El testamento es una pieza prácticamente crucial para desgranar cualquier herencia, tanto en España como en el resto del mundo. El testador puede expresar sus deseos sobre la distribución de los bienes y propiedades que le pertenecen, asegurando que se cumplan sus voluntades de manera justa y reduciendo los conflictos. Además, el testamento puede optimizar la gestión de la herencia desde el punto de vista fiscal, dado que existen ciertas disposiciones para reducir los impuestos que tienen que pagar los herederos. Los escritos de este tipo, además de aportar claridad, protegen los deseos de la persona causante y simplifican el reparto de la herencia.
No obstante, este proceso también lleva implícito algún que otro riesgo. El testamento ológrafo es aquel que está escrito por la persona fallecida, sin intervención de testigo alguno, es decir, lo firma el testador de su puño y letra. Muchas veces, cuando un familiar llega a cierta edad, los descendientes o las personas que se encargan de su cuidado pueden presionar o intermediar para hacerle cambiar sus últimas voluntades. Esta práctica, sobre todo cuando se desarrolla en beneficio propio, puede provocar la inhabilitación del testamento.
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La autentificación de un testamento puede ser crucial para garantizar que se cumplen las últimas voluntades de una persona. La plataforma Perito Testamentos, experta en la confección de informes periciales caligráficos, pone sobre la mesa la importancia de este proceso. La función de este tipo de profesionales no es otra que comprobar la autoría del documento mediante el análisis de la escritura y la firma del testador. Los expertos suelen reparar en gestos tipo, como la morfología de texto y de la rúbrica, así como la inclinación de letras e incluso otros aspectos técnicos con los que demostrar su veracidad.
La importancia de analizar la escritura del fallecido
Los herederos tienen que saber que la recopilación de muestras de escritura del fallecido es fundamental. En este sentido, tienen especial relevancia los documentos anteriores a su fallecimiento, como las cartas, notas o contratos, primordiales para elaborar una prueba pericial caligráfica. El perito calígrafo se encarga de cotejar todos los documentos y compararlos para determinar si existen o no aspectos concordantes entre ellos. El testamento ológrafo necesita analizar tanto la escritura como la rúbrica.
El proceso de análisis caligráfico de un testamento examina, entre otras cuestiones, la forma de las letras, la inclinación, la presión aplicada y la velocidad de escritura. Las muestras tienen que ser lo suficientemente fiables tanto en calidad como en cantidad, para poder certificar la conclusión del perito. Los documentos con papel arrugado, tinta y escritos deteriorados dificultan la labor pericial y, por ende, el veredicto. El informe final tiene que incluir, además de la conclusión de autenticidad, una descripción del proceso, una fundamentación científica y anexos con las evidencias gráficas. El precio de este documento depende del paquete contratado y de la compañía, pero suele oscilar entre los 600 y los 2.000 euros, así que los herederos tienen que hacer un desembolso importante para descubrir la veracidad de un testamento.
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