
El fútbol peruano ha recorrido un largo camino hasta llegar a convertirse en el fenómeno que conocemos hoy en día, sin embargo, no se puede negar que desde que se empezó a practicar en territorio nacional ha desatado furor y una verdadera fiebre entre la población. En la actualidad es conocido como el deporte rey y ha acumulado más de un exponente destacado.
En tal sentido, uno de los personajes que ha quedado para la posteridad es Alejandro Villanueva. Muchas personas lo identifican fácilmente ya que el estadio de Alianza Lima lleva su nombre, sin embargo, hoy que se cumple un año más de su fallecimiento, resulta una oportunidad perfecta para conocer un poco más acerca de su recorrido en el fútbol peruano y cómo llegó a ser el máximo exponente del club blanquiazul.
La estrella ‘manguera’ Villanueva

Su nombre completo era Carlos Alejandro Villanueva Martínez y su pasión por el fútbol vivió con él casi desde la cuna. Proveniente del barrio de Malambo, en el Rímac, nació un 4 de junio de 1908. La pobreza fue parte del día a día para él, su hermano Gregorio y su madre, quien no escatimó en esfuerzos para darles lo posible a sus dos hijos, huérfanos de padre desde muy temprana edad.
En medio de todas las carencias imaginables, Alejandro dejó la escuela para trabajar como albañil y contribuir con el sustento familiar, pero jamás abandonó sus sueños de grandeza. Medía nada menos que 1.98 metros, estatura, lo que podría haberlo catalogado como un excelente arquero, sin embargo, él quería ser un goleador, el nueve de la cancha y que la hinchada coreara su nombre.
Llegó el año 1926 y un joven Villanueva debutaba en el club de la Segunda División, Teniente Ruiz. Al poco tiempo pasó a formar parte de las filas del club Alianza Lima, el cual ya tenía algunos años en la Liga Peruana de Fútbol, pero había adquirido esa denominación recientemente.
Sueño mundialista y una polémica olimpiada

Para el mundial de Uruguay 1930, Villanueva y gran parte del plantel blanquiazul fueron convocados y partieron desde el puerto del Callao hasta Montevideo para disputar los encuentros.
La selección peruana no destacó precisamente durante los encuentros que tuvieron con Rumania y el país anfitrión, pero el plantel blanquiazul logró experiencia y empezó a disputar algunos cotejos con otros países, incluyendo Chile. La hinchada creció y Villanueva era para muchos el líder indiscutible de Alianza Lima.
El ídolo también estuvo presente en el recordado episodio cuando Perú jugó en las Olimpiadas de Berlín 1936. Allí, acompañado de jugadores de la talla de ‘Lolo’ Fernández derrotaron a la selección de Austria que contaba con el apoyo de Adolf Hitler.

‘Manguera’ Villanueva estaba en su mejor momento y fue parte del club de sus amores en etapas tan difíciles como el descenso de categoría en 1938. Su técnica de juego, la picardía que destilaba y su pasión fueron el motor que impulsó a Alianza Lima, que pasó a ser un club sumamente reconocido a nivel nacional e internacional. Su máximo goleador rompió todo tipo de récords, obtuvo cinco títulos y cuatro subtítulos de la Primera División.
Un triste adiós
Era joven. O tal vez vale decir ‘demasiado joven’ cuando el estado físico del astro blanquiazul empezó a mostrar señales de alerta, pero esa pasión que había nacido con él no lo dejaba dar un paso al costado.

Desafortunadamente, el tiempo no perdona y algunos excesos de la vida de una estrella habían llegado para quedarse y cobrar la larga factura que terminó en una fatal tuberculosis que aquejó duramente el cuerpo del futbolista, llevándolo a la muerte.
Un poco después los médicos oficializaron su fallecimiento, un día como hoy, 11 de abril de 1944. Por esa razón se dice que el icónico Alejandro murió ‘dos veces’.
Las exequias fueron por lo menos, masivas, como bien relata El Comercio. El nombre del ídolo estuvo en las portadas y en la boca de todo aficionado e hincha que lloraba por la irreparable pérdida. El referido diario también menciona que cinco días después se jugó un clásico entre Universitario y Alianza Lima, cuya taquilla fue entregada a los deudos.
El coloso que lleva su nombre

Actualmente su legado sigue vivo y no solo tiene forma de recuerdo y admiración, sino también de un enorme estadio localizado en el distrito de La Victoria.
Este coloso, conocido como Matute, fue resultado de la donación de un terreno por parte del expresidente Manuel A. Odría por los 50 años del club. Las obras de construcción se anunciaron en 1966, pero debido a algunos problemas económicos empezaron todavía en 1969.
No obstante, no fue sino hasta el 2000 cuando ‘La Caldera’ pasó a llamarse Alejandro Villanueva, evocando al goleador del plantel, ícono del fútbol peruano que no solo se midió por los goles, sino por su capacidad para inspirar a las generaciones con su memoria.
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