Ésta es la historia real que inspiró la canción ‘Él no lo mató' de ‘El Haragán’

El Haragán y Compañía, famoso conjunto de rock mexicano, liderado por Luis Álvarez y originario de Ciudad de México, celebra más de tres décadas en la escena musical, manteniéndose como un referente dentro del género del rock y blues en Latinoamérica. Con un repertorio que incluye influencias de blues rock, hard rock, rock and roll y blues, la agrupación ha marcado un hito en el llamado Rock Nacional de México desde su formación en 1989.

La canción “Él no lo mató”, del cantautor Luis Antonio Álvarez, conocido artísticamente como El Haragán, se ha convertido en un referente dentro del rock mexicano desde su lanzamiento en 1990, en el álbum “Valedores Juveniles”.

Este tema ha capturado la atención del público por narrar la trágica historia de un joven cuya vida termina abruptamente tras un intento de robo a una tienda de abastos popular. Un policía, al descubrirlo, le dispara, causándole una herida mortal.

En una entrevista concedida en 2012 al blog Banda Rockera, reveló que la inspiración detrás de esta canción proviene de un doloroso episodio real, vivido por su amigo de adolescencia, Marcos Hernández.

La fatalidad ocurrió cuando Hernández, influenciado por sus acompañantes, decidió participar en el robo. Un disparo de la policía alcanzó su pecho, rozando el corazón y dañando gravemente su hígado. A pesar de ser trasladado al hospital de La Raza, sucumbió a sus heridas.

Álvarez también compartió recuerdos personales de momentos pasados con Hernández, destacando su carácter trabajador y su energía positiva.

La muerte de su amigo lo conmovió profundamente, impulsándolo a escribir “Él no lo mató”. A través de esta canción, El Haragán envía un mensaje acerca de las consecuencias de las malas decisiones y la importancia de la orientación parental, concluyendo con una advertencia a los padres sobre el cuidado de sus hijos.

La historia de la banda comienza con Luis Antonio Álvarez Martínez, nacido el 25 de diciembre de 1967 en Ciudad de México, quien desde joven se dedicó a la música, influenciado por la rica tradición musical mexicana y comenzando a tocar la guitarra a los 10 años. Álvarez, conocido también como El Haragán, dejó los estudios a los 12 años para enfocarse en su pasión por la música, presentándose en diversos espacios públicos de la capital.

El apodo de “El Haragán” le fue otorgado accidentalmente durante una presentación, nombre que posteriormente adoptaría para su banda. Su primer álbum, Valedores Juveniles, lanzado en 1990, estableció a El Haragán y Compañía dentro de la escena del rock mexicano, gracias a éxitos como “Mi Muñequita Sintética” y “Él No Lo Mató”.

A lo largo de su carrera, El Haragán y Compañía ha lanzado 11 álbumes de estudio, 3 álbumes en vivo, 2 recopilatorios y un sencillo, logrando vender millones de copias y consagrándose como una banda líder en el rock urbano de México, sin el apoyo de los medios de comunicación tradicionales o grandes productoras discográficas internacionales. Sus letras, que a menudo exploran temáticas urbanas y de crítica social, junto con un estilo que combina diversos géneros musicales, desde el funk hasta el heavy metal y reggae, han resonado profundamente en su audiencia.

Destacan sus participaciones en importantes festivales tanto nacionales como internacionales, como el Vive Latino, Festival Los Dells, Viva el Planeta, El Rock Nos Une y Uateke Fest, así como presentaciones en renombrados escenarios como el Palacio de los Deportes, Plaza Condesa, Zócalo de Ciudad de México, Plaza de Toros México y el Auditorio Nacional.

Su música también ha trascendido las fronteras de México, presentándose en países como Estados Unidos, Canadá, Argentina, Colombia, Ecuador y España, consolidando su legado internacional.

En 1990, El Haragán y Compañía, una banda de rock originaria de México, lanzó su primer álbum titulado Valedores juveniles bajo el sello de Discos y Cintas Denver. Este trabajo discográfico se caracteriza por fusionar géneros como el blues rock, hard rock, heavy metal y rock and roll. Dos años después, en 1992, el álbum fue reeditado por la misma discográfica.

Luis Álvarez y Jaime Rodríguez, impulsores de la formación de El Haragán y Compañía en 1989, decidieron dar vida a un proyecto que plasmaría sus inquietudes musicales. El apodo de Álvarez, “El haragán”, inspiró el nombre del grupo.

Valedores juveniles se grabó en tan solo tres días en los estudios de Discos y Cintas Denver, contando con la participación de Álvarez en la guitarra acústica, Rodríguez en el bajo, Rodrigo “Rod” Levario (de Heavy Nopal) en la guitarra rítmica, Jaime Mejía en la batería, Juan Mejía en la guitarra líder y Octavio “El Sopas” Espinoza en el saxofón. Originalmente, el disco iba a incluir los temas “Aburrida la vida” y “Buscando amor en la calle”, pero finalmente fueron descartados.

El título Valedores juveniles surgió como una parodia al concurso televisivo Valores juveniles Bacardí, promovido por Televisa y patrocinado por Bacardí, destinado a descubrir nuevos talentos musicales. A pesar de haber intentado participar hasta cinco veces, Álvarez nunca fue aceptado. La palabra “valedor” es utilizada en la Ciudad de México para referirse a un amigo, lo que añade un tono de camaradería al título del álbum.