Desafíos y riesgos en los adultos jóvenes

En esta etapa no del todo estudiada que va aproximadamente de los 18 a los 25 años, se deben tomar múltiples decisiones. Cómo sobrevivir en una época de capitalismo mágico y una cultura de gratificación instantánea

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Hoy en día se profesa
Hoy en día se profesa un golpe de astucia o suerte como meta principal, como con la especulación financiera (trading) o las apuestas (Imagen ilustrativa Infobae)

La entrada a la adultez no es algo que se dé de forma natural ni sencilla. Se necesita de un pasaje que la posibilite: la juventud, la postadolescencia o la adultez joven, como se la quiera llamar. Es una etapa entre la adolescencia y la adultez, poco reconocida, que no ha sido del todo estudiada y que incurre en una franja que podríamos estimar entre los 18 y los 25 años.

Si bien es algo esperable, todos debemos madurar en algún momento. No siempre se lo desea ni se está dispuesto a atravesar lo que implica. Entre otras cosas, se deben tomar múltiples decisiones: una carrera, trabajar, viajar, armar una pareja, estar soltero, salir del hogar familiar para irse a vivir solo o con otros, etc.

Estas definiciones se realizan por primera vez solo. Me explico mejor: se debe trazar un camino propio, ya no desde un formato grupal y obligatorio, como el hecho de que hay que terminar la secundaria porque es igual para todos.

En 1930, en su libro El malestar en la cultura, Sigmund Freud, creador del psicoanálisis, delinea al amor y al trabajo como los dos pilares que le sirven a los adultos para apoyarse en la comunidad y vincularse con el mundo.

Pero en la actualidad estos pilares están en crisis.

Cada sociedad, en cada época, produce discursos que moldean a los sujetos y tiene sus propios imperativos que marcan caminos para realizarse y para gozar. En los últimos años, hemos pasado de una construcción colectiva propulsada, entre otras, por aquel dicho “Mi hijo el doctor” (capitalismo productivo), al mérito personal (capitalismo neoliberal).

Vertiginosamente, hoy en día se profesa un golpe de astucia o suerte como meta principal, como con la especulación financiera (trading) o las apuestas. A este momento podríamos bautizarlo: capitalismo mágico. De ahí surge la paradoja de que muchos jóvenes busquen dinero rápido y fácil para salvarse antes de haber comenzado siquiera su carrera laboral. Como resultado, en algunas ocasiones, obtienen una deuda que llevará años saldar.

Agreguemos, también, que vivimos en la cultura de la gratificación instantánea. Es decir, la búsqueda de satisfacción inmediata por medio de sistemas de recompensas y generadores de dopamina. Los jóvenes se sumergen en los dispositivos a ver reels, scrollear redes sociales, jugar videojuegos, apostar online o tradear.

Hacer una experiencia de gratificación tardía, o sea, realizar un proceso para obtener una retribución a mediano o largo plazo se ha vuelto todo un reto. Por ejemplo, la idea de la generación anterior de realizar una carrera universitaria para obtener en el futuro un buen trabajo, va perdiendo peso.

Es así como muchas veces se llega al borde de la madurez sin ningún proyecto o sin tener intención de elaborar uno. “Me voy a tomar un año sabático”, a veces escuchamos decir. Esa elongación del tiempo puede corresponder a un escape para no realizar un proceso de maduración (eternizar la adolescencia, idealizarla, y conservar el estado de ambivalencia) o a poner una pausa, no actuar deprisa, tomarse un tiempo para reflexionar sobre qué camino es mejor andar. Habrá que ver, en cada caso, de qué se trata.

A las dificultades psíquicas propias de este tránsito de los adultos jóvenes se suma que, al llegar a la mayoría de edad o empezar a trabajar y tener cuentas bancarias personales, aparece la alternativa de apostar online.

Ubico que, en esta etapa, se acrecienta significativamente la tendencia de apostadores compulsivos y, por lo tanto, la posibilidad de encontrarse con situaciones de más gravedad. Si antes era habitual ver en los casinos o bingos a personas de un promedio de entre 40 a 60 años de edad, hoy en día los adultos jóvenes han cambiado el paisaje: los están poblando.

Por lo tanto, existiendo tantas posibilidades para endeudarse con un solo click, debido a la abundante oferta de billeteras virtuales, es un desafío importante aprender a administrarse. No caer en la trampa de salvarse mágica e instantáneamente.

También es clave concientizar brindando herramientas para que las personas tomen dimensión de cómo se vinculan con los juegos: cuáles son las señales de alerta en relación a los comportamientos compulsivos, qué riesgos existen, cuándo hay que pedir ayuda y dónde recurrir a una atención especializada.

La prevención y el acompañamiento en estos temas resultan ser fundamentales para que esta generación de adultos jóvenes no quede atascada en la construcción de un futuro posible.