María Oruña descubre su "refugio" en 'El Albatros Negro', su nueva novela

Carlos Alberto Fernández

Vigo, 1 mar (EFE).- La escritora María Oruña (Vigo, 1976) había tocado Galicia -Ourense, en concreto- en 'El bosque de los cuatro vientos', pero hasta ahora había evitado situar una trama en su Vigo natal porque se "resistía" a abordar su "refugio", su "guarida", que ahora descubre en 'El Albatros Negro', su nueva novela.

Situar su obra en Vigo era una cuestión que "tenía pendiente" y ni siquiera lo vio "claro" cuando se propuso una novela de aventuras y náutica, pero esas dudas iniciales se despejaron cuando se puso a "investigar" y descubrió que "había un tesoro real que existía y que no había sido esquilmado".

Después de haber hecho de guía literaria y turística para periodistas en un paseo en barco por la ría de Vigo y en la ciudad que la vio nacer, parándose en los escenarios en los que ha ambientado la novela, Oruña atiende a EFE en uno de esos lugares que ha reflejado en su nueva obra.

Publicada por Plaza Janés (Penguin Random House), 'El Albatros Negro' llega a las librerías el martes, 4 de marzo, y en su título recurre al nombre de unas aves "muy particulares y de buen augurio", mayoritariamente blancas, en cuyo vuelo creían los marineros que "perduraba su alma" cuando morían en la mar, pero también al nombre de un galeón, "un exvoto negro", que aparece en el libro.

Jugar por primera vez en casa, en Vigo, y poner como escenario de un crimen una casa a solo metros de donde vive, no le sirvió para librarse de una ardua tarea de investigación que resultó fructífera.

"Me sorprendió mucho todo lo que encontré de mi propia ciudad", admite la autora, que aprovechó también sus recuerdos de niña, por ejemplo, de cuando iba a las islas Cíes con su familia a disfrutar en verano de ese paraíso que entonces estaba menos protegido -ahora es Parque Nacional-.

Donde aprendió "a nadar", en la playa de la isla sur, también llamada de San Martiño, ha localizado parte de su relato. "Ha sido como un triángulo de coincidencias, mágico, porque yo tampoco contaba con sacar las Cíes en el libro, pero encajaba porque había un eremitorio. Según iba investigando, saltando de archivo en archivo, se iba construyendo la historia por sí misma", revela.

Así tejió, primero en su cabeza y luego en las páginas, una obra donde los hechos históricos que contextualizan la trama "son reales". Y es que ella defiende que "la historia", como disciplina que narra acontecimientos pasados, es "muy interesante y solamente hay que mostrarla con el envoltorio adecuado".

Oruña reconoce que le costó documentar la novela porque a finales del siglo XVII y principios del XVIII, los 'séculos escuros' -siglos oscuros- de Galicia, "casi no había documentación, ni obras literarias; aquí estábamos como apagados".

"También me costó saber cómo se podían expresar realmente los personajes, si había algún tipo de dialecto, qué comían...", apunta la escritora, que tiene la sensación de que en aquella época, "solo cien años después de la publicación del Quijote", hablaban de una "forma muy pragmática, similar a la actual".

En 'El Albatros Negro' ha "maridado aventuras, acción, amor, misterio e intriga" y espera que el lector no se sienta "defraudado", sino que diga: "¡Guau!, esto es una buena novela", que piense que ha sido "un buen viaje", que lo pase bien y que, más allá de averiguar "quién maneja las cosas, quién era el malo o quién era el bueno", disfrute "de la musicalidad del texto, del lenguaje y los diálogos".

La mayor parte de los escritores tienen que compatibilizar su tarea con otros trabajos y ella no fue una excepción al principio de su carrera literaria, que compaginó con la abogacía, pero ha logrado dedicarse, en exclusiva, a escribir, lo que le ha servido también para perder "el síndrome de la impostora", porque al principio le "daba muchísima vergüenza decir que era escritora".

Aun así recuerda que le cuesta "horas y esfuerzo" porque también es "un trabajo a full", en el que lleva diez años embarcada.

No soñaba con ser escritora; para ella eran "gente muy lista" y veía "imposible" estar en ese "mundillo".

Todo eso le lleva a replantearse el concepto de éxito. Para ella, "el real, el verdadero, es poder vivir de esto y poder seguir escribiendo". Y va un paso más allá: "El éxito es que tu historia te trascienda". Defiende que los escritores tienen que "saber" que son "absolutamente secundarios, que lo que importa es la historia".

Quizás por eso, aunque haya superado la barrera del millón de lectores, ella se lo toma "con mucha prudencia", sabiendo que "en cualquier momento se puede caer", pero que, al mismo tiempo está "lista" para rearmarse.

Considerada 'reina del misterio', -"esas son cosas que ponen", dice quitándose importancia-, señala que su vida no tiene nada de misteriosa, sino que es "muy corriente y normal", con un matiz: le gusta "buscar historias" y enredar a su familia para hacer viajes y encontrarlas. EFE

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