
Cada año, miles de personas, entre ellos muchos españoles, ponen rumbo a un país extranjero en busca de mejores oportunidades laborales que en las de su lugar de origen. Países como Suecia, Noruega o Suiza figuran entre los destinos más atractivos para quienes buscan sueldos altos, estabilidad y una elevada calidad de vida. Sin embargo, no todos conocen las particularidades del sistema laboral de estas economías.
En el caso sueco, una de las mayores sorpresas para los recién llegados es descubrir que el Gobierno no fija un salario mínimo. Así es como lo cuenta Gus, un mexicano que viven en Suecia y que, desde su perfil de TikTok, comparte su día a día en el país escandinavo.
“La responsabilidad de fijar salarios mínimos se les pasa a los sindicatos y a los empleadores”
“Uno de los puntos más interesantes que descubrí cuando empecé a trabajar aquí es que, a diferencia de otros países, en Suecia el gobierno no establece un salario mínimo”, explica Gus en uno de sus últimos vídeos. Este rasgo distingue a Suecia de la mayoría de economías europeas, donde existe una cifra mínima que los empleadores están obligados a respetar. En el modelo sueco, esa función recae en los acuerdos colectivos negociados entre sindicatos y empresas.
“Aquí en Suecia se utiliza algo que se llama modelo sueco, donde esa responsabilidad de fijar salarios mínimos se les pasa a los sindicatos y a los empleadores”, detalla. En la práctica, esto significa que no existe una única cantidad mínima nacional, sino que cada sector establece sus propias condiciones en función del tipo de trabajo, la cualificación y la región. “Dependiendo del tipo de trabajo que hagas, va variando el salario mínimo, a diferencia de otros países donde se aplica un solo salario mínimo a todo tipo de trabajos en cualquier parte del país”, matiza el trabajador.
Este sistema, conocido como modelo de negociación colectiva, es una de las piedras angulares del mercado laboral sueco. Los convenios se negocian de manera autónoma entre las partes, sin intervención directa del Estado, y suelen cubrir más del 90% de los trabajadores. De ese modo, un empleado del sector de la hostelería, por ejemplo, puede tener un salario mínimo pactado distinto al de un trabajador industrial o sanitario. “Obviamente, los sindicatos van haciendo mejoras a este salario mínimo. Bueno, eso es lo que se espera dependiendo de cada industria”, añade Gus.
El papel de los sindicatos, según relata, es fundamental. “En resumen, los sindicatos tienen mucho poder y juegan un papel primordial tanto para la empresa como para el empleado”, continúa diciendo Gus. Esta fortaleza sindical, unida a la tradición de diálogo social y cooperación, es uno de los factores que explican la baja conflictividad laboral del país y su estabilidad económica. En lugar de depender de leyes gubernamentales, las relaciones laborales se basan en acuerdos flexibles que se actualizan periódicamente según las condiciones del mercado.
“De impuestos, la empresa suele pagar un 31%, y tú tienes que pagar entre un 29%-35%”
No obstante, la otra cara de la moneda son los impuestos, un tema que tampoco pasa desapercibido entre quienes deciden trabajar en Suecia. “Otro tema del cual no nos podemos escapar: los impuestos”, comenta Gus con humor. El país escandinavo es conocido por su elevada presión fiscal, aunque esta se traduce en un amplio estado del bienestar que incluye sanidad y educación públicas, así como generosas prestaciones sociales.

“Para no hacernos bolas les pongo un ejemplo con un salario bruto de 40.000 coronas. Sobre esa cantidad la empresa tiene que pagar un 31,4%, creo que es el estándar aquí en Suecia, y después tú tienes que pagar, dependiendo de dónde vivas, entre un 29%-35%”, detalla. Es decir, tanto el empleador como el trabajador contribuyen de forma significativa al sistema, lo que puede sorprender a quienes llegan desde países con estructuras impositivas más bajas.
Además, los contribuyentes con mayores ingresos asumen una carga adicional. “De acuerdo a lo que investigué actualmente, si ganas más de 57.000 dólares anuales, se te suma un impuesto extra donde podrías terminar pagando hasta un 55% de tus ingresos”, afirma el tiktoker. Aunque estas cifras puedan parecer elevadas, muchos residentes consideran que el nivel de servicios públicos y la calidad de vida compensan la diferencia.
Por último, Gus ofrece un consejo útil para quienes estén considerando mudarse: informarse previamente sobre los salarios de su sector. “Si ustedes tienen la curiosidad de cuánto ganarían aquí en Suecia en base a la posición en la que están actualmente, hay varias páginas, pero la que yo utilicé fue la de Paylab. Estuvo muy bien, no es la mejor, pero te da una buena referencia para cuando empiezas”, concluye.
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