Jordan y la cláusula de su contrato en la NBA: “Si veía un partido de baloncesto en la calle, podía jugarlo. Si me lesionaba, mi salario estaba garantizado”

El exjugador habla sobre la situación actual del baloncesto y sobre cómo eran sus contratos con los Chicago Bulls

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El exjugador de baloncesto Michael
El exjugador de baloncesto Michael Jordan (REUTERS/Benoit Tessier)

Michael Jordan continúa siendo un emblema del baloncesto y una referencia mundial muchos años después de su última aparición profesional en la NBA. Reconocido mundialmente como uno de los grandes iconos deportivos, forjó su leyenda en los años noventa, liderando a los Chicago Bulls en la consecución de seis títulos de liga. Además, ganó seis anillos con su equipo, lo que convirtió a Jordan en uno de los mejores jugadores de baloncesto del mundo.

En una conversación exclusiva con NBC Sports, Jordan aprovechó para reflexionar sobre los cambios que ha experimentado el baloncesto profesional y compartió recuerdos inéditos acerca de su propia trayectoria, haciendo especial hincapié en una cláusula poco habitual presente en sus contratos durante sus años en los Bulls. El exjugador estadounidense señaló que, en su caso, la motivación no se explica únicamente por los títulos o el reconocimiento, sino por un sentimiento puro de amor hacia el baloncesto. “Estoy bastante seguro de que la mayoría de contratos no tienen este tipo de cláusula, ‘por amor al juego’. Si iba conduciendo contigo por la calle y veía un partido de baloncesto al lado de la carretera, podía ir a jugarlo y, si me lesionaba, mi salario estaba garantizado”, relató Jordan, dejando clara la importancia que tenía para él poder disfrutar del deporte en cualquier contexto, sin que las limitaciones contractuales pudieran condicionar esa pasión.

Jordan fue más allá y abordó las diferencias de mentalidad y preparación entre los jugadores de su generación y los actuales. En uno de los capítulos de la serie ‘MJ: Insights to Excellence’ de NBC Sports, recalcó la profundidad de su vínculo con el deporte. “Me encanta tanto el baloncesto que jamás dejaría que nadie me quitara la oportunidad de jugar”, confesó, transmitiendo la idea de que para él el baloncesto era una forma de vida y una de sus mayores motivaciones diarias.

Michael Jordan cuando jugaba en
Michael Jordan cuando jugaba en los Chicago Bulls (Robert Hanashiro/REUTERS)

Al analizar la evolución de la NBA, Jordan lamentó ciertos aspectos del presente. Resaltó que ahora el trabajo y la dedicación de muchos deportistas se centran en rutinas supervisadas y muy especializadas. “A diferencia de ahora, donde no lo tienes. Los jugadores probablemente no juegan. Ahora, reciben atención individualizada con su entrenador. Sales y tiras 100 o 1000 tiros”, explicó. El de Brooklyn ilustró su postura mediante el ejemplo de otro histórico como Larry Bird, quien “se tomó un verano entero para trabajar su mano izquierda”, lo que para Jordan representa una muestra del nivel de entrega y autoexigencia que predominaba entonces entre los grandes del baloncesto.

Mostrando un tono marcadamente crítico, el seis veces campeón de la NBA expresó sus dudas acerca de la intensidad competitiva en la liga actual. Según Jordan, disponer de numerosos privilegios y comodidades puede repercutir en la ambición y la disposición al sacrificio. “Es difícil tener hambre cuando la tienes. Así de simple. Mi objetivo mental era hacer mi trabajo, ser el mejor jugador de baloncesto que pueda ser”, argumentó al explicar su propia filosofía, basada en la autoexigencia permanente y la voluntad de superar límites, independientemente de la fama o el estatus alcanzados.

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Jordan y su éxito comercial

Jordan también quiso diferenciar su legado vinculando el éxito comercial logrado a posteriori con su rendimiento deportivo. “Ahora todo el mundo tiene que tener un logo. Primero puse el trabajo, y luego la marca evolucionó gracias a él. La gente recuerda a Michael Jordan por lo que hizo en la pista de baloncesto y no por la parte comercial”, afirmó para desmarcarse del actual fenómeno alrededor de los deportistas de élite y subrayar que su nombre está, ante todo, asociado a los logros competitivos.

El relato de Michael Jordan subraya aspectos esenciales de su carrera y su forma de entender el deporte: la pasión sincera, la dedicación absoluta y la importancia del esfuerzo genuino como pilares fundamentales del crecimiento y el éxito, ilustrando la distancia que él percibe con la escena baloncestística contemporánea.