Juan Muvdi, psiquiatra, explica uno de los hábitos mentales más peligrosos: “Lo hacemos todos los días y lo tenemos muy normalizado”

La manera en la que hablamos con nosotros determina nuestra autoestima, confianza y bienestar

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Hablar con nosotros mismo puede
Hablar con nosotros mismo puede tener efectos negativos

“Lo hacemos todo el día, todos los días y lo tenemos supernormalizado”, ha advertido Juan Muvdi, psiquiatra, sobre un hábito que pasa desapercibido, pero que influye profundamente en nuestra vida: la forma en que nos hablamos a nosotros mismos. “Si miras atentamente te vas a dar cuenta de que todo el día estás emitiendo opiniones y juicios sobre ti mismo…”. Frases como: “Yo para eso no sirvo, yo no soy bueno, yo eso no lo sé hacer…” que nos repetimos día tras otro. No obstante, “el cerebro está diseñado para crear una imagen de uno mismo como si fuera un cuento y creérselo”.

El experto ha explicado en un vídeo publicado en sus redes sociales: “Modifica ese lenguaje interno y mira los cambios”. Muvdi ha señalado que la manera en que conversamos con nosotros mismos determina en gran medida nuestra autoestima, autoconfianza y bienestar general.

Hablar solo, ya sea en voz alta o mentalmente, es un fenómeno natural que muchas personas practican a diario. Estudios indican que hablamos con nosotros mismos aproximadamente 14 horas al día, y que el 70% de ese diálogo es negativo, principalmente porque tendemos a analizar errores más que aciertos. Lejos de ser un signo de locura, los especialistas aseguran que este comportamiento puede ser saludable y productivo, siempre que se realice de manera consciente y positiva. “Los soliloquios son uno de los procesos más antiguos y utilizados por la persona cuyos beneficios son muy saludables siempre y cuando se realicen de la manera correcta”, explican los expertos.

Un hombre frente al espejo.
Un hombre frente al espejo. (Adobe Stock)

Beneficios del diálogo interno

Hablar solo correctamente tiene múltiples ventajas:

  • Organización mental: Ayuda a clarificar pensamientos, planificar tareas y tomar decisiones.
  • Refuerzo del aprendizaje: Verbalizar información mejora la retención y comprensión.
  • Regulación emocional: Permite procesar emociones y manejar estrés, ansiedad o enojo.
  • Estimulación de la creatividad: Facilita la exploración de ideas sin restricciones externas.
  • Foco y motivación: Reafirmar objetivos en voz alta aumenta la concentración y compromiso hacia metas personales.

Muvdi subraya que la calidad del diálogo interno impacta directamente nuestro comportamiento: “Si el 70% de esa conversación es negativa, es también altamente probable que nuestro comportamiento y manera de ser, vayan en esa misma dirección y seguramente la vida se convertirá en poco satisfactoria y motivante”.

Riesgos de un diálogo interno negativo

No todos los soliloquios son beneficiosos. El diálogo interno puede volverse contraproducente cuando:

  • Se convierte en un hábito obsesivo que interfiere con la vida social o laboral.
  • Predomina el diálogo negativo, señal de depresión o baja autoestima.
  • Genera rumiación, es decir, pensamientos recurrentes sobre errores pasados o preocupaciones futuras.
  • Se acompaña de alucinaciones o delirios, lo que podría indicar un trastorno psicótico como la esquizofrenia.
Algunas actitudes que tenemos, pueden ser señales de lo que somos según los psicólogos

Cómo mejorar tu diálogo interno

El psiquiatra propone tres pasos para transformar la relación con uno mismo:

  1. Conciencia: Reconocer que tienes el poder de elegir y gestionar tus pensamientos, emociones y acciones.
  2. Autoanálisis: Identificar patrones negativos en tu diálogo interno y crear estrategias para cambiarlos, incluyendo apoyo profesional si es necesario.
  3. Acción: Ejecutar cambios y entrenar la mente hacia un diálogo positivo que fortalezca la autoestima, la autoconfianza y la motivación.

“Cuando descubres y tienes claro tus objetivos, encontrarás todo el potencial que posees y que debes poner a funcionar al máximo”, asegura Muvdi.