
El fin de la Navidad trajo consigo una nueva oleada de gripe, virus y resfriados. Ante esto, son muchas las personas que durante las últimas semanas han presentado toses, dolor de cabeza y mocos. En este sentido, es importante saber cómo actuar en cada caso.
En el caso de los mocos, los problemas asociados no suelen ser graves. Sin embargo, se trata de una sintomatología molesta que puede afectar a la respiración e incluso a la calidad del sueño. Ante esto, se recomienda probar suerte con algunos remedios caseros.

Cómo acabar con la congestión nasal
Según explica el portal especializado en medicina Mayo Clinic, las gotas y atomizadores nasales con solución salina, disponibles sin receta médica, son eficaces para aliviar la congestión nasal. En el caso de los bebés, los expertos recomiendan aplicar unas gotas de solución salina en uno de los orificios nasales y, posteriormente, succionar suavemente la mucosidad con una jeringa de bulbo. Para hacerlo correctamente, se debe apretar el bulbo, introducir la punta con cuidado en la fosa nasal a una profundidad de entre 6 y 12 milímetros y soltar lentamente para extraer las secreciones.
De igual forma, el vapor generado por una ducha de agua caliente es otro método eficaz para aliviar los síntomas de la congestión nasal. La inhalación del vapor ayuda a disolver la mucosidad acumulada y a disminuir la inflamación de las fosas nasales, facilitando una respiración más fluida, aunque sea de manera temporal. Una alternativa a la ducha es respirar el vapor del agua caliente en un lavabo. Para hacerlo, se recomienda abrir el grifo de agua caliente, cubrir la cabeza con una toalla y aspirar profundamente el vapor acumulado, cuidando de no exponerse al agua o al vapor demasiado caliente para evitar quemaduras.
Otros remedios caseros incluyen mantener la cabeza elevada mientras se duerme, lo que mejora el flujo de aire y reduce la congestión, así como consumir alimentos picantes o de olores fuertes, que pueden estimular las secreciones nasales y despejar las vías respiratorias. Aunque estos métodos no sustituyen un tratamiento médico, ofrecen un alivio temporal efectivo y seguro, complementando otros cuidados para quienes buscan aliviar las molestias de la congestión nasal.
Cuánto dura la congestión nasal
La congestión nasal, que se produce normalmente por resfriados, alergias o infecciones, suele durar entre cinco y diez días, dependiendo de la causa subyacente. En casos de alergias estacionales o crónicas, puede prolongarse mientras persista la exposición al alérgeno. Aunque generalmente es un síntoma leve, puede complicarse si no se trata de forma adecuada.
Entre las posibles complicaciones está la sinusitis, una infección que ocurre cuando la mucosidad bloquea los senos paranasales, y las infecciones de oído, esto afecta especialmente a los niños. En casos excepcionales, la congestión severa o prolongada puede afectar la calidad del sueño y causar fatiga. Si los síntomas persisten más de 10 días, se acompañan de fiebre alta o dolor intenso, se recomienda buscar atención médica para descartar problemas más graves. De igual modo, si se decide optar por remedios no naturales, lo mejor es consultar antes a un profesional médico.
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