Un café y un Cortázar, por favor

El celular marca que la temperatura es de 11 grados. Caen algunas gotas. Está ideal para tomarse un café. El reloj marca que son las 5 de la tarde. Gente que va y que viene. Está ideal para tomarse unos cinco minutos. Esos cinco minutos que terminan por transformarse en horas, cuando la mente pareciera desligarse del cuerpo y se entrega a la reflexión. Personas que entran y salen del bar. Ideas que llegan e ideas que se van. Todo muy platónico.

Es precisamente lo idílico la parte central de la muestra Viaje alrededor de un tal Cronopio, un plan conceptual del viaje personal del diseñador-ilustrador Juane Lemos por la vida del escritor Julio Cortázar.

Juane dibuja desde chico. Ilustrar personajes fue una pasión que lo acompañó desde siempre. Ya en la primaria sus padres lo enviaban a tomar cursos con una "profesora de artes plásticas del barrio", que a él lo aburría porque "era todo muy clásico". En la secundaria, el joven Juane viajaba desde Temperley a Capital Federal, se tomaba el Roca y se bajaba en Constitución, para cursar clases en la escuela de dibujo del célebre caricaturista Luis Ordoñez. "Fue allí cuando descubrí que eso que me gustaba hacer, dibujar personas resaltando los aspectos que me resultaban más interesantes, eran nada más y nada menos que las caricaturas", expresó el diseñador-ilustrador en diálogo con Infobae Cultura.

Al terminar sus estudios secundarios, Lemos continuó su travesía en el mundo universitario, se recibió como Diseñador Gráfico en la UBA y continúa perfeccionándose constantemente, comenzando con técnicas como la aerografía e incursionando en el fileteado porteño.

Como grandes referentes tuvo a Andrew Loomis y Preston Blair. Fue distinguido con diversos premios, entre los cuales se destaca el Premio Nacional Estímulo al Diseño Basilio Uribe -2015-. Ejerce como docente en FADU (Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo) y en la Escuela de Artes Visuales Antonio Berni.

Es padre a tiempo completo de Amancay y Timoteo, sus creaciones más personales junto a su mujer Andrea, artista de las danzas y del habla anglosajona. Sus trabajos constan de colecciones: de deportistas, de músicos, de rock, de jazz, de tango, de arquitectos y de escritores. De esa última serie surgió el Cortázar que daría nacimiento a su exposición actual.

La organización de las imágenes en la muestra invita a hacer tres lecturas posibles. Una de ellas parte de la imagen central, la más literal, que cuenta con un retrato del Cortázar maduro -el "Big Bang" de Viaje alrededor de un tal Cronopio-, rodeado de su obra literaria en formato tipográfico. La segunda, la más compleja y exquisita, propone un recorrido vertical: en formato rayuela, comenzando de abajo hacia arriba y en sentido inverso, allí donde es posible transitar de la tierra al cielo, de lo mortal a lo divino, de lo terrenal a lo ideal. La última lectura, horizontal, acompaña el formato oblongo del montaje, saltando de una imagen a la otra, hacia adelante o hacia atrás, como en la rayuela, brincando de casillero en casillero, volviendo a uno y a otro a gusto y piacere.

Afuera del Café sigue lloviendo. A esta tarde, en la que cual los segundos se escurren como perlas en gotas, Cortázar le agregaría un cigarrillo y mucho jazz. El vicio, infaltable en su mano, la música, que replicaba de manera infaltable en su trompeta. E infaltablemente, estas marcas personales del escritor se encuentran en la muestra de Lemos. Junto con los rasgos distintivos, la dialéctica entre la vida del autor entre Buenos Aires y París: "abajo" su casa en Banfield como aquello que lo arraiga, "arriba" la camioneta Volkswagen en la cual vivió junto a su esposa la escritora Carol Dunlop en París. De un lado la torre Eiffel, del otro el Obelisco. Lo mundano, con sus pasiones como el boxeo o los instrumentos de jazz. Lo celestial, con todas sus ideas plasmadas en sus escritos.

La vuelta al mundo de Cortázar en unos cuantos Julios: de eso se trata Viaje alrededor de un Cronopio. "La muestra está armada sobre algunos de los hechos más relevantes de Julio Cortázar. Sus rasgos, miradas, cuentos, amores y las ideas que marcaron su vida", explica Juane Lemos. Está Integrada por 33 piezas originales, algunas de ellas realizadas con la técnica del vector digital y otras ilustradas a mano alzada. La muestra propone un recorrido que combina trazos, texturas, colores y tipografías.

Cada dibujo hace referencia, más o menos explícita, a un libro o cuento del intelectual: Un tal Lucas, Casa Tomada, 62 Modelo para armar, El Perseguidor y , lógicamente, Historia de cronopios y famas. Al respecto cuenta Lemos: "El cronopio es algo que no se define, sino que queda a imaginación del lector. Sí sabemos que es algo libre, y un poco esa es la intención de mi muestra, que el espectador tenga la libertad de crear sus propias ideas a partir de lo que ve".

Juane es un diseñador que ilustra y un ilustrador que diseña. La curiosidad innata en su persona inquieta lo obliga a reinventarse de forma permanente, a "darse vuelta" a él mismo, a ir y volver de un casillero al otro: "De la ilustración a mano a la digital, de lo puramente digital a la gestualidad del dibujo a mano", encontrando una comunión en el híbrido que representa la tablet en la que dibuja con sus manos. La intencionalidad en sus creaciones es la de lograr una fusión entre el diseño y la caricatura y que, a la vez, esas ilustraciones cuenten algo.

Y es así que, parafraseando al homenajeado, sacás una idea de un dibujo y un sentimiento de otro. Lo atás con ayuda de las palabras. En el total parcial, a la muestra de Lemos se la quiere. En el total general se la ama.

* "Viaje alrededor de un Cronopio"
Hasta julio en Café Cortázar
Cabrera 3797- CABA

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