Este sería el plan B de Colombia si Sirius no alcanza: el gas licuado toma protagonismo en plena crisis energética

Con un déficit de gas natural que podría duplicarse hacia el final de la década, el sector energético mira al GLP como la alternativa más rápida para sostener el abastecimiento del país

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Colombia enfrenta un posible déficit
Colombia enfrenta un posible déficit de gas natural de hasta 50% para 2029, según proyecciones oficiales del sector energético - crédito Gasnova

Colombia se mueve hoy entre varias piezas de un mismo rompecabezas energético. Por un lado, las proyecciones oficiales advierten que el país podría enfrentar un déficit progresivo de gas natural durante la segunda mitad de esta década. Por otro, distintos actores del sector buscan alternativas que permitan amortiguar ese faltante sin frenar el abastecimiento a industrias, comercios y hogares. En ese escenario, el gas licuado de petróleo (GLP) vuelve a entrar en conversación, esta vez con un papel más ambicioso del que tradicionalmente ha tenido.

Gas País, una de las organizaciones que más insiste en esa ruta, asegura que la coyuntura abre espacio para que el GLP gane protagonismo. La compañía recuerda que, de acuerdo con estimaciones de la Bolsa Mercantil de Colombia, el desbalance entre oferta y demanda de gas natural podría llegar a 20% en 2026 y escalar hasta 50% en 2029. Frente a un panorama así, dicen, el GLP ofrece una ventaja inmediata, no depende de grandes obras de infraestructura para circular por el país y puede llegar a zonas urbanas y rurales con relativa facilidad.

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El gas licuado de petróleo
El gas licuado de petróleo (GLP) se perfila como alternativa clave ante la escasez de gas natural en Colombia - crédito AP

Ese alcance no es menor. Gas País señaló que hoy opera 15 plantas, moviliza más de 700 vehículos y tiene presencia en 95% del territorio nacional, con el respaldo de su casa matriz, LipiAndes, que también trabaja en Chile, Ecuador y Perú. El energético, además, ya sostiene actividades en sectores como la siderurgia, la agroindustria, los alimentos y la hotelería.

La discusión no es solo industrial. Hay un componente social que la organización empezó a señalar con más fuerza. Sus filiales, Surgas y Rednova, que administran redes de gas domiciliario, lograron que miles de familias de estratos 1 y 2, así como comunidades rurales, reemplacen el uso de leña y carbón. El cambio, afirman, tuvieron impactos directos en salud y en condiciones de vida.

Aun así, la apuesta por el GLP está lejos de depender únicamente de sus aplicaciones actuales. Patricio Mura, gerente general de Gas País, afirmó que entre finales de 2025 y 2026 este energético podría cubrir una parte del consumo nacional, especialmente mientras el país avanza en la transición hacia nuevas fuentes de abastecimiento. En su lectura, el GLP podría incluso posicionarse con firmeza mientras entra en operación Sirius, el yacimiento costa afuera en el Caribe que, según las proyecciones, para 2030 aportaría cerca del 50% de la demanda de gas del país.

Gas País opera 15 plantas
Gas País opera 15 plantas y cubre el 95% del territorio nacional, facilitando el acceso al GLP en zonas urbanas y rurales - crédito Ecopetrol

Mura insisió en que el contexto juega a favor del GLP. Explicó que empresas como Ecopetrol y el Grupo Energía Bogotá impulsan actualmente tres proyectos de regasificación en Ballena (La Guajira), Coveñas (Sucre) y Buenaventura (Valle del Cauca). De concretarse, estas terminales elevarían el costo del gas importado, lo que podría abrir una brecha de precios que beneficie al GLP. Y si no se materializan, añade, el déficit de suministro seguiría generando un espacio natural para que este combustible cubra parte de la demanda.

El mercado, aseguró Gas País, ya ha absorbido buena parte del impacto que implica depender del exterior: “pese al componente importado (60%), el mercado ya internalizó los costos de compra en el exterior”. Hoy, aproximadamente 60% del GLP consumido en el país proviene de importaciones y el 40% restante de producción nacional. Buena parte de ese volumen local llega desde campos como Cusiana, cuya producción ha venido en declive.

El GLP ya abastece sectores
El GLP ya abastece sectores como siderurgia, agroindustria, alimentos y hotelería, ampliando su impacto en la economía colombiana - crédito Europa Press

Para Gas País el GLP no es una solución transitoria ni un reemplazo total del gas natural, sino un complemento. Incluso cuando Sirius empiece a operar y la producción local recupere terreno, insisten en que el GLP seguirá cumpliendo un rol clave dentro del sistema energético. Y es que ambos provienen, al final, de los mismos yacimientos.

Mientras ese futuro se define, el país sigue enfrentando una pregunta central, cómo garantizar energía suficiente, limpia y accesible durante los próximos años. En esa búsqueda, el GLP vuelve a tocar la puerta, esta vez con la promesa de responder a una demanda creciente y a un país que necesita alternativas inmediatas.