Valentín Naranjo, experto en calidad del aire: “Cuando hay moho y poca ventilación, los niños roncan más, duermen peor y están más cansados”

Pequeñas acciones, como ventilar, revisar la humedad o detectar signos de condensación, pueden marcar una diferencia importante en el descanso y la salud de los más pequeños

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Para identificar si existe este
Para identificar si existe este problema en casa y afrontarlo, hay dos acciones rápidas y fáciles. (Composición fotográfica/Canva)

Dormir bien es esencial para el desarrollo físico, mental y emocional de los niños. Durante la noche, el cuerpo regula hormonas, consolida aprendizajes y fortalece el sistema inmunológico. Por eso, cualquier alteración en la calidad del sueño, ya sea por hábitos, rutinas inadecuadas o factores ambientales, puede afectar directamente su bienestar diario.

Aunque muchos padres atribuyen los actos de despertarse por la noche o el cansancio por la mañana a la edad o a etapas de crecimiento, los especialistas recuerdan que el entorno en el que los niños duermen juega un papel determinante y, a veces, pasa desapercibido.

Aquí es donde entran en juego aspectos como la ventilación, la humedad y la calidad del aire dentro del hogar. Un reciente video publicado en TikTok por Valentín, especialista en humedades y calidad del aire, ha generado atención entre los padres al advertir sobre un problema doméstico frecuente pero poco visible: la mala calidad del aire en las habitaciones infantiles, debido a la humedad y la falta de ventilación.

La importancia de la calidad del aire durante la noche

En su mensaje, el experto advierte que “muchos padres piensan que sus hijos duermen mal porque están nerviosos, porque tienen pesadillas o simplemente es la edad”, pero asegura que “puede ser mucho más serio de lo que parece”.

Según explica, en numerosas viviendas ocurre cada noche un fenómeno silencioso que en la mayoría de veces pasa desapercibido: “cuando hay humedad, moho y poca ventilación, el aire se queda atrapado y los niños lo respiran cada noche”. Esto provoca que “pasen ocho horas inhalando partículas invisibles”, lo que puede derivar en problemas de sueño.

Valentín afirma que las consecuencias pueden ser más notorias de lo que se piensa: “Roncan más, duermen peor y están más cansados”. Y a pesar de ello, muchos padres no lo relacionan con la calidad del aire porque “no se ve, pero a ellos les afecta más aún porque están en pleno crecimiento”.

¿Cómo evitar este problema?

Para identificar si existe este problema en casa y afrontarlo, el especialista recomienda dos acciones rápidas y fáciles. El primer paso es sencillo: “Ventila al menos quince minutos la habitación para que se vaya el aire que han respirado durante la noche”.

Por otro lado, sugiere “revisar por las mañanas que las ventanas no tengan gotas de agua”, algo que podría indicar “un problema de condensación”. Valentín explica que tener en cuenta estos dos aspectos podría mejorar significativamente la calidad de sueño tanto de los niños, como de los adultos.

Humedades en el techo de la casa que Jennifer alquila

En definitiva, la calidad del aire en los dormitorios infantiles es un factor decisivo del que a menudo nos olvidamos frente a otros aspectos del cuidado diario. Las advertencias de especialistas como Valentín recuerdan que la salud es un conjunto de factores que tenemos que cuidar.

Pequeñas acciones, como ventilar, revisar la humedad o detectar signos de condensación, pueden marcar una diferencia importante en el descanso y la salud de los más pequeños. Prestar atención a lo que no se ve puede ser clave para garantizar un entorno seguro y un sueño verdaderamente reparador para los niños.