La fachada de uno de los basamentos piramidales de la Zona Arqueológica de Ihuatzio, en Michoacán, sufrió un derrumbe debido a las intensas lluvias que se registraron en la cuenca del lago de Pátzcuaro el 29 de julio, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Expertos del Instituto explicaron que las altas temperaturas, registradas en el área previamente, y la consecuente sequía ocasionaron grietas, por las cuales se filtró el agua de lluvia al interior del edificio prehispánico, ocasionando daños en la fachada sur del basamento piramidal que fue ocupado por los pueblos purhépecha.
Los datos de la Comisión Nacional del Agua revelan que durante el mes de julio el nivel de precipitaciones en el estado de Michoacán fue de 268.6 milímetros, considerando que en junio fueron de 93.6 mm. Estas cifras contrastan con las de los primeros cinco meses del 2024, en los cuales no se rebasaron los 14 mm.
A poco más de una semana del derrumbe en esta zona prehispánica, continúan las labores de cuantificación del daño. El organizmo señaló que el objetivo no es solo recuperar la parte afectada, sino también intervenir a fondo la estructura del edificio.
El INAH destacó que cuenta con un seguro que otorga cobertura a las zonas arqueológicas bajo su custodia, por lo que desde el 30 de julio se inció el trámite ante la Aseguradora Agroasemex, para obtener los fondos necesarios para la restauración.
Personal del INAH ha confirmado, hasta ahora, daños en por lo menos seis de los cuerpos escalonados del llamado Basamento Sur, tanto en su muro exterior de lajas, como en su núcleo y muro de contención.
Agregó que los trabajos de mantenimiento que se dieron a la zona en años anteriores tuvieron efectos negativos en las condiciones de conservación de la estructura precolombina. Por esta razón, será necesario una planeación cuidadosa para su restauración, a fin de dotar al edificio de las condiciones necesarias para su conservación.
A pesar de los severos daños en estas ruinas, el INAH aseguró que cumplirá con su labor para preservar
este tipo de inmuebles que forman parte del patrimonio cultural de las y los mexicanos.
Ihuatzio: el antiguo epicentro del imperio purépecha
Ihuatzio es un sitio arqueológico icónico en el estado de Michoacán que se erige como un testimonio del poderío del antiguo imperio purépecha.
Localizado en la ribera oriental del lago de Pátzcuaro, este enclave fue minuciosamente construido sobre una meseta artificialmente nivelada.
La historia temprana de Ihuatzio revela una ocupación inicial por grupos de habla náhuatl con fuerte influencia tolteca. Estos primeros habitantes dominaron tanto las islas como las riberas del lago de Pátzcuaro, hasta que los purépechas llegaron y comenzaron a establecer su dominio en la región.
Con el tiempo, los purépechas no solo desplazaron a las comunidades náhuatl, sino que también se consolidaron como la fuerza hegemónica, estableciendo un estado fuerte y expansivo.
En el apogeo de su imperio, los purépechas fundaron sus tres principales centros de poder: Ihuatzio, Pátzcuaro y Tzintzuntzan.
Estos asentamientos se convirtieron en los ejes de un vasto territorio que abarcaba gran parte de Michoacán y partes de los estados actuales de Jalisco, Guanajuato y Guerrero, delimitado longitudinalmente entre los ríos Balsas y Lerma.
Particularmente, Ihuatzio se destaca como la primera sede del poder purépecha, desde donde lanzaron su expansión militar y política. Fue desde aquí que lograron conquistar y someter a diversas comunidades menores, consolidando su control sobre una vasta región.
Incluso al momento de la llegada de los españoles, los purépechas de Ihuatzio permanecieron como un grupo antagónico a los mexicas.
El sitio arqueológico de Ihuatzio es reconocido por su arquitectura singular, incluyendo los huatziri, caminos elevados que no solo delimitaban espacios sino que también funcionaban como senderos dentro del complejo.
A diferencia de otros sitios a lo largo del lago de Pátzcuaro, Ihuatzio se destaca por la extensión de su área nuclear, la cual es significativamente más grande y es la única entre las tres cabeceras purépechas donde se ha encontrado escultura monumental.
Las exploraciones arqueológicas han revelado mucho sobre Ihuatzio, identificando una impresionante cantidad de 84 estructuras en su área nuclear, que abarcaba aproximadamente 150 hectáreas. De estas estructuras, solo 7 han sido expuestas y son accesibles para los visitantes, ofreciendo un vistazo invaluable a la grandiosidad y complejidad del sitio.