Un ataque de lobo en Guadalix de la Sierra, ha reavivado la preocupación entre los ganaderos y vecinos de la sierra norte de Madrid. El suceso tuvo lugar el domingo 20 de julio, entre las 9:00 y las 9:30 de la mañana, a apenas 50 metros de las viviendas de la urbanización Guadalsierra. El animal, que atacó a plena luz del día, dejó herida a una oveja.
“Le arrancó carne de la nalga”
El rebaño afectado pertenece a la familia Gil, que gestiona una pequeña explotación ganadera en la zona. Javier Gil, copropietario junto a su padre, relató el momento en que encontró a la oveja herida.
“Estoy convencido de que el ataque tuvo lugar poco antes de que yo regresara. El lobo le arrancó carne de la nalga y también le pegó dentelladas en la paletilla intentando llegar al cuello. No llegó a matarla porque le interrumpí, pero la ha dejado muy malherida”, explicó a Telemadrid.
La familia asegura haber perdido ya a cinco ovejas en lo que va de año y denuncia que los ataques son cada vez más frecuentes, aunque muchos no se reconocen oficialmente por la falta de pruebas concluyentes.
“Convivimos con él. Sabemos lo que vemos y sufrimos”, afirmó Gil, quien señala que el lobo ya se desplaza con normalidad entre Guadalix, el Cerro de San Pedro y Colmenar Viejo.
“Esto ya no es un problema aislado”
Por su parte, el presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores y Ganaderos (ASAJA), Francisco José García, ha emitido un comunicado en el que sostiene que ya no se trata de un caso aislado. Según estimaciones, el mismo lobo ya habría protagonizado más de 200 ataques en la comarca.
“No estamos hablando de una finca grande ni de un ataque nocturno. Se trata de un ataque en plena mañana y a escasos metros de viviendas habitadas. Esto ya no es un problema aislado, es una situación que debe abordarse con urgencia”, advirtió García.
Del mismo modo, en el comunicado expresan su “profunda preocupación” y exigen que se tomen medidas ante un fenómeno que consideran fuera de control.
Una convivencia cada vez más difícil
El ataque, registrado a plena luz del día y muy cerca de un núcleo urbano, evidencia, según los ganaderos, un cambio en el comportamiento del lobo ibérico, que habría perdido el temor al ser humano.
“Aquí pasan senderistas, ciclistas, niños. Yo muevo el ganado junto a un colegio. No se puede simplificar el problema. La protección del lobo está bien, pero el abandono del ganadero es inaceptable. La situación se nos está yendo de las manos”, subrayó Gil.
El uso de mastines u otras medidas tradicionales de defensa resulta inviable en entornos tan humanizados, donde la seguridad de las personas limita el margen de acción de los ganaderos.
Protección del lobo: entre la incertidumbre y el miedo
Desde septiembre de 2021, el lobo ibérico está incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), lo que impide su caza o control poblacional.
No obstante, la Comunidad de Madrid ha solicitado en varias ocasiones una flexibilización de esta protección para poder intervenir en casos como el de Guadalix.
Frente a ello, organizaciones ecologistas sostienen que los datos oficiales no indican un repunte significativo de los ataques y abogan por fomentar medidas de convivencia que no pongan en riesgo la especie.
Los ganaderos, en cambio, perciben que la frecuencia de los ataques aumenta y que el animal se aproxima con más asiduidad a zonas habitadas. “El miedo ya no es solo por las pérdidas económicas. Es a no saber si el próximo ataque será a un animal o si habrá personas cerca”, concluyó García.
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