Los consejos de Carlos Mac Allister para sus hijos futbolistas: “Boca es la universidad, es Harvard... y no hay que pelearse con nadie”

El ex defensor compara su etapa con la actual, revela cuáles son sus preocupaciones como padre de profesionales y confiesa que terminó la escuela secundaria siendo funcionario. Cuenta que el vestuario boquense de su época no “era armónico” por la lucha entre halcones y palomas.

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El orgulloso padre y sus tres hijos futbolistas Kevin, Alexis y Francis.
El orgulloso padre y sus tres hijos futbolistas Kevin, Alexis y Francis.

-¿Cómo llevás la cuarentena?

-Hace cincuenta días que no salgo de casa. Hago las compras por teléfono, rociamos todo lo que entra con lavandina y agua. En realidad, llevo más tiempo porque vine de Inglaterra y en los primeros días ellos no estaban en la lista de la cuarentena obligatoria, y por eso la empecé antes.

-¿Estás con tu mujer?

-Sí, los dos solos, porque estoy divorciado, tengo cuatro hijos, pero ya ninguno vive conmigo. Francis vive con su mamá, pero ella ahora está en Inglaterra visitando a Alexis. Kevin vive enfrente, y Abril en su casa. Al que mejor le salió la cuarentena es a Francis porque se quedó solo en su casa, y con el auto del hermano (risas).

-Vos fuiste funcionario hasta hace poco. ¿Creés que se podrá salir pronto de esta crisis?

-Argentina nunca fue un país para que sea fácil ser funcionario y siempre está en crisis así que desde ese punto de vista, estamos acostumbrados. El Presidente tomó buenas decisiones y si bien hay más de doscientos fallecidos, hay muchos menos que en otros países pero ahora el problema será la economía y no sólo en la Argentina sino en el mundo. No somos la excepción, pero si pensás que Alemania invertirá el 20 por ciento de su PBI en reactivar el país, Estados Unidos, el 10 por ciento, y Argentina, el 0,5 por ciento, estamos hablando de una inversión cuarenta veces menor a la de Alemania y así no va a ser fácil. Tenemos que trabajar todos juntos, y lo que noto para bien es que la clase política aparece más próxima en esta lucha porque hay que ayudar al Presidente sin importar el color político de cada uno.

-¿Creés que este puede ser un motivo para terminar con la grieta?

-“Grieta” es una palabra fea porque en la gran mayoría de países, sus habitantes piensan diferente. Donde no hay grieta es en China o en países donde no hay diversidad de opinión. Con lo que hay que acabar es con la gente que quiere aprovechar para llevar las cosas a su molino. Lo insano no es la grieta sino acomodar el discurso.

Mac Allister cuando jugaba en Boca con sus tres pequeños siguiendo su camino: Kevin, Alexis y Francis. (Familia Mac Allister)
Mac Allister cuando jugaba en Boca con sus tres pequeños siguiendo su camino: Kevin, Alexis y Francis. (Familia Mac Allister)

-Fuiste diputado nacional, Secretario de Deportes de la Nación, ¿qué aprendiste de la función pública?

-Muchísimas cosas. Aprendí a ser un mejor ciudadano, mejor persona, a ver con profundidad lo que pasa en todo el país. La política me hizo crecer muchísimo aunque siempre fui una persona centrada. También pude notar que las cosas no eran tan fáciles como se pensaba, porque el Estado es muy burocrático y lento. En la Argentina hay muchísima gente buena en todo su territorio. Fue una muy buena experiencia, aunque dejé muchas cosas personales de lado, porque cuando hago algo, dejo todo.

-¿Qué cosas resignaste?

-Menos tiempo con mi mujer, mis hijos, el fútbol. Me levantaba a las 7 de la mañana y terminaba a las 20,30 y a veces me despertaba en la noche pensando en un expediente que no salía. Estoy muy feliz con mi gestión, que se llevó a cabo con poco dinero. Tanto, que muchas de las áreas que creé, se mantuvieron.

