El polémico paso de Brigitte Bardot por España: a punto de ser expulsada de Torremolinos por “su comportamiento y actitud inmorales”

La actriz francesa ha fallecido a los 91 años, según ha informado la ‘Fondation Brigitte Bardot’ este domingo

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La actriz francesa Brigitte Bardot
La actriz francesa Brigitte Bardot posa con un loro durante la 9ª edición del Festival de Cine de Cannes, el 25 de abril de 1956. (Foto de Pierre MEUNIER / AFP)

El mundo del cine ha amanecido de luto este domingo. Tal y como ha informado la Fondation Brigitte Bardot en un comunicado oficial, la actriz ha fallecido a los 91 años. Aunque su talento interpretativo no siempre fue reconocido por la crítica, su influencia en la cultura popular del siglo XX es innegable. B.B., como se la conocía mundialmente, no solo deslumbró en la pantalla, sino que también marcó tendencias, inspiró canciones y provocó pasiones dondequiera que apareciera. Su melena rubia y su figura sinuosa hicieron que hombres y mujeres se rindieran ante su presencia, incluso en España, un país mucho más conservador que el resto de Europa en aquel entonces.

En 1968, Bardot llegó a la provincia de Almería para rodar Shalako, un spaghetti western que coprotagonizó junto a Sean Connery. Interpretaba a una condesa rusa, y su icónica escena mostrando la espalda desató más de un suspiro entre los locales. La actriz de 32 años fue recibida por miles de admiradores, y su presencia en la playa de San José no pasaba inadvertida: los vecinos aseguraban que tenía un contoneo único que nadie había visto antes en la región. La francesa no solo cautivaba con su físico, sino también con su simpatía y espontaneidad.

En aquel rodaje, Bardot se encontraba en medio de un equipo internacional, siendo la única representante de su país. El director era Edward Dmytryk, uno de los célebres “diez de Hollywood” acusados de comunismo durante la era McCarthy, y cuya reputación se vio marcada por delaciones a sus colegas. Sin embargo, entre ellos surgió un vínculo profesional y cordial, pese a la polémica que rodeaba al cineasta.

Brigitte Bardot durante un rodaje
Brigitte Bardot durante un rodaje en Almería (España), en 1967. (EFE/Archivo).

Al margen de las cámaras, Bardot convirtió Almería en un escenario de diversión. Pasaba horas con los gitanos que interpretaban a indios en la película, bailando flamenco hasta altas horas de la madrugada. La actriz, que atravesaba problemas matrimoniales con Gunter Sachs, su tercer esposo, se tomó aquel viaje como unas vacaciones necesarias. Los rumores sobre posibles romances con Connery circulaban entre el equipo, aunque el actor escocés se mostró más reservado. Ella, por su parte, encantó a los lugareños y provocaba multitudes en las tiendas y calles por donde pasaba.

De Almería a Torremolinos

La francesa era una gran amante del mediterráneo español y, de hecho, no era la primera vez que levantaba suspiros en la costa andaluza. A finales de los años 50, Málaga se convirtió en su refugio gracias al rodaje de Los joyeros del claro de luna, dirigida por el que entonces era su marido, Roger Vadin. Y, en Torremolinos, algunos vecinos llegaron a enviar escritos al alcalde para que la actriz fuera expulsada por “su comportamiento y actitud inmorales”.

El rodaje dejó anécdotas memorables: Bardot toreando en la plaza de Mijas, posando con mantilla, conduciendo un coche descapotable o participando en fiestas populares. Las fotos de Yves Mirkine capturaron cada gesto y cada momento de espontaneidad de la actriz, mostrando tanto su lado seductor como su complicidad con la vida rural española. Mirkine, cuyo padre había sido miembro de la Resistencia francesa y sobrevivió a un campo de concentración, la logró retratar de manera natural, sin artificios, y estas imágenes forman ahora parte de la exposición Brigitte Bardot. Mito y clichés en Málaga en La Térmica.

Brigitte Bardot. (Photo © 2022
Brigitte Bardot. (Photo © 2022 Alamy/The Grosby Group).

Aunque para los malagueños se convirtió en todo un escándalo, Bardot recordaría años después su paso por Andalucía como un “cuento de hadas”, con tardes soleadas en playas y terrazas, rodeada de música y de la vida cotidiana de la Costa del Sol. Aprendió flamenco, tocó la guitarra española y se integró con entusiasmo en las costumbres locales, siempre con un toque de libertad que contrastaba con la España franquista.

Bardot regresaría a España en varias ocasiones, incluso para rodar El bulevar del ron en 1971, consolidando su vínculo con Málaga, Torremolinos, Mijas, Álora y otras localizaciones. Sus estancias combinaron rodaje y ocio, permitiéndole disfrutar de la vida local, los tablaos flamencos, las piscinas y la compañía de figuras de la aristocracia y la alta sociedad. Al mismo tiempo, fue testigo de prácticas crueles con animales que denunciaba con vehemencia, enviando cartas al periódico El País y criticando tradiciones como la caza con galgos y podencos.

La actriz francesa Brigitte Bardot.
La actriz francesa Brigitte Bardot. (DIPUTACIÓN DE MÁLAGA).