Eli Defferary, gestora financiera, sobre no poder pagar la hipoteca: “Los bancos no quieren que sepas esto, pero existen soluciones”

El aumento del precio de la vivienda y la existencia de cláusulas abusivas dificulta los pagos a muchos propietarios, que recurren a quitas, daciones o reestructuraciones para evitar perder su casa

Guardar

El precio de compra de la vivienda en España lleva años registrando un incremento sostenido, generado por la alta demanda y la escasez de oferta en las principales ciudades. Esta situación repercute de manera directa en los compradores, que se enfrentan al desafío de acceder a propiedades con precios cada vez más elevados. Para muchos, asumir una hipoteca representa un compromiso financiero difícil de sobrellevar, incrementando el riesgo de impagos ante aumentos en los intereses o cambios en las condiciones del mercado laboral. La preocupación por la viabilidad de mantener los pagos mensuales se convierte en una constante para las familias españolas.

La existencia de cláusulas abusivas en los contratos hipotecarios, especialmente la denominada cláusula REDAL, y otras oportunidades de adaptación de la deuda ha transformado la manera en que algunos propietarios enfrentan estos impagos en sus préstamos, según explicó la gestora financiera Eli Defferary en su perfil de TikTok (@elidefferary).

Impagos en el préstamo hipotecario

En palabras de Defferary, “si no puedes pagar tu hipoteca, existen varias opciones”, entre las que citó la reestructuración de la deuda, que según la experta, implica reducir las cuotas mensuales, la quita de parte del importe pendiente o la dación en pago, por la que se entrega la vivienda para cancelar el total debido. “Los bancos no quieren que sepas esto, pero existen soluciones”, asegura la experta. En concreto, la quita implica que el banco perdona parte del préstamo para facilitar el pago, mientras que la dación en pago permite entregar la vivienda y saldar la deuda por completo y mediante la reestructuración se ajustna plazos, intereses o cuotas para aliviar la carga sin perder la casa.

Eli Defferary, gestora financiera, sobre
Eli Defferary, gestora financiera, sobre no poder pagar la hipoteca. (Montaje Infobae España con imágenes de TikTok / @elidefferary)

La especialista subraya que muchos propietarios se enfrentan a la posibilidad de perder su vivienda por desconocimiento de las alternativas disponibles. En este escenario, resultan fundamentales tanto el correcto asesoramiento como el análisis riguroso de las condiciones contractuales firmadas con la entidad financiera. Defferary destaca que los bancos no desean necesariamente que los contratantes pierdan su vivienda, pese a la creencia extendida en sentido contrario.

Nulidad por cláusulas abusivas

Uno de los puntos clave, según el análisis de Defferary sobre “miles de casos de ejecuciones hipotecarias”, es la presencia de condiciones abusivas en muchos contratos. “Si negocias solo con tu banco, podrías estar perdiendo mucho dinero”, alerta. Entre estas condiciones se encuentra la cláusula REDAL o cláusula suelo, una condición incluida en algunos préstamos hipotecarios que fija un interés mínimo a pagar, aunque el índice de referencia (como el Euríbor) baje.

Esto impide que las cuotas se reduzcan por debajo de ese límite, beneficiando al banco y limitando al cliente y puede considerarse abusiva en muchos casos, lo que facilita la posibilidad de solicitar la nulidad del préstamo. Esta nulidad implicaría, en sus palabras, que “la obligación entre cliente y banco desaparece porque no hay un contrato que obligue al cliente a cumplir con nada en particular con el banco”. El efecto jurídico sería que la entidad bancaria tampoco podría proceder legalmente a quedarse con la vivienda en caso de impago.

Defferary insiste en la conveniencia de no limitarse a la negociación bilateral directa con el banco ante situaciones insolventes. Estudiar a fondo el contrato hipotecario, identificar posibles cláusulas abusivas y contar con asesoramiento especializado pueden salvar a los propietarios de perderlo todo, concluyó.