-Muchos criticaron que el Deporte haya llegado a ser agencia cuando antes y después fue Secretaría y hoy hasta forma parte de un ministerio.

-Una agencia da mayor dinámica porque cuando forma parte de una secretaría o ministerio, el responsable no puede avanzar de la misma forma los expedientes o pagos porque no tiene una unidad administrativa propia, y entonces en la secretaría o ministerio se pierden los expedientes, van de un lado al otro y recorren muchas áreas. Lo importante es que una buena gestión en deportes puede generar menos enfermedades, menos obesidad. La inversión que se haga es algo clave. Estoy convencido de que los que están al frente ahora lo van a hacer bien. Conozco a (Matías) Lammens, desde que era presidente de San Lorenzo y hablamos varias veces. Es una buena persona, tiene suficiente experiencia y yo estoy a su disposición para lo que necesite. Yo hice 110 viajes por el interior del país, fui 2-3 veces a cada provincia, e hice un poco lo que ahora hace Alberto Fernández con los gobernadores: ir a las provincias, sentarse y hablar con ellos y nutrirse de sus inquietudes, escucharlos. Es una oportunidad de intercambiar ideas. Lo que pasa es que nosotros sólo vemos lo que pasa en Buenos Aires y cuando juzgan mi función, lo hacen desde esa visión, sin conocer mucho lo que pasa en el resto del país, lo que pasa más allá de la avenida General Paz. Contame cuándo juntaron a cinco secretarios de Deportes del interior para entrevistarlos y saber cuál es la problemática. A mí me juzgaron por los Juegos Olímpicos, los Panamericanos o las becas pero no se ve el trabajo en el interior. Yo disfruté mucho y trabajé muy bien con gente de otros pensamientos. Mi secretaria, por ejemplo, era ultra K y cuando me fui, me escribió una hermosa carta y nos seguimos llamando cada tanto.

-¿Dónde te ves en el futuro luego de haber sido jugador, DT, agente de futbolistas, haber trabajado en radio y TV, como funcionario?

-Quiero estar tranquilo. Tuve hasta locales de ropa. Por primera vez, siento que puedo parar la pelota y disfrutar de la vida, de mis hijos, viajar.

-Me decías que ni siquiera pudiste ver mucho fútbol cuando fuiste funcionario. Tal vez ahora en cuarentena podés ponerte al día con partidos viejos…

-En serio, cuando estaba en política no pude ver mucho. Antes, veía unos 50-60 partidos por mes y en ese tiempo, llegué a ver 50-60 partidos pero por año. Ahora aprovecho y veo muchos partidos de mis hijos. Nos pasamos la vida diciendo que no tenemos tiempo, así que aprovechemos ahora que lo tenemos.

Mac Allister junto a Macri y Palermo defendiendo los colores de Boca en un picado de campaña contra el rival de siempre.
Mac Allister junto a Macri y Palermo defendiendo los colores de Boca en un picado de campaña contra el rival de siempre.

-Hablando de tus hijos, ¿cómo ves a cada uno de los tres, que son futbolistas?

-Si hay algo que los tres han heredado y que no todos tienen es la pasión. Ellos ven todos los partidos, saben la formación de todos los equipos, incluso muchos del extranjero, saben cómo son las distintas ligas. Cada uno está en su momento y son momentos distintos. En el caso de Alexis, todo en su carrera fue para arriba. Debutó a los 17 años y enseguida ascendió con Argentinos Juniors, después fue a Boca, lo compraron los ingleses cuando tenía 20 años, salió campeón con Boca, fue convocado a la selección, ganó el Preolímpico y llegó a los 21 sin los sobresaltos lógicos que cualquiera debería sufrir. Kevin, en cambio, tuvo dos operaciones de rodilla, fue a Boca y no le fue como él soñó, pero se entrena muy bien, se sacrifica, y se alimenta para ser cada vez mejor en el fútbol. Francis es el más grande de los tres. Empezó con una situación difícil porque en Argentinos Juniors, (Gabriel) Heinze le dijo que no lo tenía en cuenta, se fue a Corrientes, sufrió y volvió y por suerte estaba como DT Alfredo Berti, le dio una oportunidad y hoy es uno de los más importantes jugadores del equipo. Lee los diarios, ve los noticieros, puede hablar de economía. Tiene una buena formación.

