El Ministerio del Interior británico deniega la residencia a un tripulante de British Airways y planea deportarle a un país donde nunca ha vivido

A la espera de que los tribunales decidan sobre su caso, el joven denuncia que su situación financiera se ha deteriorado solo por el hecho de verse involucrado en este proceso, ya que su estatus migratorio le impide acceder a ayudas públicas

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Aviones de British Airways, Easyjet
Aviones de British Airways, Easyjet y TUI aparcados en la terminal sur del aeropuerto de Gatwick, en Crawley, Gran Bretaña, 25 de agosto de 2021. REUTERS/Peter Nicholls

Reducir la inmigración se ha convertido en el elemento constante en la política británica. En las últimas dos décadas, el discurso político ha mutado desde peticiones orientadas a “controlar nuestras fronteras”, limitar el ingreso de nuevos migrantes o restringir el acceso a servicios públicos, hasta posturas que abogan por prohibir completamente la entrada de estas personas en el país. Por ello, son innumerables los testimonios de personas que llegaron a Reino Unido y, a pesar de ser ciudadanos en este país durante años, han tenido que renunciar a sus aspiraciones de manera injusta.

Un miembro de la tripulación de British Airways ha denunciado que el Ministerio del Interior británico pretende expulsarle y enviarle a la India, un país donde “nunca ha vivido”, a pesar de estudiar y trabajar durante ocho años en el Reino Unido.

El diario británico Indepent ha mostrado el caso de Shady El Farra, un joven de 28 años y de origen egipcio que llegó al país en 2016 para cursar sus estudios universitarios y que en 2021 obtuvo una visa de posgrado de dos años, lo que le permitió iniciar una carrera como tripulante de cabina en British Airways.

Sin embargo, el entusiasmo por su futuro profesional se vio truncado en noviembre de 2024, cuando el Ministerio del Interior rechazó su solicitud de visa por “vida privada”, una figura que permite a quienes han forjado lazos personales sólidos en el país solicitar la residencia.

La negativa se basó en la premisa de que el joven podría integrarse en la vida egipcia, a pesar de que él mismo explicó que abandonó Egipto poco después de nacer y nunca ha vivido allí como adulto. Además, Egipto exige el cumplimiento del servicio militar obligatorio para los menores de 30 años, una circunstancia que añade incertidumbre a su posible retorno.

Un proceso administrativo plagado de inconsistencias

El proceso administrativo, según ha denunciado a este medio, ha estado marcado por errores y falta de consideración por la situación personal del solicitante. En la carta de rechazo, el Ministerio del Interior llegó a afirmar que El Farra podría “mantenerse plenamente en India”, a pesar de que su solicitud no guardaba relación alguna con ese país.

“Pueden minimizarlo como simples errores, pero tiene un impacto enorme en la vida de una persona”, ha lamentado El Farra, que ha criticado que “a pesar de haber trabajado y estudiado en el país, ”ahora me dicen que no tengo ninguna expectativa de futuro". La incertidumbre se ha prolongado durante dos años, en los que El Farra no ha podido ejercer su profesión ni volar internacionalmente, ya que debió entregar su pasaporte al presentar la solicitud de visa en septiembre de 2023.

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Durante ese tiempo, la aerolínea le permitió trabajar en vuelos domésticos y, posteriormente, como formador de personal, hasta que la negativa definitiva le obligó a abandonar el empleo que consideraba su vocación. Ahora, el caso está pendiente de una audiencia judicial.

Un “círculo vicioso” que se ceba con el migrante

A la espera de una resolución, la situación financiera de El Farra se ha deteriorado solo por el hecho de verse involucrado en este proceso, ya que su estatus migratorio le impide acceder a ayudas públicas. Por ello depende del apoyo de sus padres y teme no poder afrontar el alquiler de su piso en Londres. Mientras espera la resolución de su apelación ante el tribunal de inmigración, ha recuperado el derecho a buscar empleo, aunque la incertidumbre persiste.

A pesar de haber superado los controles de formación y seguridad para trabajar como tripulante de cabina, El Farra necesitaría un salario mínimo de 41.700 libras para poder optar a un visado de trabajador cualificado, una cifra inalcanzable en su sector. La revisión interna del Ministerio del Interior confirmó la negativa. La familia de El Farra ha expresado su perplejidad ante la respuesta oficial.

“El Reino Unido debería acoger a personas con talento, aprovecharlas y mantenerlas en el sistema. Viví en Estados Unidos, donde conviven muchas nacionalidades, y esa es una de las razones de la prosperidad estadounidense”, subrayó su padre, Dr. Ehab el Farra, profesor de gestión hotelera en Arabia Saudita, a Independent. Su madre, Molly, también académica, añadió que el joven no puede vivir con ellos en Arabia Saudí a menos que sea estudiante o trabajador en ese país. “Estamos atrapados en este círculo vicioso”. Un portavoz del Ministerio del Interior negó dar explicaciones a este medio porque “no comentan casos individuales”.