Qué le pasa a tus riñones cuando no tomas agua

Los riñones sin duda desempeñas una función que es vital para el correcto funcionamiento de todo el organismo pues elimina toxinas y otros desechos que, de acumularse, generarían riesgo de muerte en la persona.

Y para que es función se lleve a cabo de manera efectiva es preciso la ingesta del llamado líquido vital: el agua.

Como sabemos, sin agua, los riñones no son capaces de realizar la función que deben, y no tomar agua de manera crónica es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar diferentes tipos de padecimientos renales.

Es por eso que aquí te contamos cuál es el impacto que tiene en tus riñones el no tomar suficiente cantidad de agua.

Cuando el cuerpo no recibe suficiente agua, los riñones enfrentan dificultades para desempeñar sus funciones adecuadamente. Esto provoca varios efectos negativos en el organismo:

1. Reducción de la función renal: Los riñones requieren agua para filtrar y eliminar los desechos y toxinas a través de la orina. La deshidratación disminuye la cantidad de sangre que llega a los riñones, lo que afecta su capacidad para limpiar el organismo.
2. Formación de cálculos renales: La falta de agua puede concentrar minerales y sales en la orina, lo que aumenta el riesgo de desarrollar piedras en los riñones.
3. Infecciones del tracto urinario (ITU): Con una ingesta insuficiente de agua, la producción de orina disminuye, lo que limita la eliminación de bacterias del tracto urinario y puede favorecer infecciones.
4. Aumento de toxinas en el cuerpo: Los riñones no pueden filtrar adecuadamente los productos de desecho del metabolismo, lo que puede provocar acumulación de toxinas en el organismo.
5. Daño renal a largo plazo: La deshidratación crónica o severa puede causar lesiones en las células renales y, a largo plazo, favorecer enfermedades más graves como insuficiencia renal.

La cantidad de agua necesaria para mantener los riñones saludables varía según factores como la edad, el peso, el nivel de actividad física, el clima y las condiciones de salud de cada persona. Sin embargo, de manera general, las recomendaciones principales son:

1. Ingesta diaria promedio:
   1. Para adultos sanos, suele recomendarse entre 2 y 3 litros al día (aproximadamente 8 a 12 vasos de agua).
   2. En mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, la necesidad puede aumentar ligeramente.
2. Factores a considerar:
   1. Clima cálido: En ambientes calurosos o durante el ejercicio, el cuerpo pierde más líquidos a través del sudor, por lo que es necesario ingerir más agua.
   2. Estado de salud: En casos de enfermedades renales o cardiovasculares, se deben seguir las indicaciones específicas de un médico para evitar consumir demasiada o poca agua.
   3. Color de la orina: Una orina clara o ligeramente amarilla es señal de buena hidratación, mientras que una orina más oscura puede indicar deshidratación.
3. Alimentos con alto contenido de agua: Algunos vegetales y frutas (como pepino, sandía, melón o fresa) también contribuyen a la hidratación, complementando el consumo de agua.

Es importante mencionar que a pesar de ser vital para la vida, un consumo excesivo de agua no es recomendable, ya que puede tener efectos negativos en la salud.

Al consumo excesivo de agua se le conoce como hiperhidratación esta puede sobrecargar a los riñones hasta alterar el equilibrio de electrolitos. Si tienes dudas específicas o alguna condición médica, consulta a un profesional de la salud.