-Si tuvieras que advertirles a tus hijos algo que te pasó como futbolista para que estén atentos en sus carreras, ¿qué les dirías?

-Yo hablo mucho con ellos pero los hijos (ni ningún chico de este tiempo) son a control remoto. Ellos tienen sus propios problemas y fracasos. Yo les digo siempre: el fútbol es un deporte en el que dos días dejás de hacer lo que tenés que hacer, viene otro en tu lugar y ya no lo recuperás más y caer en el pozo es muy difícil. Hay que ser el primero en llegar, el último en irse, hay que entrenarse y comer bien. El fútbol profesional no es para relajarse. Cuando sacaste el botín del casillero, el otro los pone.

-¿Soñabas con hacer la carrera que hiciste?

-Sí, yo lo soñé, definitivamente. Yo viví desde los 10 años como profesional. Debuté en un club en mi provincia (La Pampa) a los 14 años y llegué a Buenos Aires sacrificando todo. Nada de lo que conseguí fue de casualidad. Lo mío fue trabajo y sacrificio, aunque debo reconocer que otros también lo tuvieron y no les fue tan bien. Las circunstancias juegan su papel.

-La gente te tiene como un jugador típico para Boca por su garra, su carácter.

-Hubo dos Mac Allister. Uno fue el de Argentinos Juniors, más ofensivo, típico jugador del club, que marcaba, anticipaba y participaba del juego. Pensá que el primer DT que tuve fue José Pekerman. Tuve mucha suerte, una muy buena formación. El otro, fue el Mac Allister de Boca, más marcador, más aplicado para defender. Cuando jugué un poco más adelantado, en los primeros ocho partidos, fracasé. Estaba jugando mal. Cuando reaccioné, pensé que me pueden llegar a sacar pero que antes de que suceda, voy a dejar la vida. El DT era el Maestro Oscar Tabárez y me llamó. Boca tenía que jugar ante Estudiantes por la Supercopa y me dijo “En este club, todo es muy lindo cuando la cosa va bien pero usted está jugando mal y la gente lo va a estar esperando para hostigarlo. No juegue y yo le prometo que el sábado, por el campeonato, lo pongo ante Argentinos Juniors”. Yo lo miré y le dije: “Mire Maestro, usted me pide que solucione un problema ocultándome y yo estoy acostumbrado a enfrentarlo y yo quiero jugar y afrontar la situación”. “Juegue”, me dijo. Jugué un poquito mejor, ya contra Argentinos Juniors un poquito mejor que el miércoles, contra Estudiantes en la revancha otra vez un poco mejor, y en el Superclásico marqué muy bien a (Ramón) Medina Bello, ganamos 1-0 y nos fuimos derecho al campeonato.

-¿Boca es una escuela en cuanto a la experiencia como futbolista?

-Boca es la universidad, Boca es Harvard. El que juega en Boca, juega en cualquier lugar del mundo. Ser presidente de Boca (de River también) es ser más conocido que el ministro de Economía. Trasciende al mundo. En un viaje a España, me estaban sellando el pasaporte allá y desde la casilla me dijeron “¿Mac Allister? Había un gran jugador de Boca que se llamaba así” (pone acento español). Otra vez, fuimos a jugar contra los veteranos del Barcelona y venía un córner para nosotros y escucho que un rival le dijo al otro “tú, marca al colorado”, y yo le dije “¿Pero en serio creen que yo les puedo meter un gol de cabeza?” y me respondieron, “¿Es que tú te crees que nosotros aquí no vemos la TV?”. Boca es muy grande, muy importante. Cuando Alexis dudaba entre ir o no, yo le contaba todo esto.

