El Ejército del Aire y del Espacio ha señalado, “como hipótesis más probable”, que el accidente del avión de combate F-18 en el que perdió la vida, el pasado 4 de octubre, el teniente coronel Pablo Estrada Martín se debió al “impacto frontal” con un buitre, durante un entrenamiento en vuelo a baja altitud junto a otro caza. Esto según información preliminar que la Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (Citaam) ha dado a conocer a través de un comunicado.
De acuerdo a las investigaciones realizadas hasta el momento, el ave provocó la rotura de la cúpula del avión y de varios instrumentos de la parte superior de la cabina. Esta hipótesis se basa en el inesperado hallazgo, el pasado 20 de noviembre, del casco del piloto a cuatro kilómetros del lugar donde colisionó la aeronave, junto a restos de la cúpula y del interior de la cabina, como también restos de un buitre que contenían fragmentos de cristal del avión.
En el momento del impacto con el ave, el piloto volaba en formación táctica con su líder, en paralelo a dos kilómetros de distancia, a una velocidad de 800 km/h y una altura de 220 metros sobre el terreno. El Ejército del Aire ha explicado que la misión estaba diseñada sobre un perfil de vuelo en una ruta autorizada, dentro de un área de entrenamiento habitual en la provincia de Teruel.
Tras la colisión con el buitre de grandes dimensiones, el caza prosiguió su vuelo de forma no gobernada hasta el impacto con el terreno, en las inmediaciones de la localidad de Peralejos, en Teruel. La aeronave se encontraba apta para la tarea y la exigencia inherente a la misión encomendada a un avión de combate. De la investigación no puede inferirse error humano alguno que contribuyera al accidente, confirman desde la fuerza aérea.
2.300 horas de vuelo
El teniente coronel Estrada se encontraba destinado en el Ala 12, ubicada en la Base Aérea de Torrejón (Madrid), en calidad de jefe del Grupo de Material, donde lideraba un equipo de más de 300 personas. Con más de 2.300 horas de vuelo, estaba considerado como un piloto de alta experiencia. En 2024, fue Jefe de Fuerza en el Destacamento Vilkas, en Lituania, en el marco de la operación Baltic Air Policing, rotation 65 (BAP-65) de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Anteriormente, había participado en dos ocasiones en la misión ISAF en Herat (Afganistán), en 2007 y 2008. Contaba con tres Cruces al Mérito Aeronáutico con distintivo blanco, la Cruz y la Encomienda de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, así como la medalla OTAN Artículo 5. Estrada estaba casado y tenía cuatro hijos.
“Fue un oficial digno de la admiración, el respeto y el cariño de todos los que tuvieron la suerte de volar con él, servir a su lado o estar bajo sus órdenes. Una persona de extraordinaria generosidad, capaz de darlo todo por su familia, amigos y compañeros”, han destacado desde el Ejército del Aire.