Quiénes eran los invitados de ‘Los Chapitos’ secuestrados junto a los hijos de ‘El Señor’

El 15 de agosto de 2016 sucedió lo que pudo haber desatado la peor de las guerras entre los cárteles de la droga: un comando secuestró a un grupo de comensales que había acudido al restaurante La Leche, en Puerto Vallarta, Jalisco.

Las víctimas no eran civiles comunes y corrientes, pues se trataba de Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán, hijos del famoso narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán. Junto a otras 16 personas arribaron al establecimiento para celebrar el cumpleaños número 33 del primero de ellos.

Pero la reunión fue interrumpida cuando un grupo armado irrumpió en el negocio, separó a las mujeres y se llevó a seis hombres. Entre ellos se encontraban los dos “Chapitos”, como se les conoce a los hermanos Guzmán.

Para ese entonces, Puerto Vallarta era una plaza que el Cártel de Sinaloa disputó durante años a los hermanos Arellano Félix y que, con el pasar de los años, se convirtió en una zona bajo el dominio del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

El restaurante estaba resguardado por al menos 16 escoltas de los herederos de Guzmán Loera, pues se había reservado una cena para el mismo número personas, la cual estaba programada para las 21:00 horas aproximadamente. Los invitados llegaron a bordo de cinco vehículos, mismos que salieron del “Marriott Puerto Vallarta Resort & Spa” donde se hospedaban, según reportes de Borderland Beat.

Primero arribó un grupo de tres hombres y una mujer a las 21:03 horas. Otras tres mujeres y un masculino llegron 14 minutos después, mientras que los últimos invitados aparecieron en el restaurante La Leche poco antes de las 21:30 horas. Su entrada al establecimiento fue registrada por un video de seguridad.

En el clip audiovisual se muestra cómo el comando sometió a los hijos de Guzmán Loera cuando se encontraban al interior del local. Uno de los hombres pateó en las costillas a Iván Archivaldo, quien quedó tendido en el piso y en ese momento entró al lugar un hombre que lo señaló para que se lo llevara otro sujeto sin armas.

En un primer momento se mencionó que Jesús Alfredo era el único hijo de ‘El Chapo’ que había sido secuestrado, pero los videos mostraban que lo mismo había ocurrido con Iván Archivaldo. Ignacio Cadena Beraud, dueño de La Leche, mencionó que la irrupción de los hombres fue terriblemente violenta, pero sin heridos ni derramamiento de sangre.

Las otra cuatro personas que fueron privadas de su libertad fueron identificadas como José Manuel Díaz Burgos (de 25 años), Juan Daniel Tapia Calva (de 53), Josiah Nahuali Rabago (de 35) y Víctor Galvan Urena (de 46).

Cinco días después, Los Chapitos fueron liberados. Las primeras versiones señalaron que en la negociación habían participado -además de Ismael “El Mayo” Zamabada- Rafael Caro Quintero, uno de los fundadores del extinto Cártel de Guadalajara, y el mismo gobierno mexicano, que buscaba evitar un baño de sangre en caso de que los hijos de Guzmán Loera no salieron ilesos.

Lo anterior debido a las advertencias del Cártel de Sinaloa, el cual insinuó que si los hijos de “El Chapo” no aparecían con vida aplicarían la ley del “ojo por ojo, diente por diente”.

Las autoridades mexicanas llegaron a señalar que el secuestro había sido orquestado por “Los Dámasos” en alianza con el CJNG, con la intención de desplazar al “Mayo” y a los hijos de “El Chapo”. Y es que en distintas ocasiones “Los Chapitos” habrían recibido advertencias por parte del cártel de las cuatro letras para no “invadir” su territorio (incluido Puerto Vallarta), pero optaron por ignorarlas.

En ese momento, el CJNG no solamente le disputada plazas al de Sinaloa, sino que al interior del cártel fundado por el Chapo Guzmán había una confrontación con el grupo de “Los Dámasos”, encabezado por Dámaso López Núñez “El Licenciado” y su hijo, Dámaso López Serrano “El Mini Lic”, que había iniciado una batalla para quitar el mando a “El Mayo” Zambada y a Los Chapitos.

En una entrevista de 2018 al semanario belga Knack, Iván se negó a aclarar quién los había secuestrado. “No mencionaré nombres. La única lección que aprendí de esto es que no puedo confiar en nadie, ni siquiera en mi propia sombra. Afortunadamente las personas que me secuestraron me perdonaron la vida. Esa es la única razón por la que todavía estoy con mi familia y amigos”, relató.

Cinco años después, tanto Iván como Jesús Alfredo se convertirían en unos de los narcotraficantes más buscados por la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), debido al empoderamiento que tomaron en el tráfico de fentanilo.