Los mitos más comunes sobre la calefacción que te van a salvar este invierno, según expertos en finanzas

Hay hábitos extendidos que, lejos de ayudar, incrementan el consumo y afectan a la economía familiar

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Calefacción. (Shutterstock España)
Calefacción. (Shutterstock España)

Este domingo, la entrada de un frente atlántico por el noroeste de España provocará un fuerte descenso de las temperaturas en casi toda la península. Dicho de otro modo: adiós al calor (al menos, al calor veraniego que se ha extendido hasta finales de septiembre) en gran parte del país. Llega (¿por fin?) el otoño, y con él unas temperaturas más suaves que irán descendiendo y descendiendo... hasta que llegue también el momento más temido por los bolsillos de mucha gente en las zonas del país que sufren el clima continental: la hora de poner otra vez la calefacción.

Cada año, miles de hogares buscan fórmulas para ahorrar calefacción sin que la factura energética se dispare. Sin embargo, muchas de las creencias populares sobre el uso de la calefacción pueden resultar contraproducentes y, según expertos en finanzas y eficiencia energética, terminan por aumentar el gasto en vez de reducirlo. Afortunadamente, los especialistas de una decena de medios especializados, empresas y blogs energéticos han compartido en internet varios consejos para aminorar el golpe. Estos son los principales.

Mitos sobre la calefacción y consejos para ahorrar

Una de las dudas más habituales es si resulta más económico mantener la calefacción encendida de forma continua a baja temperatura o encenderla solo cuando se necesita. Dejar la calefacción encendida durante todo el día incrementa el consumo de combustible y las pérdidas de calor, lo que se traduce en un coste superior. Si el objetivo es ahorrar, lo más recomendable es apagar la calefacción por la noche. Aunque mantener una temperatura constante puede ser útil si se permanece en casa todo el día, la mayoría de las fuentes desaconsejan esta práctica para quienes buscan reducir la factura.

La creencia de que todas las estancias deben mantenerse a la misma temperatura carece de fundamento técnico. Apagar los radiadores en habitaciones poco utilizadas y cerrar sus puertas evita el derroche de energía. Adaptar la temperatura por estancia puede suponer un ahorro de entre el 10% y el 20% en el consumo de calefacción.

¿Y es cierto el mito que afirma que pintar los radiadores de negro ayuda a calentar mejor la vivienda? La respuesta es, básicamente, no. Las superficies oscuras absorben el calor en lugar de reflejarlo, mientras que las blancas lo devuelven al ambiente. Por tanto, pintar los radiadores de negro no aporta ningún beneficio en términos de eficiencia térmica.

Otra práctica común es colocar ropa húmeda sobre los radiadores para acelerar el secado, pero esto dificulta la circulación del aire caliente y obliga al sistema a trabajar más, lo que incrementa el consumo energético. Es preferible situar el tendedero cerca del radiador, pero sin cubrirlo.

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¿El termostato al máximo?

Ante la impaciencia por calentar la vivienda, muchas personas optan por subir el termostato al máximo o a una temperatura digna de una ola de calor en agosto. Sin embargo, esto solo provoca un mayor gasto, ya que el sistema no calentará más rápido, sino que alcanzará una temperatura superior a la necesaria. La OCU recuerda que, por cada grado adicional, el gasto en calefacción aumenta un 7%.

Ignorar el mantenimiento de los radiadores también puede afectar su eficiencia. Es esencial purgarlos al inicio de la temporada de frío para eliminar el aire acumulado, lo que permite que el agua caliente circule correctamente y se aproveche mejor la energía.

Finalmente, ventilar es esencial, pero hacerlo en el momento inadecuado puede provocar pérdidas de calor significativas. Lo mejor es hacerlo durante unos minutos, preferiblemente en las horas menos frías, para renovar el aire sin enfriar las paredes. Esta técnica minimiza el tiempo de ventilación y reduce el consumo posterior de calefacción.