El jurado popular declara culpable por unanimidad al acusado de matricidio en la Nochebuena de 2022 en León

El tribunal considera que el hombre actuó con violencia extrema, aplicando un total de 31 puñaladas según el fiscal, quien solicita más de 20 años de prisión debido a la gravedad de los hechos y la ausencia de atenuantes

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La existencia de una huella de pisada en sangre en el escenario del crimen ha resultado fundamental para la acusación, tanto del Ministerio Fiscal como de la acusación particular. Esta huella, que coincide en forma y tamaño con unas zapatillas encontradas en el domicilio del acusado y en las que también se halló sangre de la víctima, se consideró por la parte acusadora como una prueba de gran peso. A partir de este elemento pericial, la fiscalía construyó su caso, solicitando finalmente 23 años de prisión y una indemnización de 20.000 euros para la hermana de la fallecida, según informó el Diario de León, citado por Europa Press.

El jurado popular emitió un veredicto de culpabilidad unánime contra el acusado por la muerte de su madre ocurrida en León en la Nochebuena de 2022, tras un juicio celebrado en la Audiencia Provincial de León. De acuerdo con la información recogida por el Diario de León, el tribunal consideró demostrado que concurrió el agravante de ensañamiento, ya que la víctima sufrió un total de 31 puñaladas, y descartó cualquier atenuante relacionada con arrebato, intoxicación etílica o por drogas.

Las penas solicitadas por las partes difieren: mientras que la fiscalía reclama 22 años de prisión por asesinato y 1 año y 4 meses adicionales por amenazas graves, la acusación particular solicita una condena de 27 años. Por su parte, la defensa del acusado ha demandado la imposición de la pena mínima posible y planteó la suspensión de la condena, consignó Europa Press citando la cobertura especializada del Diario de León.

El Ministerio Fiscal ha sostenido que el acusado no sufrió un episodio de amnesia durante los hechos y ha insistido que mintió cuando afirmó no recordar lo ocurrido la noche del 24 de diciembre. “Nos ha mentido”, repitió el fiscal en diferentes momentos del proceso judicial. Afirmó que la víctima fue atacada de forma totalmente sorpresiva, sin posibilidad de defenderse y utilizando un método que le provocó un corte en el cuello y la infligió otras treinta heridas con arma blanca.

Según detalló Europa Press, el testimonio de una vecina jugó un papel significativo para la acusación. La mujer relató que el acusado tocó dos veces el timbre de su puerta la noche de los hechos, al no recibir respuesta en casa de su madre. Cuando finalmente la víctima abrió la puerta, presenció una discusión intensa entre madre e hijo que, según la acusación, precedió al asalto mortal.

En cuanto al análisis de pruebas, el fiscal y la acusación particular subrayaron la correspondencia entre el ADN hallado en la sangre de las zapatillas del acusado y el de la víctima, además de la localización de huellas del propio acusado tanto en la vivienda donde ocurrieron los hechos como en la escalera del inmueble, reportó Europa Press.

Durante el juicio, la defensa centró su argumentación en la imposibilidad del acusado de recordar lo sucedido, alegando problemas de salud mental de larga data, incluidos trastornos de personalidad antisocial y límite, insomnio, brotes psicóticos y antecedentes familiares de enfermedad mental. Según sus declaraciones, estos episodios le han llevado a perder la conciencia de la realidad, provocando recuerdos paralelos y episodios de amnesia, lo que, a juicio de la defensa, imposibilitaría la culpabilidad plena. Alegaron que las lesiones que presentaba en las manos al ser detenido correspondían a autolesiones y no necesariamente a una agresión cometida.

Por su parte, el propio acusado declaró que vivía desde adolescente con insomnio y alucinaciones, con episodios de brotes psicóticos tras los cuales no era capaz de recordar lo ocurrido. Recalcó que la noche del crimen discutió con su madre sobre un posible ingreso psiquiátrico y que después “no era ella”, asegurando que, en el marco de un brote psicótico, llegó a reconocer en la mujer que tenía delante un “clon” de su madre. Posteriormente manifestó no recordar el resto de los hechos y, al amanecer, sentirse cansado y desorientado.

En su declaración final en el juicio, el acusado negó haber mentido y declaró que sentía afecto por su madre, expresando: “No he mentido y a mi madre yo la quería, nunca quise hacerle daño, nunca le he hecho daño”, recogió el Diario de León a través de Europa Press. El relato del acusado incluyó referencias a su discapacidad del 49 por ciento reconocida oficialmente y antecedentes personales y familiares relacionados con trastornos psicológicos, entre ellos, cuadros de esquizofrenia.

El fiscal destacó en la fase oral la peligrosidad del acusado y la naturaleza alevosa del ataque, incidiendo en el sufrimiento de la víctima. Puso énfasis en que el ataque se produjo “a sangre fría”, con 31 puñaladas, de las cuales la última se consideró letal.

Desde la acusación particular se remarcó el dolor extremo infligido a la víctima, así como la falta de cualquier atenuante, para sustentar la petición de una pena más severa. Insistieron en el hecho de que la víctima no tuvo posibilidad de defenderse y que el acusado actuó con especial ensañamiento.

El jurado popular emitió su veredicto tras varias sesiones del juicio oral, cuya última jornada concluyó con las intervenciones finales y la audiencia al acusado. Las partes mantuvieron posiciones opuestas acerca de la responsabilidad penal plena y la posibilidad de aplicar eximentes o atenuantes relacionadas con el estado mental del acusado o su presunto consumo de sustancias, dado que la fiscalía no consideró probado ningún tipo de influencia externa que disminuyera la capacidad de culpabilidad.

El caso ha quedado pendiente de la resolución definitiva respecto a la pena a imponer, que deberá decidir el tribunal correspondiente, mientras la defensa mantiene la petición de la pena menor posible y plantea la posibilidad de suspensão, frente a las acusaciones que reclaman condenas superiores a los veinte años.