
Colombia se situará como la nación líder en la defensa de los delfines de río y sus hábitats, una especie en riesgo por presencia de pescadores, contaminación de cuerpos de agua, deforestación, malas prácticas turísticas, el cambio climático, y la captura y matanza intencional, entre otros.
Gracias a la resolución DR23.21, un instrumento internacional que marcará un hito en la protección de los ecosistemas acuáticos y que fue adoptado durante la COP15 de la Convención Ramsar sobre Humedales en Zimbabwe, el Gobierno nacional no solo atenderá acciones para la protección de esta especie animal, también garantizará el bienestar de las comunidades locales.
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La resolución DR23.21, impulsada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible bajo la dirección de Lena Estrada Añokazi, fue aprobada con el apoyo de países de América Latina y Asia, tras negociaciones con la Unión Europea y el Reino Unido.

El texto, enriquecido por aportes de delegaciones como Brasil e Irán, incorpora un enfoque flexible que permite a cada país adaptar las medidas a su contexto, identificando las especies indicadoras más relevantes para sus ecosistemas. Según WWF Colombia, la propuesta contó con el respaldo técnico y científico de la Fundación Omacha y Sardi, consolidando una alianza estratégica para la conservación de los delfines de río.
La resolución reconoce a los delfines de río como indicadores ecológicos, lo que implica que su presencia y estado de salud reflejan las condiciones del entorno acuático. Esta perspectiva permitirá orientar acciones de restauración, monitoreo y uso sostenible de los humedales, alineadas con los objetivos de biodiversidad, adaptación al cambio climático y seguridad hídrica.
La ministra Lena Estrada Añokazi subrayó la trascendencia de este avance: “Esta resolución representa un paso clave para unir la protección de la biodiversidad con el bienestar de las personas, y para seguir avanzando en el cuidado de nuestros ríos, humedales y toda la vida que los habitan. Los delfines de río son especies indicadoras del estado ecológico de nuestros humedales, y su protección fortalece el camino hacia una gestión ambiental más integral, basada en ciencia y cooperación. Colombia seguirá liderando con decisión y responsabilidad este esfuerzo global”.

La importancia de estos mamíferos acuáticos trasciende su carisma y singularidad. En las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco, los delfines de río —el delfín rosado o tonina (Inia geoffrensis) y el tucuxi o delfín gris (Sotalia fluviatilis)— se han convertido en predadores tope, regulando las poblaciones de peces y eliminando a los individuos enfermos o débiles.
No obstante, la supervivencia de los delfines de río enfrenta amenazas crecientes, principalmente derivadas de la actividad humana. Entre los factores de riesgo se encuentran la pérdida de conectividad de los ríos por la construcción de centrales hidroeléctricas, conflictos con la pesca, deforestación a gran escala para cultivos y pastos, extracción selectiva de árboles de alto valor, contaminación por mercurio, cambio climático, malas prácticas turísticas y el crecimiento demográfico en la Amazonia y Orinoquía.

En el caso colombiano, las interacciones negativas con los pescadores representan una de las principales amenazas: los delfines quedan atrapados en mallas de monofilamento y son objeto de cacería o envenenamiento, ya que se les percibe como competidores directos por los recursos pesqueros. A esto se suman la contaminación del agua, la deforestación, la planeación de hidrovías sin evaluación ambiental, el cambio climático y la captura y matanza intencional.
La aprobación de la resolución DR23.21 se inscribe en un contexto de cooperación internacional orientado a fortalecer la conservación de humedales, promover la pesca responsable y el turismo comunitario, e integrar el enfoque ecosistémico en la gestión ambiental. En sintonía con otros marcos multilaterales, como la Convención sobre Especies Migratorias (CMS), el nuevo instrumento aborda la interacción responsable con la fauna acuática y fomenta la colaboración transfronteriza.

El director de la Fundación Omacha, Fernando Trujillo, destacó el carácter colectivo de este logro: “Esta aprobación es el resultado de un trabajo arduo entre el Gobierno colombiano, WWF Colombia, la Fundación Omacha, Sardi y otras organizaciones que han trabajado por años en la conservación de los delfines de río y sus ecosistemas”.
Con la adopción de la resolución DR23.21, Colombia reforzará su posición como referente en diplomacia ambiental, articulando la protección de la naturaleza con el desarrollo sostenible y el bienestar de las poblaciones que dependen de los ecosistemas acuáticos.
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