
En redes sociales se viralizó una denuncia sobre la llamada “Rappi cama”, una práctica relacionada con el estado e higiene de los domicilios entregados a través de la plataforma Rappi en Colombia.
El caso fue expuesto en X, donde un usuario compartió la fotografía de dos repartidores: mientras uno permanecía sentado, la otra persona yacía en el suelo con la cabeza dentro del morral utilizado para transportar la comida que entregan a los usuarios de la aplicación.
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La publicación detonó una discusión amplia sobre las condiciones laborales de los repartidores, los riesgos sanitarios para los usuarios y la responsabilidad de la empresa frente al servicio que ofrece.

El mensaje original en la red social dice: “La ‘Rappi cama’ en la que después transportan alimentos… es una pena que esa empresa siga sin poder solucionar el tema de sus colaboradores, que invaden el espacio público, afean la ciudad y algunos, como el de la foto, hacen lo que no deben”.
La imagen y el mensaje generaron un intenso debate virtual, polarizando las opiniones entre usuarios que apuntaban a la falta de control y condiciones insalubres, y aquellos que criticaron lo que consideraron un tono clasista y poco empático hacia los repartidores.
Algunos usuarios comentaron: “Yo me conformo con que no se me coman la comida”, “El colmo, pero esta empresa se ampara en que da oportunidad de trabajo (sí, pero qué condiciones)”.

Otros cuestionaron el trasfondo del reclamo y la falta de atención hacia la precariedad de quienes trabajan en la plataforma. “Preocuparse por la estética de la ciudad, y no por el problema de fondo de los ‘colaboradores’ en precariedad de condiciones, dice más de lo ‘afeo’ que puede llegar a ser usted como persona. Mucho clasismo y pocas soluciones en este post”.
Testimonio de cómo un rappitendero robó un pedido en Bogotá
En paralelo a la denuncia viral de la “Rappi cama”, Infobae Colombia recibió la declaración de una usuaria en Bogotá, que relató una experiencia desfavorable con la plataforma.
El 19 de septiembre, realizó un pedido a un restaurante en la calle 140, en el norte de la capital colombiana. De acuerdo con su testimonio, el domiciliario encargado del servicio “se robó la comida que encargué”. Según su relato, el repartidor marcó en la aplicación que el restaurante seguía preparando el pedido, aunque ya lo había recibido y retirado del lugar.

La usuaria explicó que otros dos repartidores atendieron la orden sin poder entregarla, puesto que la comida ya había sido retirada. Además, narró las dificultades que enfrentó para cancelar la orden y evitar el cobro, pues el pedido no lo podía cancelar sin que le cobraran la totalidad del pedido, que no le habían entregado.
“Me tocó ir ese día hasta el restaurante para explicarles la situación. Finalmente, Rappi canceló el pedido y no me cobraron, gracias a que el tercer domiciliario se comunicó con soporte de Rappi para que ellos hicieran el proceso de cancelación”, relató la usuaria en comunicación con Infobae Colombia.
El tercer repartidor que intentó completar el pedido le señaló a la ciudadana que es común y ya muy conocido entre los domiciliarios que algunos ciudadanos venezolanos se roban los domicilios y se les ve comiéndose todo sobre la calle 140, donde hay muchos restaurantes.

La denunciante agregó que intentó formalizar su queja en la plataforma, pero enfrentó obstáculos por la falta de mecanismos efectivos de atención al usuario. Compartió la respuesta recibida por parte de la sección de soporte de la aplicación:
“Para poder ayudarte, es indispensable que ingreses desde la orden afectada en la app. Si no lo haces de esa manera, no podremos gestionar tu caso. Sabemos que la opción está disponible, por favor intenta nuevamente siguiendo estos pasos…”. La comunicación no resolvió su inconformidad sobre el robo y la ausencia de sanciones para el repartidor involucrado.

La afectada expresó su preocupación sobre la recurrencia de estos hechos y la insuficiencia de controles por parte de la empresa Rappi. Textualmente, la usuaria indicó a la empresa: “Cuál es el control que ustedes tienen de sus mismos empleados? Ha sido muy difícil comunicarme con ustedes en soporte. Soy cliente frecuente, muy frecuente”. La denuncia no pudo presentarla, debido a que la opción que se le indicó en la opción “soporte” no estaba disponible, como le indicaron inicialmente.
Para finalizar, la ciudadana le aseguró a este medio que ya son varias las veces que ha detectado casos de suplantación de identidad, sobre todo con domiciliarios extranjeros, quienes usan el perfil de una mujer (por lo general es su esposa) para hacer más domicilios.
Mientras la empresa continúa su expansión y mantiene una presencia significativa en ciudades de la región, crecen los reclamos alrededor de la experiencia usuaria y la supervisión sobre sus repartidores.
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