El PP se mete en un callejón sin salida. El último órdago de Vox sobre los populares, rompiendo las negociaciones presupuestarias con el PP en todas las CCAA por su “acercamiento” al PSOE en materia de migración, ahonda en las contradicciones que acorralan a Génova. Y es que el principal partido de la oposición arremete contra la “parálisis” del Gobierno de Pedro Sánchez mientras es incapaz de asegurar la estabilidad en las seis comunidades autónomas gobernadas por el PP en minoría.
La nueva ruptura de los de Santiago Abascal con los populares complica la aprobación de los Presupuestos para 2025 en Castilla y León, Comunidad Valenciana, Murcia, Aragón, Extremadura y Baleares, una crítica que Alberto Núñez Feijóo hace al líder del Ejecutivo para evidenciar su debilidad parlamentaria en el Congreso. El Gobierno central, que resiste con las cuentas públicas de 2023 prorrogadas, no tiene previsto aprobar un nuevo proyecto presupuestario hasta el segundo trimestre del próximo año.
“Mientras que el PSOE lleva 22 leyes aprobadas, incluido el decreto de ayuda a la DANA, y sigue trabajando para sacar los Presupuestos Generales del Estado, la inestabilidad es la protagonista de los gobiernos del PP y Vox”, presumen desde Ferraz. Para los socialistas, el PP se ha convertido en “sinónimo de inestabilidad institucional”, especialmente en aquellas comunidades en las que gobierna sin mayoría absoluta.
“Su incapacidad de desligarse del discurso ultraderechista provoca que solo puedan pactar con Vox tanto a nivel nacional como en los territorios”, rematan fuentes del PSOE, un partido que tendió la mano a los gobiernos autonómicos del PP después de la salida de los de Abascal de los ejecutivos de la Comunidad Valenciana, Extremadura, Aragón, Murcia y Castilla y León. La ruptura se extendió además a Baleares, donde había sellado un pacto para investir a la popular Marga Prohens.
Para distanciarse del PP, la extrema derecha ha redoblado su discurso contra la migración. En julio, después de que los de Alberto Núñez Feijóo aceptasen el reparto de apenas 347 menores migrantes, Vox cortó con los populares en estas autonomías. Apenas había pasado un año desde que se empezasen a constituir los ejecutivos tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado 28 de mayo de 2023. El de Castilla y León, creado en 2022, era el que más tiempo de vida tenía.
Pese a que la medida era un “parche”, fue la gota que colmó el vaso para los de Santiago Abascal después del órdago que lanzó a Feijóo contra la acogida de estos menores. Cinco meses después, y con el reparto de los más de 6.000 menores migrantes llegados a las costas de Canarias, aún pendiente, la extrema derecha volvió a hacer valer su fuerza. “Nosotros no vamos a participar en el reparto de inmigración ilegal y de inseguridad que pretenden Feijóo y Sánchez. Si el PP quiere seguir impulsando las políticas del PSOE, que negocie los presupuestos con ellos”, aseguró el pasado miércoles el secretario general de Vox, Ignacio Garriga.
El dirigente ultra hizo este anuncio de cara a la reunión mantenida este jueves en el Congreso entre el Gobierno, el PP y los representantes de los ejecutivos de Canarias y de Ceuta. Este encuentro, que acabó sin acuerdo tras dos horas de reunión, suponía el restablecimiento de las negociaciones para llegar a un pacto sobre el reparto de menores migrantes y la modificación del artículo 35 de la ley de extranjería, con la pretensión de que la acogida en las comunidades autónomas pase a ser obligatoria.
Al PP no le salen bien los gobiernos de coalición
Hace una semana, Vox ya llevó su pulso por la migración al plano municipal, lo que hizo saltar por los aires el acuerdo con el PP para gobernar en Burgos. Los populares rompieron en este ayuntamiento con el partido de extrema derecha tras no recibir su apoyo en los presupuestos por la decisión de la alcaldesa de recuperar las ayudas económicas a las ONG que acogen a migrantes.
Estas experiencias certifican que, para el PP, gobernar en coalición no es su fuerte. La ruptura de la mayoría de sus ejecutivos autonómicos, primero con Ciudadanos y ahora con Vox, contrasta con la continuidad de los gobiernos de los socialistas junto a otras fuerzas situadas a su izquierda. Y es que, más allá de los desencuentros aireados en público y en privado, estos han sobrevivido a las tensiones que les han sacudido. De estos últimos, además, su principal referente son los Gobiernos de Pedro Sánchez, primero con Unidas Podemos y, de momento, con Sumar.
En todo caso, la ruptura de los gobiernos de coalición contrasta con las cesiones de los populares a las exigencias de la extrema derecha, especialmente en materia de memoria histórica, igualdad, violencia machista o política lingüística. Estas concesiones también se han puesto en práctica en Baleares, donde Vox ha apoyado desde fuera al Gobierno popular de Marga Prohens, así como en los más de 135 ayuntamientos en los que trabajan de manera conjunta.