caral y Peñico

A pesar de su indiscutible valor histórico, el sitio arqueológico de Peñico enfrenta una grave amenaza: la codicia de traficantes de terrenos que, atraídos por el alto valor de las tierras cercanas a estos patrimonios culturales, están dispuestos a vulnerar la integridad de la zona para obtener ganancias rápidas.

Ruth Shady, la arqueóloga peruana que ha dedicado su vida a la investigación y preservación de Caral y Peñico, ha denunciado en varias ocasiones las amenazas que enfrenta su equipo debido al tráfico de tierras en la región. Con el incremento del valor de los terrenos en la zona, que ha pasado de 6 mil a 38 mil dólares por hectárea en los últimos años, los intereses de grupos ilegales que buscan apoderarse de estas tierras se han intensificado.

“Cuando me maten ya no habrá quien se oponga”, advirtió Ruth Shady, reflejando la gravedad de la situación a la que se enfrenta el equipo arqueológico. La arqueóloga también denunció que la zona de Caral y Peñico se encuentra completamente desprotegida, sin vigilancia policial y sin personal de seguridad. Esto ha permitido que los traficantes actúen sin obstáculos.

El equipo de investigación ha
El equipo de investigación ha sido atacado y continúa trabajando bajo la presión de estas amenazas. Uno de los subdirectores fue agredido y tuvo que tomar licencia. (Composición: Infobae/ Jazmine Angulo / Andina)

Según Shady, a pesar de haber solicitado ayuda y haber llevado el problema a las autoridades, la respuesta ha sido casi nula, poniendo en peligro no solo la preservación de estos patrimonios, sino también la vida de los arqueólogos. “La autoridad policial me dijo que su interés era estar en las playas y proteger a los que vayan a las playas, no a los sitios arqueológicos”, lamentó.

En su denuncia, destacó que los arqueólogos han sido objeto de intimidaciones y agresiones físicas por parte de estos grupos, que incluso han escalado a niveles extremos. La respuesta del Estado, según la arqueóloga, ha sido lamentablemente insuficiente. “Las amenazas continúan porque lamentablemente no tenemos todavía las defensas que estamos esperando que nos dé el Estado”, indicó.

Si bien los arqueólogos y las comunidades locales siguen luchando para preservar el legado de Peñico y Caral, la intervención del Estado es urgente para garantizar que estos tesoros culturales no sean despojados de su valor y protección ante el avance del tráfico de terrenos.

El tráfico de tierras en Caral amenaza a sus principales defensores. (Fuente: Canal N)

Peñico abre sus puertas al público, ¿cómo llegar?

Para llegar desde Lima, toma la Panamericana Norte hasta el kilómetro 184, luego desvíate por la ruta Caral–Ámbar y recorre 23 kilómetros hasta el centro poblado de Caral. Finalmente, continúa 34 kilómetros valle adentro hasta Peñico. El lugar permanece abierto todos los días de 9 a 16 horas, incluyendo feriados. Se recomienda llevar agua, bloqueador, sombrero, snacks, efectivo y una casaca, ya que no hay señal en la zona.

Si deseas más información, puedes escribir al WhatsApp 955 881 340. Además, existe un servicio organizado de visitas por medio del programa “Viajes Culturales” de la Zona Arqueológica Caral.