"El  que juega en Boca puede jugar en cualquier lugar del mundo", dice Mac Allister, cuyo hijo Alexis pasó por Boca y está desarrollando su carrera en Inglaterra. (AP /Natacha Pisarenko)
"El que juega en Boca puede jugar en cualquier lugar del mundo", dice Mac Allister, cuyo hijo Alexis pasó por Boca y está desarrollando su carrera en Inglaterra. (AP /Natacha Pisarenko)

-Entonces, se refuerza la idea de que a Mauricio Macri, Boca le sirvió de vidriera para llegar a la política.

-Boca te ayuda mucho como experiencia para resolver cosas, pero el fútbol es distinto que la política. En el fútbol, el enemigo está enfrente. En la política, está al lado. No hay más selva que la política.

-¿Hay mucha más traición?

-La política es mucho más dura. Están los que piensan en ser presidentes dentro de cuatro años, y los otros, en voltearle la chance.

-Tu relación con Macri fue clave para llegar a ser su secretario de Deportes.

-Ojo que después de los primeros seis meses de ser presidente de Boca, yo me enojé con él y con (Carlos) Bilardo y estuvimos mucho tiempo alejados, sin hablarnos, hasta que nos reencontramos en una charla que organizó Alejandro Fantino, conversamos hasta que yo empecé a trabajar en política en La Pampa y sumé gente que el PRO sólo consiguió concentrar en cinco provincias, y siendo que yo todavía no era del PRO. Luego me sumé y entré como diputado nacional.

-¿Y con Bilardo, qué pasó?

-Él tomó la decisión de sacarme del plantel. Me habían prometido que me iban a comprar el 50 por ciento que quedaba de mi pase y no me gustó que me dijeran una cosa e hicieran otra. Yo soy muy respetuoso y si me hablan derecho, no hay problemas. El Coco Basile me sacó de la selección argentina que iba al Mundial 1994 y no hubo problemas y lo quiero mucho. Porque entiendo, más después de haber sido DT, que hay decisiones que hay que tomar. ¿Ves? Vos me preguntabas antes qué les aconsejo a mis hijos y yo les digo también que no hay que pelearse con nadie. A Basile después lo volví a tener como DT en Racing y todo muy bien. Cuando te dicen las cosas en la cara, no hay derecho al pataleo.

-Te tocó una época difícil para jugar en Boca.

-Era el Boca de los halcones y las palomas, pero yo nunca fui ni uno ni otro, y tampoco gorrión (risas). No me interesaba porque en una guerra, todos pierden. Carlos Heller (actual diputado del Frente de Todos y ex vicepresidente de Boca) solía decir que somos culpables por acción o por omisión. Uno es culpable por no solucionar el problema. Muchas veces escuchás de boca de los que jugaron en Europa, “hay que tener un buen vestuario, armónico, con buena gente”.

-¿Había mala gente en ese plantel?

-No era un vestuario armónico. Era un plantel con gente ya grande, con experiencia, pero nos faltaba mucho de lo que hay hoy, una buena alimentación, cuidados. Yo veo hoy a mis hijos cómo se cuidan, la dieta que llevan. Hoy el jugador que no está bien físicamente es porque no quiere.

-¿Qué cambios ves en el jugador de hoy respecto de tus tiempos?

-Tema más, tema menos, todas las épocas se parecen en que el jugador no vive la realidad de lo que les pasa a los demás y es normal que eso ocurra. Por eso trato de que los chicos lean los diarios, se informen, escuchen radio AM porque después de esta carrera viene la carrera de la vida y si no están preparados, se pueden perder. Yo tuve la enorme suerte en Argentinos Juniors de tener en el plantel al doctor (Roberto) Avanzi cuando tenía apenas 18-19 años y él nos preparaba para el día que dejáramos de jugar. Yo estaba en el equipo en el que jugaban Enrique Vidallé y muchos que ganaron títulos importantes a mediados de los Ochenta y el doctor nos traía desde Estados Unidos videocassettes con películas de liderazgo, capacitación, motivación. Los clubes dejan pasar una hermosa oportunidad de darles a los jugadores un programa para prepararse para llegar a Primera División, para aprender a expresarse ante un medio de comunicación, saber qué es un cheque, alimentarse bien, cuidarse. El chico llega a los 20 años con un millón de dólares en el bolsillo y no sabe nada del mundo. Hay que ir formando a los cinco o seis mejores jugadores de cada categoría, desde la séptima, porque ellos serán luego la imagen del club. No puede aparecer un jugador en una entrevista con una gorra de siete colores, aros, tatuajes y sin saber hablar.

