La IA podría reducir el empleo y los salarios de los puestos intermedios como ha sucedido en la banca con la digitalización

Los efectos de la inteligencia artificial (IA) en el empleo están poco medidos dada su reciente irrupción, pero algunos datos y estudios pioneros apuntan ya a que puede generar tanto un aumento de los salarios y de la intensidad laboral en ciertas ocupaciones, como lo contrario en otras. La IA supone un paso más en el avance tecnológico tras la digitalización y la automatización y sus características anticipan que afectará a todo el rango de cualificaciones y salarios, también a los altos, aunque con diferencias por ramas de actividad.

El estudio sobre salarios publicado este miércoles y elaborado por la escuela de negocios EADA en colaboración con ICSA ha detectado que los salarios de los mandos intermedios son los únicos que descienden entre 2022 y 2023, pasando de 44.778 euros brutos de media anual a 43.062 euros. Los autores detectan un efecto compensación, ya que los salarios sí suben en empleados y directivos, e intuyen que detrás puede estar la llegada de la Inteligencia Artificial. De hecho, el descenso salarial se ha producido solo en las medianas y grandes empresas, con más acceso a la IA, no en las pequeñas.

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“La IA puede estar devaluando algunas posiciones. Si en el futuro vemos que —los mandos intermedios— los pueden ocupar perfiles inferiores, las empresas van a tener personas de menos nivel y salario para hacer funciones que antes necesitaban un perfil más desarrollado”, ha explicado Jordi Assens, profesor de EADA y uno de los autores del estudio. “La IA en trabajos de cuello blanco posiblemente va a mantener esta tendencia”, ha rematado.

David Suárez, socio y director del área de estudios de ICSA, ha recalcado que el estudio de salarios no puede demostrar esta causalidad, pero sí espera una transformación en los puestos por la IA, devaluándose unos y apareciendo nuevos. Esto también contribuirá, en su opinión, a “aplanar” la estructura de las empresas, estableciéndose “organizaciones más horizontales y menos jerárquicas”. Para ilustrarlo ha puesto de ejemplo al sector bancario.

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En la banca ha habido un cambio de modelo de negocio con cada vez menos oficinas físicas y más trámites online. Esto ha conllevado “menos estructura y menos mandos intermedios”, señala Suárez, en detrimento de empleados mucho más tecnológicos que sustentan la banca online. “Por ello podemos intuir que con la IA a nivel global pueda suceder algo similar (...) con la digitalización se vieron relegadas a las máquinas las tareas rutinarias, pero en este caso se prevé que afecte a puestos de mayor cualificación”, asegura.

Assens señala dos investigaciones recientes sobre la IA que evidencian efectos distintos según el tipo de ocupación. La primera (Los efectos a corto plazo de la inteligencia artificial generativa en el empleo: evidencia de un mercado laboral en línea), estudia cómo ha impactado ChatGPT en freelances de EEUU. Concluye que ha reducido tanto sus ingresos como su volumen de encargos, independientemente de la veteranía y calidad del trabajo de las personas. “Los mejores trabajadores independientes se ven afectados de manera desproporcionada por la IA. Estos resultados sugieren que, a corto plazo, la IA generativa reduce la demanda general de trabajadores del conocimiento de todo tipo”, señala el abstract.

La segunda investigación (Navegando por la frontera tecnológica irregular: evidencia experimental de campo de los efectos de la IA en la productividad y la calidad de los trabajadores del conocimiento), analiza el impacto en empleados de consultoría. El resultado es que mejora la productividad y la calidad de los resultados al complementar las tareas relacionadas con modelos de lenguaje.

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Ante esta sacudida que generará la IA en el mercado laboral y en los modelos productivos, el reto está en si los incrementos de productividad y lo que generen las herramientas van a disminuir los salarios y el empleo o al contrario, de manera que el valor añadido se reparta. El FMI ha caracterizado el impacto en un informe de enero de 2024 en el que detalla que la afectación de la IA en los empleos dependerá del grado de exposición en las distintas ocupaciones y del grado de complementariedad de las labores que hacen las personas, aunque también de las habilidades que tengan los trabajadores.

Según su modelo, los trabajos de alta exposición a la IA y que permitan una alta complementariedad pueden registrar un aumento de salarios y de empleo (abogados, jueces). Los trabajos de exposición alta, pero baja complementariedad, verán reducida la demanda de trabajadores, y el empleo también se reducirán en los trabajadores que, siendo su trabajo complementario, no tengan las habilidades para usar la IA. Esta clasificación señala a los puestos de teleoperadores como ocupaciones con “mayor probabilidad de que la IA sustituya las tareas humanas”. Por último, hay trabajos que están poco expuestos a la IA, como los de la interpretación y algunas ocupaciones manuales.