El BCE se guarda una bala y mantendrá congelados los tipos de interés en el 2% en línea con su estrategia de “esperar y ver”

Los analistas prevén que el Consejo de Gobierno del eurobanco seguirá el rumbo marcado en su reunión de este jueves y navegará en un “delicado equilibrio” entre los riesgos de crecimiento de la UE y las presiones de la inflación

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Christine Madeleine Odette Lagarde, presidenta
Christine Madeleine Odette Lagarde, presidenta del BCE.

Pocas sorpresas se esperan de la reunión que este jueves mantendrá el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) para decidir si sube, baja o mantiene los tipos de interés. Las apuestas de los analistas apuntan a que optará por la tercera alternativa y mantendrá el tipo de interés de la facilidad de depósito en el 2% por quinto mes consecutivo, después de que el pasado mes de junio decidiera bajar el precio del dinero a ese nivel.

Los mercados dan un 99% de probabilidad a que el eurobanco no mueva ficha y continúe con las tasas congeladas en el 2%, el punto medio del rango neutral de tipos para la zona euro que permite a la economía funcionar a su capacidad máxima sin generar presiones inflacionarias significativas.

De esta manera, el BCE se guardaría una bala con la que actuar solo si el escenario se complica. Debido a que “las perspectivas económicas están rodeadas tanto de amenazas, que podrían requerir una relajación monetaria, como de riesgos, que podrían hacer necesario un cierto endurecimiento, y, mientras se mantenga una constelación de riesgos tan amplia, el BCE no va a hipercalibrar la política monetaria al son de pequeñas variaciones en los datos”, argumenta Adrià Morrón Salmerón, lead economist en el Departamento de Economías y Mercados Internacionales de CaixaBank.

Crecimiento estable

Las razones de mantener las tasas paralizadas están basadas en los signos de estabilización de la economía en la zona euro y en la caída de la inflación en torno al 2%, objetivo que se marcó el eurobanco.

“Si bien el crecimiento del PIB en las principales economías de la zona euro sigue siendo desigual, el panorama general es menos lento de lo que se temía anteriormente”, indica Annalisa Piazza, analista de investigación de renta fija de MFS Investment Management.

Piazza estima que “el BCE parece dispuesto a mantener su actual postura política sin cambios inmediatos en los tipos de interés. Dado que la economía de la zona euro muestra signos de resistencia y la inflación va camino de alcanzar su objetivo a medio plazo, es probable que el banco central adopte una actitud de ‘esperar y ver’”.

Hipotecas y créditos más baratos y depósitos y letras menos rentables: la cara y la cruz de la bajada de los tipos de interés.

Solidez del mercado laboral e inflación ‘controlada’

En la UE hay motivos para el optimismo debido a que la bajada de tipos de interés que inició el guardián del euro sigue filtrándose en la economía real y se espera que el paquete de estímulo fiscal de Alemania impulse la actividad cíclica. Otros factores positivos son la solidez del mercado laboral y la baja inflación que respaldan la renta real disponible, lo que ayudaría al PIB a crecer en los próximos meses.

“La evolución económica reciente ha aliviado en cierta medida los riesgos a la baja, lo que respalda las perspectivas de tipos estables en el futuro previsible”, señala Piazza. Además, la inflación “se mantiene cerca del objetivo y el crecimiento es resistente, lo que respalda la decisión del BCE de mantener la inacción”, subraya Konstantin Veit, gestor de carteras de Pimco.

En concreto, los últimos datos de actividad han sido más positivos de lo previsto por el BCE. Proyectaba un PIB estancado en el 0,0% intertrimestral para el tercer trimestre y se alcanzó el 0,3%. En tanto que los supuestos técnicos basados en datos de mercado presionarán ligeramente a la baja las previsiones de inflación del BCE: el tipo de cambio apenas se ha movido, pero el petróleo y especialmente el gas se han abaratado y los forwards del euríbor 3M han repuntado.

Además, el retraso en la implementación del sistema de comercio de derechos de emisiones de gases de efectos invernadero (ETS2) trasladará su presión moderadamente inflacionista de 2027 a 2028.

En conjunto, “los últimos datos sugieren una mejora de las perspectivas de crecimiento a corto plazo y presiones mixtas sobre las previsiones de inflación, una combinación que ha generado un tono más hawkish (halcón) entre algunos miembros del BCE y que, en nuestra opinión, refuerza la continuidad de un BCE en modo ‘esperar y ver’”, señala Adrià Morron.

Una vista de la sede
Una vista de la sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort, Alemania. REUTERS/Jana Rodenbusch

Riesgos en el horizonte

A pesar de estas buenas previsiones, aún existen riesgos que el supervisor tiene que tener en cuenta. Entre ellos destacan la incertidumbre comercial con Estados Unidos y China, las repercusiones en una menor inversión y un gasto en consumo más cauteloso. A ello se suma la volatilidad de los mercados en las últimas semanas debido al endurecimiento de las condiciones de liquidez y un mayor gasto en defensa.

Otros riesgos, a juicio de Nachu Chockalingam, directora de crédito en Federated Hermes, vendrían dados por cualquier impacto adverso retardado derivado de los aranceles estadounidenses, un euro más fuerte, un retraso en el estímulo fiscal de Alemania o la agitación política en Francia en un contexto de empeoramiento de la situación fiscal.

Previsiones para 2026

En cuanto a la estrategia del BCE respecto a su política monetaria para el próximo año, los mercados dan más de un 95% de probabilidad a que la tasa de facilidad de depósito siga en el 2%, al menos hasta mediados de 2026.

No obstante, Annalisa Piazza anticipa una bajada de las tasas a principios del próximo año: “Aunque no es el escenario base, podría materializarse si el crecimiento económico se tambalea”, apunta. Por su parte, Nachu Chockalingam opina que “la situación tendría que empeorar mucho para que el BCE volviera a bajar los tipos en 2026”.

También Adrià Morron estima que el BCE mantendrá en los próximos trimestres los tipos en el 2%, “un nivel que estimamos neutral”. Argumenta que el eurobanco “cuenta con el colchón de tener una inflación en el objetivo y sus perspectivas están rodeadas tanto de riesgos bajistas como alcistas, lo que favorece la opción de esperar y reajustar su política monetaria solo ante cambios sustanciales del escenario”.

Por el momento, los próximos meses serán clave para determinar si alguna crisis externa o datos inesperados podrían provocar un cambio en la política monetaria del eurobanco. Por ahora, “el BCE parece conforme con mantener el rumbo, navegando en un delicado equilibrio entre los riesgos para el crecimiento y las presiones inflacionistas”, precisa Annalisa Piazza.