Ni las viejas recetas ni el “plan platita” pueden frenar el cambio que se viene

La gente en la calle sigue sin poder llegar a fin de mes y mira impávida cómo una alianza que prometió “volver para ser mejores” repite el libreto del pasado en un contexto mucho más complejo

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El 14 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones generales legislativas (AP)
El 14 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones generales legislativas (AP)

A días de las elecciones, la alianza que gobierna el país esta desesperada por cambiar algo que a esta altura resulta imparable e indiscutible. Ni las viejas recetas para frenar la inflación desbocada a golpe de amenazas y controles de precios “militantes”, ni el “plan platita”, con la repartija de recursos del Estado por arriba y abajo de la mesa, podrán frenar el cambio que se viene. Así lo decidió la gente con su voto en las PASO y así volverá a las urnas el próximo 14 de noviembre para refrendar su voto.

Perdido en su laberinto de errores autoinflingidos, el Gobierno decidió volver a implementar las viejas recetas kirchneristas para frenar la inflación. La realidad ya demostró varias veces que el congelamiento de precios no resuelve el problema ni mucho menos de la manera en que lo plantea este Gobierno, a través de amenazas a los empresarios del sector y con operativos “militantes” en los pasillos de los comercios.

Mientras el oficialismo monta un circo en torno a su “lucha” contra la inflación y los empresarios inescrupulosos, ya que incluso sumidos en sus propios errores no aceptan su propia culpa, la gente en la calle sigue sin poder llegar a fin de mes y mira impávida cómo una alianza que prometió “volver para ser mejores” repite el libreto del pasado en un contexto mucho más complejo, con una economía en crisis, sin generación de empleo y con deudas sociales que llevará años corregir si seguimos por este camino.

Estas “recetas mágicas” que, según dicen, “intentan” frenar la inflación, las combinan con aquello que el peronismo hizo cada vez que estuvo en aprietos: repartir plata a través de mecanismos que ya todos conocemos, asistencialismo puro y duro que no cambia las condiciones estructurales de la Argentina ni las vidas de millones de argentinos y argentinas que viven desde siempre en la pobreza; ni la de los nuevos pobres, producto de la pandemia y de su pésima gestión por parte de la actual administración.

El mismo operativo salvataje lo implementan en la mayoría de las provincias peronistas, como es el caso de Catamarca- lugar en que desde nuestro espacio político peleamos por construir un país mejor, donde el dúo de obsecuentes Corpacci-Jalil reparten ayuda social para mantenerse en el poder y seguir beneficiando a sus amigos con obras públicas y recursos del Estado.

Necesitamos reconstruir este país que hoy está en ruinas, con una economía en crisis, sin generación de empleo genuino, con una altísima informalidad, sin acceso a la salud, a la educación y a la seguridad, sin perspectivas de futuro. Necesitamos reconstruir este país con aquellos que producen, que invierten, que creen en las posibilidades de la Argentina.

El hartazgo que expresó la gente, a la hora de votar en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, fue el primer paso para decir basta y marcarle a este Gobierno que esta no es la Argentina que queremos y nos merecemos. El 14 de noviembre es la oportunidad de refrendar ese deseo de cambio y seguir avanzando en la decisión de este pueblo de construir una nueva Argentina.

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