Qué hizo este pez de hielo para sobrevivir a las bajas temperaturas del océano Antártico

La adaptación de diferentes especies a sus hábitats es un hecho por sí solo sorprendente, la capacidad de los animales para tener mayores probabilidades de sobrevivir se ha visto reflejado en varios casos dentro de la naturaleza, uno de los tantos ejemplos se encuentran en los dracos antárticos.

Los Cryonotothenioidea son una familia de peces que habita en su mayoría en el océano Antártico y en algunas zonas del Pacífico y del Atlántico, estos animales marinos con cara ovalada son capaces de vivir en condiciones adversas en aguas oceánicas donde las temperaturas alcanzan los grados bajo cero.

Los nototenias, como también son conocidos de manera popular, son capaces de generar “anticongelantes”, los cuales evitan que se formen capas de hielo dentro de sus células. Un grupo de investigadoras descubrieron cuáles fueron los mecanismos evolutivos que desarrollaron estos animales para poder soportar las bajas temperaturas y sobrevivir en condiciones extremas.

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Gianni M. Castiglione, de la Universidad de Vanderbilt, y Belinda Chang, de la Universidad de Toronto, académicas de la universidad canadiense, realizaron el estudio “Adaptación del pez antártico a entornos extremos”, mismo que fue publicado por la revista Molecular Biology and Evolution en la edición de abril del presente año.

En este trabajo, el equipo de investigación destacó la evolución destacable que han tenido estos animales para sobrevivir en los hábitats antárticos, “los cuales presentan grandes desafíos para muchos procesos biológicos”, explicaron.

Durante su investigación en las especies marinas que habitan en el ártico, las académicas encontraron que hay evidencias sobre las tasas de evolución aceleradas en los dracos antárticos e identificaron dos variantes de aminoácidos que parecieron cambiar durante dos periodos clave lo que les permitió la creación de las glicoproteínas anticongelantes y adaptarte a las condiciones polares de congelación.

“Anteriormente habíamos encontrado adaptación al frío en las rodopsinas de los bagres de gran altitud de las montañas de los Andes, y esto nos impulsó a investigar la adaptación al frío en las rodopsinas”, comentó Castiglione en entrevista para la revista científica Earth.

Castiglione detalló que los peces del Ártico comparten muchos fenotipos que se encuentran en los dracos antárticos, como dichas proteínas anticongelantes, pero esta evolución se realizó por medio de procesos moleculares divergentes.

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La investigadora prevé que en un futuro muy cercano estos animales se van a tener volver adaptar a sus hábitats puesto que el cambio climático está provocando que el hielo marino se derrita.

Una de las adversidades a las que se encontraron las investigadoras para realizar este estudio fue “tener acceso” a estas especies que se encuentran en zonas de difícil acceso. “Un obstáculo importante para nuestra investigación es la dificultad de recolectar peces de las aguas antárticas y árticas”, detalló Castiglione.

El cambio climático afecta en gran medida a todos los seres vivos y ecosistemas que hay en el mundo, los cambios de temperaturas han obligado a diferentes especies a tener que adaptarse a un entorno en constante cambio. Las zonas árticas son las de mayor difícil acceso.

Disminución de hielo, temperaturas en aumento, acidificación de los océanos y cambios en la disponibilidad de los alimentos, son algunos de los tantos efectos a causa del calentamiento global y, los cuales, las especies resienten los cambios.

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Las investigadoras concluyeron que este estudio es “el primero en demostrar la adaptación al frío en la rodopsina del draco tanto a nivel molecular evolutivo como funcional”, sin embargo, estos cambios pueden afectarles en el futuro porque las temperaturas en su hábitat están aumentando.