La fábrica de armas secreta de la Alemania nazi que ahora está abandonada: su papel en la Segunda Guerra Mundial y la relación con Alfred Nobel

El explorador alemán Alexander (@blitzwinkel_ en Instagram) ha mostrado este lugar a través de un vídeo donde sobre su visita

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Antigua fábrica de armas de
Antigua fábrica de armas de la Alemania nazi (@blitzwinkel_ en Instagram)

Alemania todavía conserva edificios y fortalezas de la Segunda Guerra Mundial. El régimen nazi construyó bases, búnkeres o fábricas por diversos lugares del país. Uno de ellos fue Christianstadt, donde una llamativa edificación se levanta oculto entre árboles en medio de un bosque. El explorador alemán Alexander (@blitzwinkel_ en Instagram) ha mostrado este lugar a través de un vídeo donde sobre su visita.

La DAG Alfred Nobel fue una fábrica que creó armas para los militares alemanes durante los años de conflicto. El nombre llama especialmente la atención. El prestigioso científico que hoy da nombre al premio fue el impulsor de una de las grandes compañías de dinamita del pasado siglo, cuando él llevaba décadas fallecido.

En cuanto a la propia fábrica, a lo curioso del edificio, con un estilo similar al brutalismo, se suma la historia de los trabajadores que allí tuvieron que dedicar sus esfuerzos al régimen de forma obligada y la enorme cantidad de armamento que atravesó sus puertas para ir a parar al frente. Fue un pulmón más del régimen de Hitler.

El explorador alemán Alexander (@blitzwinkel_)
El explorador alemán Alexander (@blitzwinkel_)

Fábrica de armas nazi abandonada

En un apartado bosque al este de Alemania, los restos de DAG Christianstadt siguen sirviendo como testigos de uno de los capítulos más oscuros de la historia. Este complejo, que llegó a contar con más de un centenar de edificios, funcionó como una mega fábrica secreta del Tercer Reich dedicada a la producción masiva de municiones y explosivos.

Alexander ha documentado su historia, apuntando que “este lugar parecía una ciudad en sí misma, diseñado para permanecer oculto y al margen de los registros”. Sin embargo, cuenta que el legado material de Christianstadt es solo una parte del relato. El verdadero trasfondo humano revela la dureza de la vida para quienes fueron forzados a trabajar allí.

Cerca de la planta operaba un subcampo del campo de concentración de Groß-Rosen, donde hombres y mujeres de distintas nacionalidades soportaron jornadas extenuantes bajo humos tóxicos, hambre y violencia constante. Morris señala que “la existencia cotidiana suponía una amenaza constante para la vida”, describiendo la deshumanización y explotación sistemática.

El enclave fue producto directo de las políticas de Hitler, que impulsaron la explotación laboral como pilar económico y militar. A día de hoy, del complejo solo quedan restos de hormigón dispersos y cubiertos por la maleza, pero su presencia “recuerda el precio humano de la guerra y la necesidad de preservar la memoria”.

La historia de Los Álamos recobró notoriedad mundial gracias al estreno de Oppenheimer, la elogiada película de Christopher Nolan.

Historia y relación con Nobel

Entre 1939 y 1944, la fábrica DAG se integró en el esfuerzo armamentístico del régimen nazi, dedicada a la producción de explosivos y ensamblaje de munición, utilizando mano de obra forzada. La planta formaba parte de la Dynamit Aktiengesellschaft, empresa alemana fundada por Alfred Nobel, cuya actividad en la industria de explosivos arrancó en la década de 1860 y que expandió su red de fábricas por toda Europa a finales del siglo XIX.

Con el ascenso del nazismo y el impulso de la industria bélica, DAG y otras compañías, como WASAG, se convirtieron en pilares de la producción de municiones y pólvora durante la Segunda Guerra Mundial. En el periodo de 1939 a 1945, el Tercer Reich contó con decenas de fábricas de explosivos, muchas de ellas gestionadas por DAG.