¿Por qué algunas bebidas vegetales llevan aceite de nabina? Sus características nutricionales, su sabor neutro y su capacidad para “dar una textura más cremosa”

El aceite de nabina es un ingrediente común en la industria alimentaria, utilizado en el mundo de las bebidas vegetales especialmente en las alternativas dedicadas al mundo del café

Guardar
Bebidas vegetales en un supermercado
Bebidas vegetales en un supermercado español (Adobe Stock)

Pasear por los pasillos del supermercado, coger un producto y darle la vuelta para leer su lista de ingredientes. Es un acto que cada vez se convierte más en rutina, gracias a la educación nutricional que poco a poco cala en la sociedad española. Pero, ¿entendemos realmente qué es cada nombre que leemos, cada sigla o número? Y, igual o casi más importante, ¿sabemos por qué está ahí? Uno de los elementos que puede causar confusión es el aceite de nabina, un ingrediente presente en productos industriales como la bebida vegetal y que se encuentra manchado por uno de los episodios más trágicos de la salud pública en España.

El aceite de nabina se obtiene de la planta de la colza, y es por ello que también se le denomina aceite de colza o aceite de canola. Aunque en España no es tan popular, su uso es común en lugares como Canadá, el principal productor mundial, así como en Alemania y Francia. Si ampliamos el foco, sorprende saber que es el tercer aceite más consumido en el mundo y, en el conjunto de la Unión Europea, ocupa el segundo lugar, después del de girasol.

Este nombre trae a la mente de los españoles una automática e inevitable imagen negativa, que se remonta a un grave incidente ocurrido a comienzos de los años 80. Fue en 1981 cuando comenzó la distribución de aceite de colza desnaturalizado, con compuestos no aptos para el consumo humano, que fue comercializado de forma fraudulenta. Este hecho desencadenó una de las mayores crisis sanitarias del país, conocida como el ‘Síndrome del Aceite Tóxico’, que provocó cientos de muertes, 20.000 afectados y un auténtico tabú gastronómico.

La causa de esta intoxicación no fue, en realidad, ninguno de los componentes del aceite de colza como tal, sino una serie de contaminantes que aparecieron en él como consecuencia de su tratamiento como grasa industrial y no alimentaria, que acabó desviándose fraudulentamente para el consumo humano. Actualmente, el aceite de nabina está sujeto a una regulación estricta y su consumo es completamente seguro, pero la huella de aquella tragedia continúa influyendo en la percepción social que se tiene de él.

Es por esta mala publicidad que la industria ha encontrado otros términos para hablar, o más bien disfrazar, esta grasa vegetal, con términos como aceite de canola o aceite de nabina. Esta última locución aparece en muchos productos alimentarios, entre ellos y como uno de los más comunes, en algunas bebidas vegetales. ¿Por qué se utiliza aceite vegetal para estas alternativas? Y, ¿por qué aceite de nabina y no otros, como el de girasol o el de oliva? Hacemos estas preguntas a Emilia Santana, marketing manager de YOSOY, empresa dedicada desde hace más de 30 años a la producción de bebidas vegetales.

El aceite de nabina o colza en bebidas vegetales

En el mundo de las bebidas vegetales, ya sean de avena, soja, almendra u otros cereales y frutos secos, los aceites como el de girasol o el de colza cumplen una función muy clara; la de aportar cremosidad a un líquido en ocasiones demasiado ligero. Es por ello que, en el caso de YOSOY, solo se utiliza con las bebidas de su gama Barista, pensadas para combinarse con café. “La parte del aceite es especialmente importante en Barista, porque es un ingrediente que se utiliza para dar esta textura más cremosa, más densa”, explica Emilia Santana. “A la vez, el aceite ayuda a espumar, a que el barista tenga esta crema que necesita para hacer que la textura sea más densa y más parecida a la leche de vaca”.

Esto no significa, en cambio, que estemos sentenciados a consumir aceites refinados, ya sea de nabina o de girasol, cada vez que bebamos una de estas alternativas de origen vegetal. Pueden y, de hecho, se producen sin ellos, como es el caso de la versión comercial de la bebida de avena de YOSOY, hecha solamente con avena (15%) y agua, u otras alternativas como la de Kaiku. Además, hay otros productos que utilizan emulsionantes y estabilizantes para mejorar la textura y la consistencia, como son la lecitina de girasol, la goma xantana o la goma gellan.

En YOSOY, escogen el aceite de nabina por varias razones. Lo explica la marketing manager: “Utilizamos en concreto el de nabina, aparte porque es nutricionalmente uno de los mejores, es también el más neutro en sabor. Aquí buscamos que el aceite o cualquier ingrediente no camufle ni tape el sabor protagonista, que es el del café, que es la bebida que acompaña”.

Análisis nutricional del aceite de nabina

El aceite de nabina tiene 888 kcal por cada 100 ml, un valor prácticamente idéntico al de otros aceites. Según la Base de Datos Española de Composición de Alimentos (BEDCA), este aceite contiene una importante cantidad de ácidos grasos monoinsaturados (más del 65 %), un 28 % de ácidos grasos poliinsaturados y es rico en vitamina E (20,95 mg).

Aceite de canola (AdobeStock)
Aceite de canola (AdobeStock)

Estos valores nutricionales lo sitúan a medio camino entre el aceite de girasol y el aceite de oliva. Según la doctora María Puy Portillo, de la Academia Española de la Nutrición y Dietética, “el aceite de colza presenta un mayor contenido de ácido oleico, una menor cantidad de ácido linoleico y una menor relación Omega 6-Omega 3 que el aceite de girasol. Así, probablemente el aceite de canola pueda estar por delante del de girasol, y por detrás del de oliva, si nos ajustamos a sus beneficios para la salud”.

Una de las mayores preocupaciones vinculadas a la colza es su contenido elevado de ácido erúcico. Desde el año 1949 se sabe que este ácido graso puede ser perjudicial para la salud, ya que contribuye a la formación de depósitos grasos en el corazón. Es por ello que, como explican desde la Fundación Española de Nutrición (FEN), desde principios de la década de 1970 se seleccionaron cultivares de colza con contenidos bajos de ácido erúcico, cambiando así el contenido del producto final para consumo alimentario.

En este sentido, asegura la FEN, el aceite de colza bajo en erúcico es una de las grasas vegetales con menor contenido en ácidos grasos saturados (aproximadamente un 7% del total de la grasa) y con elevados contenidos en ácidos grasos poliinsaturados (30%). Una parte importante del aceite de colza se hidrogena para reducir su insaturación.