Así han sido las visitas de AMLO a Badiraguato, tierra de El Chapo Guzmán, y otros territorios controlados por el narco

“Gente Extraña (pero) respetuosa”, así resumió el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sus encuentros con pobladores en algunos de los lugares más peligrosos del país, en los cuáles abunda la presencia de grupos que controlan delitos tan diversos como rentables para el crimen organizado.

El mandatario nacional no especificó si una de esas personas “extrañas” fue Consuelo Loera, la madre de Joaquín El Chapo Guzmán a quien saludó en una de sus seis visitas a Badiraguato, cuna de los narcos más mediáticos de las últimas décadas: Rafael Caro Quintero y Arturo Beltrán Leyva.

Además de sus visitas a Badiraguato -lo que le valieron severas críticas de parte de sus opositores-, AMLO recordó sus recorridos en otras regiones de Chihuahua, Morelos y Sinaloa, estados históricamente golpeados por la presencia de los Cárteles de Juárez, del Pacífico y de los hermanos Beltrán Leyva.

Tres meses después de la detención de Rafael Caro Quintero “El narco de narcos” (julio de 2022) en el municipio de Choix, AMLO visitó la región de la sierra de Sinaloa para supervisar la entrega de recursos para los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro; en ese mismo municipio se confirmó la muerte de “El Chueco -responsable del homicidio de dos sacerdotes jesuitas de Chihuahua-, pero el mandatario nacional recalcó que cuando él viaja a estas comunidades: (el narco) “respeta”.

Otros de los municipios visitados por AMLO -el presidente ha presumido en varias ocasiones haber recorrido todo el país- también están dentro de lo que se conoce como el Triángulo Dorado, una región de la sierra que divide a los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, considerado como el principal centro de operaciones y escondite de los líderes del Cártel de Sinaloa, desde El Chapo Guzmán, hasta su hermano Aureliano Guzmán Loera y el propio Ismael El mayo Zambada.

Entre sus visitas a la región, el Presidente inauguró una carretera de 140 kilómetros que conecta los municipios de Badiraguato (Sinaloa) con Guadalupe y Calvo y Parral (Chihuahua); otro de los caminos que el propio AMLO supervisó fue el recorre la sierra de Durango desde Canelas a Tamazula.

Reportes periodísticos y de agencias de inteligencia de los Gobiernos de México y de Estados Unidos dan cuenta de que todo el territorio nacional está bajo control o al menos tiene presencia de uno o más grupos delictivos.

Estados completos como Jalisco y Sinaloa son plazas -como las denomina en narco- controladas por los cárteles que tomaron el nombre de las mismas entidades; pero municipios como Culiacán y Puerto Vallarta son el epicentro de sus operaciones criminales.

En contraparte, hay estados como Guerrero, Michoacán, Chiapas, Guanajuato y Zacatecas que están en disputa por uno o más grupos delictivos: Los Viagras, La Familia Michoacana, Los Tlacos, el Cártel de Santa Rosa de Lima, el Cártel de Chiapas, Los Rojos y Guerreros Unidos, son sólo algunos ejemplos.

Del lado del Golfo de México, dominan el Cártel del Noreste, Los Zetas Vieja Escuela, el Cártel del Golfo y el CJNG; mientras que en el centro del país aparecen grupos locales y un cártel que nació de las entrañas del Barrio Bravo de la Ciudad de México: La Unión Tepito.

“No hay nadie que conozca todos los municipios de México”, lanzó AMLO en su conferencia mañanera. En respuesta -aunque no a su pregunta-, el periodista José Luis Montenegro escribe en su libro Los Chapitos: radiografía criminal de los herederos del Cártel de Sinaloa: “No hay un territorio en México que no esté controlado por algún cártel de la droga o alguna mafia que se haya beneficiado de la fragilidad de las instituciones del país”.