Una traumatóloga cuestiona “la moda” de la longevidad y apuesta por la durabilidad: “Si vivo 100 años, quiero caminar 100 años”

La divulgadora conocida como La Traumatóloga Geek propone cambiar el foco

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Dos jubilados haciendo ejercicio por
Dos jubilados haciendo ejercicio por el bosque. (iStock)

La palabra longevidad se ha convertido en uno de los grandes deseos en el discurso sobre salud y bienestar. Vivir más años, retrasar el envejecimiento o encontrar la fórmula para alargar la vida son ideas cada vez más presentes en redes sociales. Sin embargo, la divulgadora médica La Traumatóloga Geek plantea un cambio de enfoque: dejar de obsesionarnos con cuántos años viviremos y empezar a preguntarnos cómo llegaremos a esos años.

Así lo explicó recientemente en una entrevista concedida al pódcast Desafío Éxito, donde reflexionó sobre la salud desde una perspectiva menos idealizada y más funcional. “Prefiero hablar de durabilidad”, afirmó. Un concepto que, en su opinión, describe mejor el objetivo real de la medicina preventiva: lograr cuerpos que resistan el paso del tiempo, aminorando su deterioro.

Según explica, la longevidad suele centrarse en la cantidad, mientras que la durabilidad pone el acento en la calidad de vida. No basta con cumplir años si estos se viven con dolor crónico o limitaciones. “El cuerpo no está pensado para estar inmóvil ni para soportar malos hábitos durante décadas sin consecuencias”, advierte.

Ancianos haciendo ejercicio. (Imagen ilustrativa
Ancianos haciendo ejercicio. (Imagen ilustrativa Infobae)

El sistema músculo-esquelético funciona como una estructura viva que responde a los estímulos diarios. La pérdida de masa ósea o las lesiones no aparecen de forma brusca, sino que son el resultado de años de descuidos acumulados.

Hábitos que ayudan a sostener el cuerpo

Lejos de las llamadas recetas milagro o de mensajes alarmistas, la traumatóloga insiste en una idea sencilla: la durabilidad se construye con hábitos mantenidos en el tiempo. Alimentación equilibrada, ejercicio físico regular, descanso y gestión del estrés. Uno de los errores más comunes es separar la salud mental de la física o reducir el ejercicio a una cuestión estética. El ejercicio debe encontrarse implícito en todos los órdenes de la vida, incluso cuando tenemos otras prioridades, como el trabajo o la familia. Incluir esta actividad en nuestra cotidianeidad puede ayudarnos a sobrellevar el día a día, al mismo tiempo que fortalece nuestros cuerpos. La movilidad no consiste solo en quemar calorías, sino en construir huesos fuertes y articulaciones funcionales.

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Durante la entrevista, la divulgadora también subrayó que gran parte de las consultas traumatológicas podrían evitarse simplemente mediante la prevención temprana. Esperar a que aparezca el dolor para actuar suele implicar tratamientos más largos y complejos. En cambio, el cuidado progresivo del cuerpo permite llegar a edades avanzadas con mayor autonomía y menos limitaciones.

El discurso de esta experta introduce un matiz relevante en la forma de hablar del envejecimiento. Frente a una narrativa dominante que lo plantea como un enemigo al que combatir, aquí se propone asumirlo como un proceso inevitable cuya experiencia puede variar según los hábitos que se adopten. Envejecer no aparece como un fracaso, sino como una etapa más condicionada por la manera en que se cuida el cuerpo a lo largo de los años. Esta mirada introduce un enfoque más sensato de la salud, centrado más en la funcionalidad y en la preservación del cuerpo sano a lo largo de los años.