-Muchas veces, los jugadores responden con casette…

-Es un mal muy fuerte en el fútbol creer que el periodista es el enemigo, y el dirigente es un boludo. Yo estuve en todas las funciones, fui jugador, DT, agente, trabajé en radio y TV y escuchaba decir que eran todos hijos de puta y me daba cuenta de que algo no andaba bien. El problema es la comunicación. Si a los chicos en las divisiones inferiores se les diera un curso y les llevaran un periodista para que los entreviste desde ese momento, se darían cuenta de que es un trabajo como tantos. Yo tuve la suerte de poder formarme tomando cosas de todos lados. Y te voy a confesar algo que no dije nunca.

Carlos Mac Allister fue diputado nacional y secretario de Deportes: "En 2018, mientras era funcionario del gobierno, terminé el Secundario. Y no me da vergüenza en absoluto. Por eso, yo me reía cuando escuchaba que decían eso de 'el gobierno de los CEOS'. El fútbol y la calle me dieron la oportunidad de alcanzar los objetivos"
Carlos Mac Allister fue diputado nacional y secretario de Deportes: "En 2018, mientras era funcionario del gobierno, terminé el Secundario. Y no me da vergüenza en absoluto. Por eso, yo me reía cuando escuchaba que decían eso de 'el gobierno de los CEOS'. El fútbol y la calle me dieron la oportunidad de alcanzar los objetivos"

-¿A ver?

-En 2018, mientras era funcionario del gobierno, terminé el Secundario. Y no me da vergüenza en absoluto. Por eso, yo me reía cuando escuchaba que decían eso de “el gobierno de los CEOS”. El fútbol y la calle me dieron la oportunidad de alcanzar los objetivos.

-Fuiste protagonista de aquella imagen en el vestuario de la selección argentina en Australia, durante el repechaje previo al Mundial 1994, cuando apareciste desnudo.

-Si eso hubiese ocurrido hoy, habría sido tremendo, por lo que se habría viralizado por internet. En aquel tiempo (1993) todavía no había. Pero fue un accidente. Yo siempre digo que el zoom estaba puesto y Buenos Aires no es tan grande (risas).

-¿Cómo fue jugar ese repechaje contra Australia para ir al Mundial de Estados Unidos?

-Jugamos con una tremenda presión. La mayoría de los jugadores de ese ciclo había ganado dos Copas América (1991 y 1993) y justo el declive vino en la clasificación. Yo había estado en la cancha el día de la derrota 5-0 ante Colombia, y luego me convocaron cuando se pedían cambios pero sabía que no era de los preferidos del DT. Enrique Borelli jugaba de 4 y José Chamot, de 3, pero en un entrenamiento, Borelli le dijo a Basile que de 4 no quería jugar, entonces pasó Chamot allí y yo jugué de 3. Cuando todo terminó y ya nos habíamos bañado, recuerdo que cruzamos el césped de la cancha en diagonal hacia el micro, las luces se estaban apagando, y Basile se me puso al lado y me dijo “Color, ¡cómo jugaste!”. Fue un reconocimiento grande de alguien que no me quería poner.

-Compartiste equipo con Maradona. ¿Pudiste disfrutarlo?

-No. Era difícil disfrutarlo porque todo en mi carrera fue natural. Él era un fenómeno pero yo sabía que eso de jugar con él me iba a pasar porque laburé para eso. A mí me faltó disfrutar más las cosas fuera de la cancha porque era muy responsable. Fijate que los que mejores anécdotas fueron los más vagos, “el Loco”, “el Turco”…yo era más serio, acaso porque ellos tenían más talento, pero yo tenía que estar en todo lo del equipo. No podía darme esos lujos.

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