El producto natural para devolver la suavidad a tus toallas tras sacarlas de la lavadora

Al ser productos diseñados para absorber líquidos, es frecuente que acaben acumulando restos de detergente y suavizante

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Las toallas pueden acumular restos
Las toallas pueden acumular restos de detergente y suavizante, provocando que pierdan eficacia con el tiempo (Freepik)

Con el paso del tiempo, muchas personas descubren que sus toallas pierden la suavidad y esponjosidad inicial. Lo que antes era un tejido mullido y agradable al tacto puede terminar convertido en una tela áspera, rígida e incluso con menor capacidad de absorción. Este fenómeno, más común de lo que parece, tiene varias explicaciones relacionadas tanto con los hábitos de lavado como con las características del agua y los productos de limpieza empleados.

Según especialistas en mantenimiento textil, las toallas son especialmente propensas a acumular residuos porque están diseñadas para absorber líquidos con facilidad. Esa misma capacidad hace que también retengan restos de detergente y suavizante que no siempre se eliminan por completo en el enjuague. Con cada lavado, las fibras van quedando recubiertas de una fina película que les resta suavidad y reduce su capacidad de absorción.

A esto se suma otro enemigo silencioso: la cal presente en aguas duras. Los minerales se adhieren al tejido, formando depósitos que endurecen las fibras. Finalmente, la forma en que se secan las prendas también influye. El uso prolongado de secadora o la fricción excesiva en el tambor de la lavadora pueden contribuir a que las toallas pierdan flexibilidad y se vuelvan más ásperas al tacto.

Aunque el mercado ofrece numerosos productos especializados, los expertos en limpieza coinciden en que un ingrediente cotidiano puede solucionar el problema de manera eficaz: el vinagre blanco. Este líquido, presente en casi todas las cocinas, es mucho más que un condimento. Sus propiedades químicas lo convierten en un aliado para el cuidado del hogar y, en este caso, para la recuperación de las toallas.

El vinagre blanco es un
El vinagre blanco es un producto muy útil para devolver la suavidad a las toallas (Freepik)

¿Cómo debe aplicarse el vinagre blanco?

El vinagre actúa disolviendo residuos de jabón, aceites corporales y minerales que se acumulan en los tejidos. Al eliminar estas capas, las fibras recuperan su capacidad de absorber agua y vuelven a sentirse suaves. Además, ayuda a neutralizar olores, un beneficio añadido cuando se trata de prendas de uso frecuente como las toallas.

El procedimiento es sencillo. En un ciclo de lavado normal, basta con añadir entre 100 y 150 mililitros de vinagre blanco en el compartimento destinado al suavizante. De esta manera, sustituye al producto convencional, pero en lugar de recubrir las fibras con nuevas sustancias, las limpia y las deja libres de residuos.

En casos más extremos, cuando las toallas están especialmente duras, se recomienda un tratamiento previo. Para ello, se pueden sumergir en agua tibia con un vaso de vinagre y dejarlas en remojo durante unas horas. Después, se procede a un lavado habitual. Esta técnica permite que el producto actúe con mayor intensidad sobre las incrustaciones y prepare la tela para recuperar su esponjosidad original.

Precauciones y recomendaciones

Aunque se trata de un truco seguro y ampliamente utilizado, se deben tener en cuenta algunas precauciones básicas. Nunca debe mezclarse vinagre con lejía, ya que la combinación libera gases tóxicos. Tampoco conviene abusar de su uso en cada lavado, pues la acidez, aunque suave, puede acortar la vida útil de ciertos tejidos a largo plazo.

Para limpiar mejor, debes saber estos trucos

En lavadoras antiguas con piezas metálicas no protegidas, el contacto repetido con vinagre podría acelerar la corrosión, aunque en los modelos actuales esto no supone un problema significativo. Por lo general, utilizarlo de forma ocasional, cada pocas semanas, resulta suficiente para mantener las toallas en buen estado.